En los trabajosos años 90 del siglo pasado había en el Reparto Escambray, de Santa Clara, un chiste que aún se recuerda sobre un premio que otorgarían en el Circuito Eléctrico número 30 al que lograra hacer una tablilla de hielo.
Sin embargo, las interrupciones eléctricas, reiteradas o no, eran habituales en la década de los 70, tiempos en los que en el habanero edificio de becas universitarias de F y Tercera eran pocos los que usaban el elevador en el horario “pico” pues aunque residieran en el piso 23 (el 24 estaba deshabitado) preferían las escaleras.
De productos echados a perder por falta de congelación en la zona santaclareña, y de estudiantes sorprendidos en el elevador detenido por falta de energía eléctrica, abundan las anécdotas.
Porque los escasos centros de producción y servicios del circuito 30 de Santa Clara no eran importantes, era el de mayores apagones programados, por lo cual sus vecinos vivían trasladando los alimentos de un barrio a otro.
Porque los invidentes no necesitan de la luz eléctrica, un estudiante de Periodismo, Félix Milián, subía y bajaba las escaleras normalmente y hasta ofrecía amablemente ayuda a los demás, provocando sonrisas en todos.
Estos recuerdos vienen a la mente al leer Cuba por la eficiencia energética donde se refieren a que las “Medidas de ahorro de electricidad y combustibles se mantendrán durante este 2020...”, lo cual es totalmente diferente a lo ocurrido en una nación latinoamericana donde una vez, al ser alertado de que se acercaban momentos de interrupciones eléctricas, el presidente de esa nación respondió a sus colaboradores: nuestros aborígenes vivían sin luz, al menos nosotros podemos importar muchas velas.
La expresión del mandatario fue en privado, de modo propicio para distender la situación, y por supuesto que no es ningún pecado que profesionales del humorismo tomen ese tema para decirlos en un teatro o a través de algún medio como la radio o la televisión.
De hecho, muy buenos chistes se crearon con un simple gesto, una palabra como “alumbrones” para resaltar que los apagones eran permanente, y que levantaron el ánimo ante el día número 10 de un apagón cuando hace dos años el huracán Irma privó de la electricidad una extensa zona del territorio nacional.
Otra cosas es usar la sorna con aviesas intenciones enmascaradas tras supuestas intenciones de hacer reír, cuando en realidad contribuyen a hacer invisibles las causas y culpables verdaderos de los males.
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