Un grupo de estudiantes de Periodismo debatíamos la importancia de responder las preguntas clásicas qué, quién, cuándo, dónde, cómo y por qué, pero como aquel debate fue en 1968, no hubo que tomar en cuenta las redes sociales de Internet.
Si hubieran existido esas plataformas, la discusión hubiera sido diferente, pues este humilde servidor ha visto los revuelos formados con post donde apenas se responden dos de las interrogantes, sin que se ponga en duda la credibilidad del emisor.
Por aquellos días de predominio de los medios tradicionales, era muy admitido que mientras más completo fuera el reporte periodístico, mayor confianza tendrían los receptores del mensaje sobre todo, si notaban que se había consultado varias fuentes.
En fin, que cambian los tiempos, también la tecnología y los humanos estamos obligados a hacer lo mismo, tanto quienes reciben los mensajes como los que ejercen una labor antes calificada indiscutiblemente de oficio.
Ante la colosal transformación del contexto en que aquella generación de reporteros solía resaltar el olfato periodístico, hoy se requiere una mirada diferente que no pretendemos dar en estas breves líneas inspiradas en la canción Ni Poco Ni Demasiado, aunque no se refiere a la mayor o menor cantidad de información.
Sin cuestionar, en la faz de la tierra hay quienes reaccionan solo al leer un post que responde al qué pasó, sin importar las restantes preguntas clásicas, lo cual ha llevado a no pocos a protestar o apoyar algo sucedido el año pasado.
Y aunque hasta cierto punto comprensible, observamos una avalancha de llamados de cubanos en favor de encontrar una persona perdida de Santa Clara, a pesar de que el reclamo era de un sitio de igual nombre en otro país.
Incontables veces conocemos de receptores que creen ciegamente los mensajes falsos del mismo emisor, sin que todavía se les haya ocurrido pensar que quien mintió una o dos veces, podría seguir haciéndolo infinidad de veces.
- Consulte además: Cuando la pregunta no es la correcta
Pues bien, hay quienes atribuyen esos desaguisados a que los medios tradicionales locales no dan información a tiempo, y otros a que los reportes son incompletos, pero callan ante ejemplos de post en redes sociales que no cuestiona a pesar de tener una sola respuesta a las preguntas clásicas.
Ante la invitación a ejemplificar un caso de carencia de datos en algún comunicado, alguien puso el de la situación del sistema eléctrico nacional, y concretamente quería saber cómo se hace el estimado de disponibilidad y demanda.
También dijo necesitar conocer las causas de la avería de una unidad, y cómo sería la reparación, los recursos disponibles, cuánto tardarían en concluir los arreglos y la cantidad de energía que podría aportar al reincorporarse al sistema.
De ahí en adelante, la lista fue creciendo ante la mirada curiosa de unos y la de admiración de otros al notar el interés de profundizar los conocimientos, pero un personaje de los que siempre hay en las tertulias callejeras, callado hasta ese momento, habló.
Compadre, tu que lo averiguas todo, a mi me hace falta saber a qué hora le toca el apagón a este circuito para decirle a la mujer que cocine en otro horario y no nos quedemos sin comer, porque con todo lo otro no voy a resolver nada porque no trabajo en la Unión Eléctrica.
La tertulia se disolvió ante la confesión de que carecía de tan elemental información, pero muy poca y suficiente para resolver sus problemas cotidianos específicos, aunque estaba exigiendo demasiados datos más que al final para nada le servirían.
Ni Poco Ni Demasiado
No siempre gana distancia/El hombre que más camina/A veces por ignorancia/Andar se vuelve rutina/No por gastar los zapatos/Se sabe más de la vida/Ni poco ni demasiado todo es cuestión de medida/Ni poco ni demasiado todo es cuestión de medida
No siempre pierde su tiempo/El hombre que más lo gasta/No hay que pujar a destiempo/Para ganar la subasta/Las horas del apurado/Siempre son horas perdidas/Ni poco ni demasiado todo es cuestión de medida/Ni poco ni demasiado todo es cuestión de medida
No siempre está satisfecho/El hombre con lo que tiene/Si muchos son los derechos/Muchos también los deberes/A veces lo más deseado/Es una fruta prohibida/Ni poco ni demasiado todo es cuestión de medida/Ni poco ni demasiado todo es cuestión de medida
No siempre es la barba blanda/La que mejor se rasura/Para una buena navaja/No importa la barba dura/Depende si el afilado/Lo sabe hacer el que afila/Ni poco ni demasiado todo es cuestión de medida/Ni poco ni demasiado todo es cuestión de medida
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