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lunes, 25 de noviembre de 2024

Otra vez la botella, pero como la escoba nueva

Sobre “la botella” se ha escrito y hablado tanto como de la frase “escobita nueva barre bien”...

Félix Arturo Chang León
en Exclusivo 25/10/2019
2 comentarios
Escobita-Chang
Hay excepciones de choferes que no brindan apoyo al prójimo. (Alfredo Lorenzo Martirena Hernández / Cubahora)

Tanto en Aire, el polizón indeseado  como en Aire, el otro pasajero abordamos el tema del aprovechamiento de las capacidades de transportación de pasajeros en los vehículos automotores, sobre todo, en los de propiedad estatal.

Este viernes enfocaremos el tema a partir de la frase “escobita nueva barre bien”, pues se ha convertido en regla que todos los comienzos son prácticamente ideales, incluyendo ya hasta procederes de solidaridad humana.

Desde el mismo comienzo de la situación coyuntural que se presentó por el desabastecimiento de los combustibles, en todo el país hubo gestos de ayuda a las personas requeridas de trasladarse de un lugar a otro.

Hubo excepciones, pero el comportamiento de la mayoría de los conductores fue la de brindar apoyo al prójimo, lo cual en no pocos lugares contribuyó decisivamente a descongestionar las paradas de ómnibus y zonas donde los botelleros se agrupan para esperar.

No es nuevo lo de dar botella, ni en Cuba, ni en otros países, pero sin dudas, ante los problemas transitorios en la Mayor de las Antillas, se reinició esa práctica, y fue una de las soluciones que más aplaudidas y que más popularidad ganó.

En las tertulias callejeras empieza a tomar fuerza el criterio de que si un vehículo estatal da botella, sin descontar el componente de solidaridad o hermandad, es más una obligación y no tanto una acción que se ejecuta simplemente por cumplir un deber.

Este redactor ha escuchado opiniones relativas a que los choferes, (y se incluyen a quienes tienen asignado el carro por sus funciones de dirección) usan, en su inmensa mayoría, ese recurso tanto para trabajar como para resolver asuntos personales.

Gastan el combustible, desgastan las piezas y ni siquiera tienen el pudor de compartir el espacio con otra persona, y prefieren ir llenos de aire, tanto a gestiones privadas como estatales, en un trayecto en el cual escatiman unos escasos minutos para que alguien monte y desmonte, pero malgastan horas en paseos y disfrutes personales.

La normalidad volverá paulatinamente, pero ya se nota que la llamada “solidaridad” ha sido coyuntural, transitoria, perecedera, por lo cual se requiere una solución definitiva que no apele únicamente a los sentimientos, ni a la presión de un grupo de trabajadores dedicados a facilitar que los botelleros aborden un vehículo.

Por supuesto que no es “coser y cantar” ni tampoco estar empezando constantemente para que la escobita nueva barra bien, el asunto requiere un ejercicio del pensamiento para que quienes prefieren transportar aire, no continúen hiriendo la sensibilidad de quienes los ven pasar sin detenerse ni ante una persona anciana, un minusválido o una mujer con un niño en sus brazos a las 12 del mediodía en plena vía, a la vista de todos.


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Félix Arturo Chang León

Periodista cubano de origen chino que nació y vive en Cuba. Santa Clara. Dirigió el periódico Vanguardia durante 16 años.

Se han publicado 2 comentarios


Paloma
 25/10/19 9:39

Saludos estimado Chang. coincidimos en la recomendación. En días pasados meditaba sobre la "situación coyuntural" y el transporte y de como a cada alternativa que asumimos como país, EL IMPERIO no se amilana para subirnos la parada; mire Ud. ahora lo concerniente al arrendamiento de naves y aeronaves. Ellos saben pegar fuerte y donde duele; entonces en un ejercicio de imaginación pensé que podría llegar el momento en que lo que se asume hoy desde la solidaridad o hermandad podría muy bien alargarse en el tiempo, y ya sabemos lo que pasaría entonces. No bastará con los llamados a la solidaridad y no quedará otro remedio que establecer normas, fiscalizadas cotidianamente por las autoridades, para continuar avanzando desde una cultura de resistencia frente a nuestro principal enemigo. Conozco de un caso que esta semana debió hacerce una prueba por cardiología. Vive en Alamar y el centro asistencial: Hospital "Calixto García",  llegó a las 11 de la mañana; la solución: darle otro turno para finales de mes.

Opino que más allá de las buenas intenciones y acciones que realiza nuestro Gobierno para garantizarnos la calma y sobre todo la paz de nuestro pueblo y entre nosotros mismos, hay situaciones que denotan a las claras nuestro futuro a corto y mediano plazo.

Asumo, como dijo nuestro Presidente Díaz Canel, que muchas de las medidas adoptadas han demostrado nuestra capacidad de resistencia en el tiempo, pero pienso que en el caso del transporte no basta con el llamamiento realizado, porque el tiempo pasa y el enemigo continúa apretando la rosca más y más; es necesario que este apoyo no sea por generación espontánea porque de esperar eso entonces se cumplirá la vieja frase de que "escobita nueva siempre barre bién". !Buen fín de semana!

sachiel
 25/10/19 9:21

Correcto el sentimiento expresado en el'último parrafo, Chang, (...,no continúen hiriendo la sensibilidad de quienes los ven pasar sin detenerse ni ante una persona anciana, un minusválido o una mujer con un niño en sus brazos a las 12 del mediodía en plena vía, a la vista de todos..") pero tampoco creerse que el vehiculo estatal (en especial los ligeros) debe recoger a cuanta persona saca la mano, sobre todo fuera de las paradas de omnibus urbanos. Primero, porque muchos de estos vehiculos van blindados con su transpapelado oscuro, por lo cual usted transeunte, no sabe ni tiene vista de rayos X para ver a quien transporta, si va lleno o vacio; segundo, tampoco tenemos telepatia para saber en qué función anda en ese momento, pero si presumimos bastante de lo que pudieran estar haciendo; tercero, esos vehiculos deben de recoger a otros pasajeros, por lo general; lo correcto es que el inspector lo detenga (o pare voluntariamente) y de acuerdo a la psicologia cubana, logre montarle X pasajeros para aliviar congestiones. Un vehiculo con un horario determinado, sufre X paradas en los puntos antes de llegar a su destino, y no siempre los pasajeros van en distancias largas (a veces van hasta la otra esquina). Hoy estoy comprobando, que ya hay grupos de botelleros esperando comodamente el transporte que ya conocen tiene música, asientos cómodos y hasta aire acondicionado; no importa si se demoran algo en llegar a su trabajo o escuela, que la culpa se la van a echar "a lo malo que esta el transporte.."; tambien los que prefieren viajar en grupos fraternales o familiares, desdenando determinados vehiculos... y como usted dice, ya se craedo el habito de que "todo lo que tenga chapa azul, tiene que parar obligado..", y si, los usan para gestiones estatales y particulares (y no sólo de ellos, tambien de vecinos y amigos que despues critican), porque no todos mayormente pueden darse el lujo de tener dos carros: para trabajar uno, y para pasear despues...

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