“En Cuba todo pasa por un cañaveral”, comentaba Pedro Alvarez Tabío en la época en que nos daba clases de Relaciones Internacionales en una escuela habanera ubicada en Jamanitas, muy cerca del río del mismo nombre, no lejos de los canales de Barlovento ni tampoco de los lugares propicios para un chapuzón como los mismos que se daba el desaparecido profesor durante sus años escolares y de lo cual nos enteramos al verlo en un libro editado con fotos que lo incluían en trusa como campeón de natación.
Y aunque decía estar como una potala y no poder ya en ese año 1968 bracear en una piscina como en sus años juveniles, lo cierto es que lo hacía bien, bajo un inclemente sol del cual alguien comentó que era muy sabroso allí, pero que lo duro era soportarlo picando caña, a lo cual Tabío replicó que no hay actividad en la cual no nos convoquen a los cortes de la dulce gramínea, y seguidamente dijo la frase inicial de este texto.
Quizás recordando nuestras estancias en los campamentos, alguien afirmó algo relacionado con trabajar de sol a sol o desde que se vea hasta que se vea, frases que hoy encierran situaciones paradójicas, sobre todo si atendemos al reclamo de cuidar nuestra salud.
Por un lado hoy con más fuerza y motivos que nunca estamos urgidos de rendir al máximo, trabajar con eficiencia y más si se trata de un sector considerado de máxima seguridad nacional como es el productor de alimentos agropecuarios, cuyos precios en el mercado internacional alcanzan proporciones cada vez más astronómicas al punto de que mundialmente se han elevado los gastos de las familias en comprar con qué nutrirse.
Y por otra parte, artículos periodísticos como el publicado en esta misma revista digital http://www.cubahora.cu/blogs/consultas-medicas/un-verano-caluroso recomiendan no exponerse al sol desde las 10 AM hasta las 4 PM, lo que deja el estrecho margen de trabajar en el campo unas tres horas matutinas y reiniciarlas seis horas después ¿Hasta que se vea? ¿O hasta las 5 PM? ¿O llevar sombrillas? ¿O techar los surcos?
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Arturo Chang
29/8/14 17:51
Le respondo a Jorge Nilo: Hay trabajos que no pueden realizarse de noche y madrugada en las condiciones actuales. ¿Qué hacer? Recibe mis saludos
Arturo Chang
29/8/14 17:48
Respondo a Michelle: Es dificil, y hay casos en que las alternativas de sombra son imposibles. No obstante, no podemos dejar de buscar cómo trabajar y rendir al máximo. Gracias por comentar.
Jorge Nilo Coello Machado
27/8/14 9:22
Veamos un ejemplo, cuando uno va de Santa Clara a la Habana sale de Santa Clara, dejando atrás la ciudad y llega al cabo de un tiempo a la "capital de todos los cubanos", por supuesto, pues bien si se trabaja de sol a sol deja atrás el sol, o sea cuando empieza la noche y llega al sol, o sea la mañana, que se mantendría trabajando toda la noche y entonces el sol no le afecta, porque a esa hora no hay. Lo que no se si haya cuerpo que lo resista.
Michelle
22/8/14 14:40
esto está fuerte, porque por un lado el sol te achicharra y en algunos casos hasta afectar mucho la dermis porque son muy sensibles, pero por otro lado es NECESARIO TRABAJAR, y esto lo demandan tanto un oficinista que un campesino, pero se pueden tomar alternativas como las que usted pone al final o de lo contrario evitar la exposicion al sol en las horaas más calientes y compensarlo con un trabajo a la sombra que te remunere lo no trabajado de sol a sol y más en Cuba, gracias Chang.
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