Como si no tuviera suficiente con llevar las riendas del Manchester City en una de las ligas más competitivas de toda Europa, Josep Guardiola parece haber decidido incluir a su lista de oficios la de estadista. Su debut lo concretó hace ya algunas semanas, previo al partido contra el Newcastle United de Rafa Benítez por la fecha 24 de la Premier League inglesa.
Al ser increpado por la prensa sobre las posibilidades reales de los “citizens” de quedarse con algún título esta temporada, el técnico español, en una dilatada respuesta, terminó por nombrar los mejores clubes de la última década: Barcelona, Bayern Múnich y Juventus. Lanzada a boca de jarro y sin muchos reparos, las palabras de Pep dejaron atónito a más de uno, pues si algo lo caracteriza desde su época de futbolista es la sobriedad frente a los micrófonos.
Quienes se hicieron eco las declaraciones, prefirieron obviar el hecho de que-- por pura casualidad-- Guardiola mencionó dos de los conjuntos puestos bajo su tutela recientemente, para resaltar la “pequeña omisión” del Real Madrid en el selecto grupo. Así, el DT catalán exhibió una vez más su estirpe blaugrana y consiguió reavivar la vieja relación de mucho odio y poco amor con la fanaticada blanca, fraguada al calor de su enemistad con Mourinho cuando ambos protagonizaban encarnadas disputas en España, no hace tanto tiempo.
Tener criterio propio sobre el asunto resulta válido tanto para él como para cualquier otro. El problema aquí radica en que una figura de la talla de dicho técnico desconozca a quien ha conquistado por tres ocasiones consecutivas la Liga de Campeones de la UEFA y ha llegado a cuatro de sus últimas cinco finales.
Si tomamos el 2010 como punto de partida de nuestra observación, no se necesita de una mente prodigiosa para señalar al Barcelona como la oncena que marcó un antes y un después en la historia del fútbol contemporáneo.
Integrado por una generación de jugadores adoctrinados desde la base bajo una misma filosofía, la institución culé, capitaneada entonces por el mismísimo Guardiola, logró imponerle al mundo un sello propio basado en la circulación constante del balón a través de la combinación de pases largos y cortos, el llamado “tiki-taka”. Figuras de la talla de Iniesta, Busquets, Puyol, Alves y hasta el propio Messi, quedarán en nuestro imaginario por mostrar una nueva manera de interpretar el balompié.
Pero vayamos al grano, a lo que Pep toma como parámetros para medir a unos por encima de los demás: los títulos.
Aunque le cueste admitirlo, si de engordar vitrinas se trata, junto al Barca encontraremos al Madrid, un elenco incapaz de imponerse con regularidad en el campeonato doméstico (dos veces en diez años) pero sobrado a la hora de contar trofeos a nivel continental.
Otro tipo de análisis bien diferente merecen Bayern y Juve. Según lo dicho por el míster del City, ambos clubes se han ganado sitiales de honor en la élite europea por conquistar cuanta competición disputan dentro de casa, y aunque argumentos de sobra tendrá para defender tal posición, no debemos olvidarnos del contexto que rodea a ambos equipos.
Tanto la Bundesliga como la Serie A se han convertido en lides para un solo conjunto, donde hace mucho la noticia ya no es quien gana sino quien no se esperaba que perdiera. Monstruosas alineaciones y exorbitantes inversiones hacen de estos dos históricos, selecciones prácticamente invencibles en sus respectivos torneos, porque fuera de sus jardines, ya sabemos cómo terminan normalmente.
Para dedicarse a las estadísticas y acuñar aseveraciones de este tipo, Guardiola deberá dejar de lado las pasiones y criterios personales, pues de lo contario, el futuro le deparará más de una polémica.
Blanco Blanco
12/2/19 13:13
Realmente admiro a Guardiola por lo que hizo con el Barca, pero estoy de acuerdo con el periodista que deberia desprenderse de pasiones, criterios personales y de otros tipos que ahora no vienen al caso y valorar con objetividad. Negar la grandeza de los Blancos es identico a negar la grandeza del Barca. Ser realista no enferma a nadie pero si deja bastante que desear de quien se niega a serlo. Las disputas del Barca y Madrid tienen su historia, lean , indaguen , profundicen y sobre todo analicen y como dice Taladrid saquen despus sus propias conclusiones. El que les habla es un Madridista al 110% en las buenas y en las malas pero no dejo de reconocer la grandeza de los azulgranas, negarlo algo asi denotaria un resentimiento insano ademas seria estupido.
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