Entre la llegada de Ancelotti e Isco al Madrid, los resultados tan predecibles de la Copa Confederaciones, y la compra y venta diaria de jugadores no mediáticos, Cuba se tragó cinco goles en su último partido de la Copa del Mundo Sub-20 ante los portugueses. Así terminó el periplo de los antillanos, con un solo gol anotado y diez recibidos; parece catastrófico, pero pudo ser peor. La diferencia entre nosotros y el resto del mundo es abisal, pero no infinita; para un grupo de soñadores, es una distancia salvable en los próximos treinta o cuarenta años. Para otros, es solo la realidad.
Son pocos los análisis serios y profundos a raíz de la actuación de los cubanos, como si no importase; todo gira alrededor de Barça-Madrid, de los fichajes y las especulaciones. Celebro y agradezco como nunca la transmisión de los partidos de los cubanos en vivo, pero los análisis de esa selección no pueden quedar en lo dicho por los comentaristas de turno del partido, por muy perspicaces y sinceros que sean. Debe decirse algo más, aunque todos sabemos de qué se trata.
El último juego frente a Portugal fue triste, la goleta cubana recibió cinco cañonazos a la altura de la línea de flotación, y las derrotas aceptables se hundieron con cada gol luso. Los tripulantes de la nave de Triana piden a grito empleos en otras embarcaciones para ganar experiencia, si no, la bandera cubana seguirá a la deriva por largo tiempo, como un barco fantasma que vive de un empate ante Polonia o de victorias en aguas de pescadores.
Si un cubano ficha por un club de segunda de España, Alemania, Inglaterra o Italia, además del binomio blanco-azulgrana, la gente preguntaría por Reyes o Sánchez, como mismo lo hacen por los peloteros emigrados. El sentido de pertenencia no se pierde, y los fracasos y victorias los hacemos nuestros; incluso ocurría con Palmeiro y Canseco, que de cubanos solo tenían la inscripción de nacimiento.
No obstante, debe celebrársele a Triana el valor de sus jugadores. Nunca salieron con temor a la cancha, ni se echaron atrás. Es una cuestión de ética, ni siquiera juzgable, pero que al final deja buen sabor de boca. En la memoria queda el resultado, nada más, pero ellos duermen tranquilos porque lo intentaron, con la escasa técnica acecharon el gol y al menos en una ocasión el balón terminó en el fondo de las redes. Sí hay futuro para el fútbol cubano, pero depende de una decisión bien tomada, no es dejarlos salir y ya.
BRASIL-ESPAÑA, O NEYMAR-BARCELONA
La Copa Confederaciones ha levantado muchísimas pasiones para ser un solo un experimento pre-mundialista, se debe más a la posibilidad de ver a los españoles y brasileños, italianos y uruguayos en acción; es la carta de presentación del nuevo fichaje del Barcelona, la posible consagración (si aún es posible consagrarse más) de la Roja, la limpieza de imagen necesaria de los charrúas y la búsqueda de un buen juego de la azzura. Pero al final, todo se decidirá entre el jogo bonito y el tiki taka: dos estilos rentables y con marcadas diferencias. Uno para los audaces y el otro para los pacientes. La ferocidad y la espera del cazador separadas en dos selecciones cuajadas de ases.
Pero el mayor morbo está en el duelo de Neymar frente a sus futuros compañeros: Xavi, Iniesta, Piqué, Pedro, Busquets, Alba; o sus futuros enemigos: Xabi Alonso, Ramos, Casillas, Arbeloa. El brasileño puede regalarles un saludo irrespetuoso o recibir una bofetada y poner la otra mejilla en busca de un futuro sin temores. Tal vez exagero, en el fútbol ese tipo de rencor lo guarda la afición, no los jugadores. Al menos eso dicen ellos.
De cualquier forma, cuando el esférico se detiene en Europa, y los ojos del mundo pasan al mercado de fichajes, se agradece la existencia de esta pequeña Copa y de las competiciones de las categorías inferiores. Llega a ser abrumadora la cantidad de información diario basada en declaraciones de fuentes anónimas. Y otras veces no analizan la posible repercusión de un fichaje determinado, como el de Isco; el nuevo futbolista del Real Madrid apenas si posee números superiores a los actuales mediocampistas ofensivos blancos. Además, su gran rendimiento en el Málaga no está condicionado, como ocurre con los merengues, por una gran cantidad de estrellas de primer nivel mundial. Quizás este sea un nuevo caso de joven frustrado cuando llega a un equipo plagado de estrellas, Madrid y Barça tienen un largo historial en ello.
El Aleman33
8/8/13 18:27
men, que pasa que desde hace rato no haces un diparo de tiro libre........Sañu2
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