La pasión de Ian es fotografiar ojos humanos. Todos los iris son soberbios, pero Ian busca, además, que sean multicolores. Las primeras imágenes que ofrece Orígenes son amalgamas de pupilas dilatadas en las más diversas formas.
Mike Cahill, director de esta película de corte independiente, comienza mostrando una belleza que, de tan común, habíamos olvidado: nuestros ojos son magníficos.
Según la cinta —y ahí entra la tesis del filme—, en nuestros ojos reside nuestra alma. Cuando reencarnamos —porque lo hacemos, ¡aleluya!; Orígenes otorga este presupuesto como premisa deliciosa— el iris concentra los miedos y anhelos de nuestras vidas pasadas.
Para probarlo Ian (Michael Pitt), el protagonista de Orígenes, se toma la hora y media de la cinta. Resulta que cuando él tan solo era un estudiante se enamora de una muy exótica joven (Astrid Bergès-Frisbey). Es un enamoramiento muy a lo Hollywood, producido por un breve encuentro, de esos que el cine norteamericano halla muy romántico: un momento de complicidad que se las arregla para ser a la vez espontáneo y auténtico; donde los personajes se ríen de boberías que tan solo comprenden ellos y enseguida quieren casarse.
Pero bueno. Quizás así funcione el amor a primera vista en Estados Unidos. De todas maneras, y a pesar de que el personaje de Astrid Bergès-Frisbey es muy atrayente, no es este el centro de la cinta. La historia de amor que viven la pareja protagonista se ve interrumpida de la forma más abrupta posible —estoy deseosa de contárselas, pero habrá muchos de ustedes que no me perdonarán si les cuento la película—. Solo decir que es una escena que quita el aliento; que te hace olvidar dicotomía entre ciencia y espiritualidad y cualquier otro contraste intelectual del filme.
Cuando Michael Pitt se queda con, literalmente, la mitad de su novia en sus manos, porque la otra mitad quedó atrapada en un elevador roto que ha caído al vacío, la sensación de sinsentido es tan contundente, la fotografía reafirma tanto la idea de desolación de ambos, uno a punto de morir, la otra ya muriendo, que olvidamos cualquier otra verdad. Dejamos de pensar. Solo dolor.
Ups, lo conté. Pero no importa. En definitiva, esta escena funciona como punto de giro en Orígenes. Es una escena del principio, que termina el prólogo de la cinta y deja paso a una narrativa más intensa y veloz, con la cual comienza el debate entre ciencia y espiritualidad. Orígenes se aleja entonces de su faceta más romántica para adquirir un matiz más serio e inquietante, donde realmente el filme repunta y consigue volverse sumamente interesante, aún para el espectador más avezado.
Cahill comienza —desde la neutralidad— un debate. Y aunque el contenido del debate no es nuevo: ¿qué cosa es ciencia? y ¿qué cosa espiritismo?, su forma de trasladar el mensaje centrada en la evolución del ojo humano sí es bastante novedosa y atractiva, lo que ayuda a que el producto sea más interesante y digno en su conjunto.
Ya lo dijo el dramaturgo alemán Friedrich Hebbel: “Los ojos son el punto donde se mezclan alma y cuerpo” y al margen del resto de las historias, ahí es donde Orígenes quiere llevarnos. Porque Orígenes entraña más complejidad de la que a simple vista hay.
Ciencia ficción sin artificiosidad petulante, romance sencillo, sin adornos, pero a su vez complejo hasta la médula y creatividad sin concesiones de principio a fin. Una cinta que nadie debería perderse.
Aram Joao Mestre León
16/3/17 11:06
I Origins (que en inglés suena como si dijeras Eye origins: orígenes del ojo), es un filme excelente, lo vi hace unos años, destaco la participación de Brit Marling, a la cual he catalogado como una actriz de proyectos interesantes (The East, Another Earth y la serie de Netflix The OA).
Georgesanz
3/3/16 14:37
Coincido plenamente Diana, hacen falta + filmes de este corte, que se valgan de la sensibilidad humana, de lo efímero de lo bueno que en ocasiones nos toca, y de esa mística que todavía queda respecto a algunos fenómenos. Creo que deberían también nuestros realizadores coger nota.
Saludos y felicidades por el Comentario, se te olvidó un detalle pero bueno... lo aclaro yo, el Título original del filme es I Origins
Marta
18/2/16 8:44
Felicidades por tu Premio Calendario 2016, que sigas escribiendo bien.
mari
18/2/16 13:58
DIANA, FELICIDADES POR TU PREMIO CALENDARIO 2016!!!
Y FELICIDADES POR TU PREMIO MEMORIA 2016!!! ESTAS ACABANDO ESTE ANNO!!!
BESOS
MARI
Marta
17/2/16 11:52
Es una pena que no coincidan los filmes en tiempo con los comentarios.
Si Diana se pudiera asociar a algun programa cinematográfico seria genial, asi podriamos comparar el filme, su comentario y nuestra experiencia personal.
enrique
16/2/16 17:22
Diana, eres mi comentarista-crítica de cine favorita!! Felicidades.
hijadelrey
16/2/16 14:09
sí, ciertamente los ojos son el reflejo de tu ser interior, por eso los invidentes dicen ver con los ojos del alma,la cual afortunadamente es una sola!...
landy
16/2/16 12:01
Vi la pelicula, me gusto mucho, la guarde y ya esta entre mis preferidas. Hay otra que tambien me gusto mucho Her.
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