//

sábado, 23 de noviembre de 2024

Prohibido leer si eres posible emigrante

Salma Hayek se luce en Beatriz at dinner (Mike White, 2017). La mejor actuación, por mucho, de su carrera...

Diany Castaños González
en Exclusivo 12/09/2017
4 comentarios
Salma Hayek -protagonista de la película Beatriz at Dinner
Salma Hayek luce en Beatriz at dinner mejor que aquella en la que encarna a Frida Khalo en la película homónima.

Salma, actriz desconveniente de madre mexicana de origen español y padre mexicano también, peor de origen libanés y cuyo nombre significa en árabe, calma, interpreta en esta cinta a Beatriz, una terapista y sanadora que vive en Los Ángeles.

Por una serie de eventos casuales, es invitada a participar en una comida de personas de clase alta. Los comensales resultan ser totalmente lo opuesto a lo que ella es. Ella, emigrante, le construye un corral a su cabra dentro de su cuarto; defiende la vida. Los otros, son ambiciosos empresarios que construyen hoteles por todo el mundo mientras destruyen los hábitats naturales de aves y animales marinos sin siquiera pensarlo dos veces.

Al principio la confunden con una sirvienta. Y es que el estigma del emigrante se mantiene toda la película. Unos cuantos seres humanos que se creen superiores a los demás bastan para hacernos a todo la vida bastante difícil. “¿Llegaste ilegalmente a los Estados Unidos?” le preguntan a Beatriz.

Cuando uno de ellos muestra con orgullo una foto en la que se ve un contundente rinoceronte que mató solo por el gusto de la caza, ella se levanta disgustada y le tira el móvil en la cara. Esto es asqueroso, dice, resuelta. Beatriz tiene convicciones muy poderosas: “La Tierra está enferma, necesita personas que la sanen, personas que se preocupen por los animales, por la vida. No personas que la destruyan. ¿Por qué no pruebas sanar algo? Se destruye cualquier cosa en minutos, pero toma años, incluso generaciones, sanar el dolor”.

Todos ellos hablan frugalidades. Ella no. Ella es intensa y contundente. Dispara conceptos de justicia, de amabilidad para el Otro, que tiene todo en común con nosotros.

La cena se convierte en un recorrido sobre suelo lleno de granadas. En cualquier momento puede detonar alguna.

La cena se convierte en tierra fértil para mostrar las opresivas fuerzas que mantienen la diferencia de privilegios que hay en el mundo actual, entre algunos los seres humanos.

El punto de vista se Beatriz, como emigrante, como hispana, se nos hará a nosotros los cubanos muy cercano. Pero entendemos el avaricioso modo de los hombres blancos y ricos que controlan el destino de la tierra en Estados Unidos y buena parte del mundo. No porque compartamos sus ideas. Sino porque su modus operandus forma parte de los valores del mundo moderno. Y conocemos el mundo en que vivimos.

Beatriz se siente sola. En toda la película no deja de llamar a una tal Naroli, que intuimos, es una amiga de su infancia. Una amiga que le quedó en México. “¿Sigues estando guapa, Naroli?” Le pregunta. En determinado momento, Salma canta a los comensales una canción. Es un momento de unión. Mientras dura la música, no hay opresores ni oprimidos, sino siete personas en una habitación. No hay muros; solo música y lágrimas.

Beatriz tiene razón en sentirse sola. El México que ella recuerda ya no existe. Y nunca va a pertenecer del todo al país donde vive. “Los seres humanos siempre quieren regresar a donde han amado la vida”, dice y con esa frase, desgarra a todo espectador que tenga un familiar fuera de Cuba. A todo espectador que piense en emigrar. A todo espectador con la conciencia de lo que significa no pertenecer a ningún lugar, a ninguna cultura.


Compartir

Diany Castaños González

A aquella muchacha le gustaba acostarse soñando imposibles, hasta que despertó una mañana segura que, durante la noche, había dormido apoyando su cabeza sobre el ombligo de Adán.

Se han publicado 4 comentarios


Juan Carlos
 3/10/17 17:32

no he visto la película, pero me parece válida, la soledad a la que se enfrenta cualquier emigrante que deja detrás a su familia y se convierte en un extraño en el país que lo recibe, algo que se lleva siempre como un peso muy grande

Almir Ulises Mestre León
 14/9/17 9:55

Beatriz era un ser muy sensible para ese mundo tan materialista, tanto era así, que mi hermano y yo creemos que por eso decidió terminar con su vida, y cuando la muestran navegando es como una representación de su paraíso personal, sólo ella y la naturaleza; al menos eso fue lo que entendimos de la última escena que nos muestra la película.

Aram Joao Mestre León
 13/9/17 8:17

Me gustó la película. Beatriz rodeada de mujeres blancas y adineradas que hablan frivolidades como las fotos filtradas de la vagina de una celebridad.

Elba
 18/9/17 20:50

No he visto la pelicula pero entiendo el sentido del escrito. Hoy dia existe un mundo muy materialista y frivolo; si bien uno puede salir adelante con multiples recursos como es la union de estudios, habilidades, experiencia, profesionalismo, etc; nunca hay porque menospreciar o ser indiferente ante el dolor ajeno. Al final inmigrantes, negociantes, ricos o pobres de aqui o de calquier lugar del planeta fuimos destinados a nacer y morir, entonces por que en vida nos sentimos con el derecho de hacerle la vida mas dificil al projimo.

45

Deja tu comentario

Condición de protección de datos