Life (2017) tiene una premisa: la estupidez humana es universal. Va más allá de nacionalidad, género y raza.
Una nave espacial. Unos astronautas que tienen a bordo un pasajero alienígeno que cambia de forma en cada escena. Para colmo, tan o más inteligente que ellos, los seres humanos. Los astronautas no conocen a esta criatura, pero aun así no toman medidas para cuidarse de ella y le acarician la barbilla como si se tratara de un cachorrito. De verdad: ¿no se les pudo pasar por la cabeza que no era bueno tocar a un ser extraterrestre? ¿Es que no vieron todos los problemas que pasó Sigourney Weaver en Alien (1979)?
Aunque, enfrentémoslo, no es toda la película la que está en caos. En definitiva la cinta cuenta con actores correctos, como son Jake Gyllenhaal, Rebecca Ferguson y Ryan Reynolds, buena ambientación y efectos especiales muy creíbles. El problema es que en vez de guionistas tiene a reposteros del cake por el Día de los Padres. ¡Qué horror!
El mayor acierto del filme es la estética que le ponen a la criatura alienígena. Al principio comienza siendo algo parecido a un calamar, y pasa por distintas fases —¡más o menos cada cinco minutos!— hasta terminar siendo algo parecido a un arcángel… o al menos a lo que la iconografía religiosa occidental ha representado como arcángeles.
Estamos en presencia de la tercera película del realizador chileno, radicado en Suecia, Daniel Espinosa. El filme comienza como una historia de ciencia ficción y termina siendo una de terror espacial… sin mucho éxito. No plantea un argumento original —es una mezcla de Alien: el octavo pasajero (Ridley Scott, 1979) y Gravity (Alfonso Cuarón, 2013)—y aunque el final puede tener algo de impacto, no resulta bien contado del todo.
Un grupo de astronautas en medio del espacio con vida inteligente de otro planeta a bordo. ¿Qué pudiera salir mal? Si no fuera tan predecible, la película funcionaría a la perfección en el género de terror espacial.
Aunque… no todo el cine es original. Existe un tipo de filmografía que no tiene más aspiraciones que ser cine de fórmula. Es un cine que no se vende como original ni auténtico, donde uno sabe desde el inicio que el protagonista va a lograr tener la chica de sus sueños o que los robots Transformers van, en algún momento, a transformarse.
Como sea. Si Life quiere copiar a Alien y a Gravity, que lo haga. Lo que pasa es que hasta las copias deben tener su gracia. Y, atrapados en un guión sin sustancia, los actores que protagonizan Life no pueden dejar en el espectador la huella que sí marcaron en su momento Sigourney Weaver y Sandra Bullock.
Aram Joao Mestre León
20/6/17 11:04
A mi me gustó la película, aunque es cierto que no es nada original, tiene el mérito de haber atrapado por completo mi atención por la situación tensa que viven estos astronautas, además soy un seguidor de las películas de Jake Gyllenhaal.
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