Un hola grande para todas las personas que visitan nuestro blog. Es el mes de febrero pero no es cualquier semana, es la semana del Día de San Valentín, Día del amor. El próximo viernes gran parte del mundo estará celebrando ese maravilloso sentimiento, esa fuerza mágica que nos impulsa a vivir en alegría y entrega total. Y nuestro blog se suma por adelantado a dicha celebración así que: FELIZ día del AMOR para todas y todos… y ojalá lo celebren cada día y el amor nunca deje de brotar en ustedes. Recuerden que sin amor no hay belleza real posible si no simple apariencia.
Y dadas las felicidades, entonces entramos a la propuesta de hoy. Generalmente escribimos sobre los temas más comunes, aquellos con los que se puedan identificar la mayoría de las personas. Eso está bien, pero nos hace olvidar a aquellas personas necesitadas de temas muy específicos y que, por su puesto, merecen que se les dedique atención. Así que hoy estaré dedicando el artículo a la piel sensible o reactiva. Puede que usted no tenga piel sensible pero quizás conozca a alguien que sí y le podrá ayudar. Pero, incluso, puede que no conozca a nadie y que quizás lo conozca mañana y entonces también le podrá ayudar. Amiga y amigo, de eso se trata el amor.
Cuando hablo de piel sensible o reactiva me refiero a una piel que tiene su barrera protectora muy comprometida, por lo que resulta vulnerable a variedad de agresiones externas, y desarrolla una respuesta excesiva que puede ir desde enrojecimiento hasta ardor o erupciones e, incluso, con el tiempo, desarrollar una debilidad capilar permanente.
La reacción desenfrenada de este tipo de pieles se debe a la excitación de los terminales nerviosos de la epidermis. Es importante no confundirlas con las pieles alérgicas, ya que en este caso la reacción se origina por una respuesta exagerada del sistema inmunitario al entrar en contacto con una sustancia que identifica como peligrosa.
La sensibilidad exacerbada de dichas pieles puede ocasionarse por una fragilidad vascular, reacción a determinados compuestos cosméticos, estrés, cambios hormonales, fatiga, falta de sueño, infecciones atópicas, temperaturas extremas, aguas salitrosas, contaminación, etc.
Hay ciertos indicadores que aunque no resultan determinantes, sin embargo, nos pueden ayudar a identificar una piel sensible, ellos son:
- Pieles finas, delicadas y, por lo general, blancas.
- El estrato córneo o capa externa de la piel suele ser extremadamente delgado.
- Presenta apariencia de fragilidad.
- Sus vasos sanguíneos suelen ser más reactivos en comparación con una piel normal.
- Tienden al enrojecimiento con gran facilidad.
- Pueden presentar una textura no uniforme con descamación, queratosis y erupciones.
- Es propensa a manchas, eritema, prurito, tirantez.
- Puede ocurrir una aparición prematura de arrugas, sobre todo en las pieles secas.
Las anteriores características traen como resultado una menor impermeabilidad y, por tanto, menor protección contra los factores irritantes y contaminantes, así como una pérdida acelerada de la humedad. Lo anterior hace que, en apariencia, dicho tipo de piel se asemeje a la piel seca, sin embargo, y esto es muy importante, los productos para piel seca no son los más aconsejables a usar en pieles sensibles ya que tienen un alto contenido graso y no son lo suficientemente calmantes.
La clave para este tipo de pieles está en prevenir la irritación y tratar su reactividad. La higiene de la piel sensible debe realizarse con productos apropiados que eviten la resequedad, no posean agentes agresivos y tengan activos calmantes que suavicen y refresquen. Nunca se deben utilizar cosméticos con alcohol, perfume, colorantes o jabones alcalinos. Es imprescindible emplear cosméticos hipoalergénicos, con activos descongestivos y calmantes para prevenir cualquier inconveniente.
Claro que lo más probable es que usted se pregunte cómo reconocer los diferentes productos y decidir si le funcionará o no para la piel sensible. Por eso, en el artículo de la siguiente semana estaré compartiendo sobre los ingredientes o componentes más utilizados para tratar dicho tipo de pieles. Claro que no podrán faltar los naturales, esos que usted puede encontrar en casa.
Amigo y amiga, recuerde siempre que es de suma importancia que cuando usted vea o sienta que tiene una determinada situación en su piel, por favor, acuda a un profesional y no haga caso de todo lo que escuche por ahí.
Recuerde también que si le surge alguna duda puede escribir a caysalon@gmail.cu, allí encontrará un grupo de profesionales de la belleza y el bienestar, entre ellos yo, que le orientará con gran cariño. No dude en aprovechar esa gran oportunidad.
Amiga y amigo, gracias de todo corazón por dedicar un tiempo para visitar nuestro blog y gracias por cada comentario que deja, porque eso nos anima e impulsa a seguir trabajando para que usted cultive su belleza de manera saludable.
La próxima semana… claro que estaremos encontrándonos en otra Parada con Estilo, donde el conocimiento, la belleza y el bienestar siempre andan de la mano. Hasta entonces y suerte.
Ary
9/2/20 23:01
Interesante tema, y muy poco tratado en este tipo de blogs. Algo que debemos de tener presente sobre todo para aquellas pieles ya maduras o de la tercera edad donde la piel se torna con el paso del tiempo así. Saludos
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