Durante aquellas épocas en las que a las mujeres no tenían acceso a la educación, a la vida política y se les exigía reclusión en el hogar, el bordado fue una imposición social de lo femenino que les permitía expresarse y reunirse unas con otras, quizás era el único momento en que podían reunirse y tener un espacio para ellas mismas. Fabricaban sus prendas a mano, con ayuda de hilo y aguja y en algún momento, seguramente, surgió el interés de decorar las prendas, para reflejar a través de esta tarea, su personalidad como medio de expresión, de activismo y de protestas en muchas ocasiones.
Actualmente, como otras artesanías milenarias, el bordado ha encontrado un espacio en la vida de muchas mujeres y hombres que más allá del beneficio económico, puede ser un pasatiempo, una de esas personas es Alibela, la parte creativa de Alianet Beltrán, periodista de profesión y mamá orgullosa de un bebé de cuatro patas. Alibela sale en los ratos libres y la salva también a veces de lo ordinario de los días, es una apasionada del bordado.
Hace dos años y medios aproximadamente, meses antes de que comenzara la pandemia, retoma el bordado con más fuerza y decide compartir con otros lo que hace. Alibela siempre ha estado ahí, su feed en Instagram ha ido transformándose en dependencia de sus gustos e intereses. Surge más como un repositorio donde tener guardado sus avances, los pequeños logros y también los errores de su viaje por el bordado.
Gracias a su perfil también ha conocido el trabajo de otras bordadoras cubanas que admira mucho: @keniabandomogarcia.bordados, @_.borda._, @kanavice_art y @ger_create.
Encuentra su inspiración principalmente en la naturaleza y los mundos imaginarios que se inventa. En el bordado puede transformar la realidad, recrearla, moldearla hacia lo que quisiera que fuese y es eso lo que más le motiva. Tiene el control de crear lo que desea, saca también a través de sus bordados las cosas que le molestan o le deprimen y las convierte en arte.
A golpe de muchas puntadas ha aprendido, de tutoriales en las redes, de imágenes y nunca pensar que ya se sabe todo sobre el tema (Foto: Ariel Ley)
En su historia, bordar siempre ha sido un hobbie. A él dedica sus ratos libres, porque le transmite mucha paz, nunca lo ha considerado un trabajo, a pesar de lo ardua que le parezca la tarea. Conoce y sigue en redes a muchas mujeres alrededor del mundo que se dedican a bordar, y es realmente admirable el empeño que lleva trabajar en ello. Aunque para ella no lo sea, respeta muchísimo a quienes lo hacen de manera profesional.
A golpe de muchas puntadas ha aprendido, de tutoriales en las redes, de imágenes y nunca pensar que ya se sabe todo sobre el tema, todos los días descubre algo nuevo. Si nos referimos a formación profesional: no tiene, lo que si posee es dedicación y pasión por lo que hace, desde niña comenzó, tal vez a los seis años, en el garaje de su abuela. Con ella aprendió a usar los aros y a desenredar los hilos cada vez que formaba nudos, por querer ir más rápido de lo que sus manos pequeñas podían en ese entonces. La abuela me enseñó lo básico, puntadas que a pesar de haber estado algunos años inactiva, en cuanto tomó una aguja en la mano, repitió como si estuviera a mi lado guiándome.
“Ella ya no está, guardo en casa, amarillentos ya por el paso del tiempo, los primeros dibujos que me enseñó a bordar. Y es imposible no recordarla en cada proyecto nuevo. Esa ha sido mi formación, en los inicios ella y luego la prueba y el error”.
Alibela no trabaja realmente su marca en redes sociales, nunca ha sido su intención crear una marca, siempre muestra lo que siente. Mi perfil de Instagram es un diario de su evolución. Ahí plasma los errores, las historias que le vienen a la mente con cada bordado, los pasitos que va dando hacia adelante. Trata de ser sincera, como si estuviese hablando con ella misma.
Es como tener una bitácora pero que puede ser leída en tiempo real, incluso mantiene la cuenta muy personal, aunque publica bordados también comparte de su vida, de su día a día y de las cosas que le gustan, es una mezcla.
Su proceso de bordado no es nada fácil, aunque las ideas le vienen muy seguidas, tiene en la gaveta al menos cuatro proyectos empezados. Generalmente ve algo que me gusta e intenta hacer bocetos o recrearlo con la mezcla de muchas cosas que le inspiren. No le gusta mucho dibujar por lo que es ese el momento más difícil del proceso. Una vez que tiene el diseño en la tela llega un momento caótico, saco a la cama o a la mesa, todos los hilos que tiene. Le gusta ir eligiendo los colores en dependencia de cómo vaya el resultado.
Borda sin intenciones de lucrarse con su arte, lo hace principalmente para su consumo (Foto: Ariel Ley)
Un bordado puede tomar, horas, días, semanas o meses. Todo depende de la cantidad de detalles, el tamaño, y el tiempo que tenga disponible.
Alibela se ha pasado hasta ocho horas seguidas bordando, las manos terminan adoloridas y también salen llagas en los dedos, pero es que bordar es adictivo, hay ocasiones en que no quiere dejar la aguja.
“Hasta el momento el bordado que más tiempo me ha llevado ha sido un mes, bordando alrededor de tres a cuatro horas diarias”.
Borda sin intenciones de lucrarse con su arte, lo hace principalmente para su consumo, sin embargo, cuando a la página empezaran a llegar personas nuevas, sus diseños y su técnica les llama bastante la atención y ha tenido varios encargos; al menos en La Habana, no son muchas las que bordan.
Hay mucho más que decir sobre la importancia del bordar, que está teniendo un increíble renacimiento actualmente. Lo que tradicionalmente era una actividad creativa menor, hoy se reconoce como una expresión artística con derecho propio. Las personas que siguen en redes sociales el trabajo de Alianet aprecian mucho sus bordados y ha tenido experiencias muy bonitas con “clientes”, que de tanto conversar y ponerse de acuerdo terminan bordando juntos por WhatsApp. También porque muestra lo que hay detrás de los hilos de colores y esa forma de acercarse a sus seguidores les llama más la atención.
Alibela recientemente está aprendiendo a coser a máquina, para poder darle un valor más utilitario a los bordados, hacer bolsas, accesorios, otra de sus metas este año es aprender a tejer.
Ha ido innovando con lo que sabe, uno de sus mayores logros es el bordado 3D. También disfruta mucho personalizar la ropa o rescatar aquellas prendas que se han manchado o roto. Uno de los proyectos que siempre tuvo la ilusión de concretar cuando vivía en Cuba, era dar talleres de bordados. “Aunque no me considero una experta me hubiese encantado compartir lo que sé y sobre todo amaba la idea de pasar una tarde con más personas bordando y conversando”.
Bordado 3D (Foto: Cortesía @alibela)
Aunque el bordado clásico está más enlazado con nuestras abuelas, hoy día esas prácticas no pasan de moda, se reinventan: las prendas con trabajos manuales están cobrando muchísimo interés a nivel mundial, muchas de las grandes marcas de moda como Dior implementan los bordados sobre mallas y vestidos en sus nuevas piezas con gran éxito.
Sí creemos que cada vez, en Cuba, menos personas bordan. Nuestras abuelas eran quienes aún conservaban la tradición y muchos de los nietos no siguieron con ella.
Ha realizado colaboraciones con Selva Vegetal un hermoso proyecto enfocado en los beneficios de las plantas y del uso de lo natural. Con ellos, que le brindaron la libertad de crear, hizo unas tote bags inspirados en flores y plantas silvestres y ornamentales.
También comenzó un proyecto con Lumen que no pudo concluir, aunque hicieron unas muestras no continuaron: eran cojines bordados con animales, cuyo propósito era recaudar fondos para ser donados a Asociaciones Animalistas.
Alibela te aconseja, si quieres empezar a bordar y te asusta: ¡que lo haga! incluso si no se siente seguro. El bordado tiene varios beneficios psicológicos, nos ayuda a estimular la mente, nos aporta claridad mental y a liberarnos del estrés, se logra paz en la actividad. Aunque se requiere de extrema paciencia para ver resultados. Bordar es magia en cierto sentido.
Para comenzar hay que encontrar los materiales básicos, al menos el aro de bordar y si no se cuentan con los hilos, los de coser también funcionan. Los principales resultados están en las ganas que se le ponga.
Bordar es terapia para los buenos y los malos días también, y como una manera de dejar fluir tu mundo interior.
Yuli
13/3/22 18:24
Muy interesante e instructivo, me encanta el blog
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