Joband es su nombre artístico, tiene 26 años y nació en el Cerro. Desde niño se ha interesado por el mundo de la música y, más allá de algunas lecciones de piano y canto, su formación es más bien empírica. Emprendedor y ávido de nuevas sonoridades, no discrimina géneros, de ahí que haya explorado zonas del rap, el regueattón, el jazz y hasta la salsa.
Hace unos días me llama por teléfono y escucho su voz que, con maneras educadas y hablar correcto, asegura que Tony Basanta, uno de los más grandes impulsores de los talentos jóvenes cubanos, le ha dado mi número. Lo recibo en casa y me impresionan su disposición, su entusiasmo, reconozco en él a la persona para quien los obstáculos no son más que nuevas oportunidades.
“Desde los 12 años comencé con el rap, me integré a una casa de cultura. Ahí recibí algunas clases de canto, algo de guitarra, piano, pero siempre vinculado a lo que es el canto y la composición. Gané algunos diplomas en el movimiento de artistas aficionados e hice algunos trabajos en conjunto con varios artistas, como la agrupación LBM, que hace salsa. Yo tendría unos 14 años más o menos.”
Para mí el rap suena a canción protesta, ¿es así realmente? “Bueno, sí, el rap viene de los barrios marginales. El movimiento de rap en Cuba se ve como una expresión de identidad, cómo soy, cómo me visto, cómo camino, cómo me identifico con los otros en el barrio, y de ahí salen estas letras, que es lo que identifica al movimiento. Es una protesta, digo con lo que estoy de acuerdo y con lo que no.”
¿Y cuándo ocurre ese salto de un estilo a otro? “Ya yo había recibido clases de canto y tengo un registro vocal bastante amplio, de tres octavas, con una voz bastante profunda, es decir, soy bajo profundo, pero no entro en esta parte del canto melódico hasta los 17 años, con un proyecto que se llama Espacio Latino, después de haber colaborado con Baby Lores, Insurrecto, que me abrieron camino dentro de lo que es el movimiento de rap con regueattón.”
“Pero yo tenía inquietudes más allá, no quería quedarme en esos géneros, no porque sean ricos ni pobres, sino que mi es concepción es que, mientras hagas arte y lo hagas bien, será valorado. Entonces en 2008 entro en este proyecto, Espacio Latino, donde trabajé con el productor Joel Pérez Machado, que agrupaba en un mismo disco a veinticuatro cantantes, cada cual en su cuerda, para vender al mercado internacional. Más o menos lo que se hizo en España con Operación Triunfo, para los que son hoy David Bisbal y David Bustamante.”
“Ese proyecto me enseñó mucho, esa es la persona que me descubre, reconoce mi registro vocal con posibilidades para el blues, el soul, la música afroamericana. Me identifiqué de inmediato con eso, también por cuestiones religiosas, y me dije, tengo que desarrollarme por esa línea, y estuve unos cinco años preparándome para mi primer disco. Di clases de teatro, de expresión escénica, cómo caminar, como conducirme, hablar, gesticular.”
“Ya a partir de ahí me decido, no abandono el rap ni el regueattón, pero sí incorporo más esto, que era con lo que más me sentía identificado. Entonces entro en una agrupación vocal que se llama A otro tiempo, aprendo ahí el trabajo de voces, que es algo bien difícil. De ahí continúo con otra agrupación, Cuban blues, donde gano mucho porque también tuve la posibilidad de trabajar con David y Ernesto Blanco, Descemer Bueno, Kelvis, Raúl Torres, entre otros.”
“Es en esta agrupación donde conozco a Hiram Riverí, más conocido como Ruzzo, de Orishas. Era el momento en que Orishas había decidido tomarse un tiempo, entonces él viene a Cuba y armamos un proyecto con varios amigos, como David Blanco, Aldo López Gavilán, eso también me ayudó. Uno de los managers me hizo la propuesta de hacer un disco en solitario, y yo acepté.”
“Los productores de Orishas me propusieron montar algunas cosas con mi voz grave, sobre una base que es el rap, pero que tiene elementos del jazz, del funky, del soul, y así empecé a trabajar en mi disco “Nunca digas no”. En 2013 le presento este trabajo a Juan Carlos Formell, y él lo propuso como world music. Claro que, al yo tener un espectro muy amplio, no me pudieron definir como pop, porque también hay elementos del jazz, del blues, del pop-rock. Mi disco debe salir por la Egrem, en febrero de este 2015.”
“Después empiezo mi propio proyecto, que se llama Joband, junto a un DJ, un saxofonista y una cantante. Tenemos una peña en la Uneac los primeros jueves del mes, la peña del jazz de 4 a 8pm. Es un espacio donde ya yo había trabajado uno o dos años atrás, y donde conocí al maestro Tony Basanta y a Bobby Carcasses, que ha sido el patrón mío, la persona que me ha guiado constantemente.”
“También estoy trabajando en un proyecto con un gran guitarrista, Giancarlo Fabri, sobre lo que es el rock latinoamericano, a lo Carlos Santana, con jóvenes músicos. Este guitarrista trae la propuesta de crear una nueva cultura y concepto de sonido, desde qué y cómo se escucha. La idea está enfocada a los jóvenes músicos que salgan de la ENA, con una formación desde el punto de vista sonoro, y lanzarlos internacionalmente. Un proyecto aun en formación, que se llamará Light music world.”
Y si yo te pidiera una palabra, tomando en cuenta esta hibridación de géneros, para definir lo que viene siendo fusión de lo cubano con lo internacional en la música que haces ¿qué palabra sería?: “Arte, con la base de lo que soy, de mis raíces, podría resumirlo así, tomando de diferentes culturas y llevándolo a mi forma.”
Yosmel
18/3/15 14:28
Interesante propuesta que muestra esta joven agrupación. Sigan así muchachos que la buena música siempre se agradece, felicidades y éxito en su carrera profesional y personal.
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