Yo seré actriz estrella

Chanel de la Caridad tiene cuatro años y vive en Playa con sus padres. Me asegura que va a un círculo infantil donde también hay niños de solo un año. Es tan espontánea y sonriente, tiene una dicción y vocabulario tan increíble para su edad que pido permiso a la abuela para hablar con ella mientras a su mamá la atiende el biólogo.

“Sí, tuve de mascota un perrito, y los pececitos. Los pececitos se me fueron por el tragante, ya se me fueron al cielo como mi abuelito Ramón.” ¿A ver, Chanel, te gustan los muñequitos? ¿Ves televisión? “Me gustan muchos muñequitos, Las barbies, Dora, Diego, Alicia en el país de las maravillas, La dama y el vagabundo. Esos los veo en la computadora y en el televisor nada más que algunas veces.”

¿Qué vas a ser cuando seas grande?, le pregunto y me responde “bailarina”, pero después me dice “corredora” “doctora”, “cantante”. La abuela me cuenta que, un buen día al verla bailando rumba, preguntó “¿pero de dónde sacó ella esos movimientos?” Y Chanel que la ha estado escuchando atentamente, desenfadada y como quien reconoce algo evidente, le dice, “¡abuela eso lo saqué de mi tía Yanelys!”

“Mi círculo se llama Tesorito del mar y cerca venden churritos. Tenemos un patio de juego donde jugamos, pero a veces discutimos los niños porque no sabemos bien a qué jugar. Damos los colores y las figuras geométricas. ¿Sabes qué?, me gustan los collares de flores, en el círculo nos enseñan canciones y escribimos poesías, lo que ahora no me acuerdo de ninguna.”

A Chanel le gustan algunas canciones para adultos, como “El hombre que yo amo”, de Miriam Hernández, “Morenita” de Marco Antonio Solís y los Tambores de Laritza Bacallao. “Le voy a pedir a mi mamá que me haga una fiesta de cumpleaños, una fiesta de disfraces en mi piscina inflable que tiene dibujitos marinos. Me gustaría un disfraz de hada, de mariposa o de gitana, yo seré una gitana carmelita clara, como la gitana de El jorobado.”

“También tengo una piñata de Minnie, y unas chancletas de Minnie que ya ni siquiera ya me quedan”, dice y me muestra las chancleticas rosadas que le quedan justas porque el pie le crece rápido. Me muestra su blusa de Hawaii y me asegura que irá a París cuando sea grande.

“A Papá Noel se le escribe una carta y se le pone en el árbol. Yo le pedí un Blackberry de juguete, pero mi mamá se equivocó y dijo, Chanel quiere un teléfono en vez de un Blackberry, entonces se equivocaron los dos”. ¿Y qué hiciste tú? “Me puse furiosa”. Le digo que tiene que tener paciencia, que papá Noel ya es viejito y a veces se le olvidan las cosas. Con sus hoyitos en medio de los cachetes me da la razón: “bueno, sí”.

“Esa carta se pone en el arbolito. Mi árbol se conecta y se encienden unos regalitos decorados que dicen na na ná, rápido, lento, apagarse. Yo no vi a papá Noel, yo estaba durmiendo cuando vino, igual que el ratoncito Pérez, que cuando se te cae un diente, lo pones debajo de la almohada así, y al otro día te da un regalito, y ya. A mí todavía no se me ha caído ninguno, pero ¿sabes qué? a una amiguita mía sí, tiene flojitos todos los dientes.”

La palabra de Chanel de la Caridad es “fascinar”. La ha usado durante toda nuestra conversación para decir “me fascina el color rosado”, “me fascinan los columpios y le pediré uno a mi papá”, “me fascinan las mariposas y las hadas y ser gitana”. Intento comprobar si realmente conoce el significado y me responde “que me gusta mucho”. Con sus piecitos descalzos da una vuelta más de bailarina y me dice: “Cuando yo sea grande seré actriz estrella”.