La ciudad resulta obra de y para seres humanos, por lo que en función de los seres humanos está dispuesto todo. Los árboles acompañan la vida aquí. Pocas veces serán protagonistas, más bien parecen destinados al complemento: complemento vital, imprescindible, pero complemento.
Los árboles por sí solos no son nada, al menos en la dichosa ciudad. Aquí los árboles hablan de gentes…
Combinación de monumentos con la vegetación (Pedro pablo Chaviano/Cubahora)
Balcones con plantas (Pedro pablo Chaviano/Cubahora)
Hay sitios en que a vegetación prácticamente inade la calle (Pedro pablo Chaviano/Cubahora)
Comunicaciones, electricidad y arbolado (Pedro pablo Chaviano/Cubahora)
Atardecer entre cables y ramas (Pedro pablo Chaviano/Cubahora)
Avenida 100, en Marianao (Pedro pablo Chaviano/Cubahora).
La vieja costumbre de caminar por la calle (Pedro pablo Chaviano/Cubahora)
La fe… (Pedro pablo Chaviano/Cubahora)
Lo que menos uno se imagina acaba floreciendo (Pedro pablo Chaviano/Cubahora)
Los restos de arbolado se acumulan en una esquina, juto a la basura (Pedro pablo Chaviano/Cubahora)
Los restos de arbolado se acumulan en una esquina, juto a la basura (Pedro Pablo Chaviano/Cubahora)
El espacio público y los restos del huracán (Pedro pablo Chaviano/Cubahora)
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