domingo, 22 de septiembre de 2024

Con Oddara ¡todo está bien!

Un grupo de jóvenes amantes del jazz se abre paso en el panorama musical cubano, deseosos de que se multipliquen los espacios de difusión de este género y se reconozca más sus potencialidades...

Ana María Domínguez Cruz en Exclusivo 18/11/2013
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Oddara
“Todo surgió en la escuela, como un entretenimiento, pero luego la propuesta se tornó más seria".

“¿Sabes cuántas veces el director de un centro cultural me ha dicho que mi música no le gustará a nadie, que el jazz no llena las mesas por las noches? Muchas veces, sobre todo en mi ciudad natal de Las Tunas, pero lo curioso es que luego, cuando me presento en un lugar gracias a nuestra propia gestión, las sillas no son suficientes y se extiende la presentación más allá de lo previsto. El jazz en Cuba también tiene público y pensar que solo el reguetón o la salsa es lo que le gusta a la gente es negar la riqueza de un género grande”.

Esta es una de las preocupaciones que embargan a Eduardo Barroetabeña, fundador y director de Oddara, agrupación que desde 2008 une a seis  jóvenes egresados de escuelas de arte, quienes toman el piano, la flauta, el saxo, los drums, la trompeta y el bajo, para interpretar y defender el jazz cubano.

“Todo surgió en la escuela, como un entretenimiento, pero luego la propuesta se tornó más seria. Nos unimos en el sueño el holguinero Carlos Veitía, el granmense Ronald Rivero, los camagüeyanos César Filiú y Harold González, el guantanamero Josué Borges y yo. Nos hemos presentado en el Festival Jazz Plaza, en el Festival Internacional Jojazz, en la Fiesta del Tambor, en jornadas de concierto y en algunos centros nocturnos, y por la reacción de la gente vemos que hacemos algo que gusta, y con eso tenemos más ganas de trabajar”, comenta Eduardo.

El jazz eligió a Eduardo, y no al revés, desde que escuchara a Emiliano Salvador y a Basilio Márquez y poco después, cuando oyó a Dave Weckl. “Realmente soy graduado de percusión, fui maestro en la Vocacional de Arte de Las Tunas El Cucalambé y también hice mis trabajos con la Orquesta Caisimú, el Cuarteto de Percusión Cuban Tó, el grupo Jazz Aires de Concierto y con Melvis Santa, Yasek Manzano, entre otros. Luego quise hacer carrera con mi grupo y aquí estamos, haciendo versiones de standards del género, aprendiendo y componiendo nuestros temas”.

—¿Por qué demoró tanto tu primer disco?

—En estos cinco años hemos empezado desde cero, poco a poco, probándonos y ganándonos nuestro espacio. Ha sido difícil, sobre todo fuera de La Habana, porque muchas veces los directivos de Cultura se toman el derecho de juzgar qué es buena música y qué no, y no siempre las puertas las hemos tenido abiertas. Es una pena porque en este país sí hay cultura y público para todo tipo de música. ¿Cómo no va a haberla para el jazz, que en medio de la seriedad y la profundidad que exige, regala tantas libertades?

“Ahora traemos Jazziendo, un disco muy ‘digerible’ y no precisamente comercial, que finalmente es la recopilación de 12 temas, entre los que hay arreglos de algunos conocidos como Danza Negra, de Ernesto Lecuona y La Tarde, de Sindo Garay, y otros de nuestra autoría. Tenemos como invitados a Brenda Navarrete y a Yaroldi Abreu, privilegios que disfrutamos.

“El nombre viene de la mezcla entre Jazz y nacimiento, porque estamos en esa fase y así queremos mostrarnos”.

—Tienen premios en la categoría de composición en ediciones del Festival Internacional Jojazz, ¿qué opinión te merece este evento?

—Es una gran oportunidad para los jóvenes talentos, una manera de motivarlos e incentivar en ellos el espíritu de la composición y también de los arreglos. Del Jojazz han salido muchos grandes jazzistas que conocemos después, incluso mujeres, y es genial que así sea, desde abajo, inspirándote en quienes hicieron lo mismo y se trazaron su camino.

“Lo triste es que luego de obtener el premio, te preguntas ¿y ahora qué? Tiene que ver con los espacios para la difusión y el disfrute del género, en las emisoras, en los centros nocturnos, en los distintos ámbitos. En la capital se vive mejor en ese sentido, sabemos que en La Zorra y el Cuervo, por ejemplo, las puertas siempre estarán abiertas, pero en otras provincias la gente también quiere jazzear, ¿por qué no?”.

Me cuenta Eduardo su emoción en la noche del pasado 2 de abril, cuando Oddara regalaba su música en este club y descubrieron en una mesa a Beyoncé y a Jay-Z. “Fue espectacular y a ellos les encantó. Compartieron con nosotros y nos agradó el intercambio. Por eso seguimos pa’ lante, porque como dice el significado yoruba de Oddara, ¡Todo está y estará bien

 


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Ana María Domínguez Cruz

"Una periodista cubana en mi tercera década de vida, dispuesta a deslizar mis dedos por el teclado".


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