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domingo, 24 de noviembre de 2024

El alumbramiento del Bayado (+ Fotos)

El Festival del Vino número veinte concluyó en la histórica ciudad de Bayamo en los últimos días de febrero del 2012. En este certamen participó el holguinero Club Bayado...

Rodobaldo Martinez Perez en Exclusivo 10/03/2012
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Copas de Vino
El Festival constituyó espacio para confraternizar entre los mejores vinicultores de Cuba.

Pareciera que Dionisos y Baco depositaron sus dones en Raquel López Durañona, Dama de los Vinos, la mujer con más premios ganados en festivales nacionales de vinos artesanales, y que tiene en su haber el reconocimiento de Gran Maestra del Vino otorgado por el Ministerio de la Agricultura Urbana, en el 2006, e Hija Ilustre de la Ciudad de Holguín.

Todo comenzó cuando de retorno del V Festival de Tradiciones de Villa Clara, en 1994, Raquel, quien en ese momento alcanzó los primeros lugares del riguroso certamen más el lauro de la popularidad, comenzó a sumar aficionados al arte de elaborar bebidas artesanalmente.

El 20 de diciembre de ese propio año nace el Club de Vinicultores de la Ciudad de los Parques, con el nombre Club Bayado, en honor al cerro más prominente de estos lares, devenido símbolo de la región: La Loma de la Cruz.

El Bayado comienza sus primeras actividades en 1995 y garantiza en Bariay, en octubre del propio año, el brindis por nuestra América durante las Fiestas de la Cultura Iberoamericana, magnífica inventiva para conjugar historia, tradición y cultura.

Precisamente, los entusiastas vinicultores holguineros consideraron la posibilidad en ese momento de incorporar a dichas fiestas un Festival del Vino, que hoy alcanza mayoría de edad, pues hasta la fecha se han desarrollado 14 festivales provinciales, catalogados por Rosell Martínez Pérez, su actual presidente, como “la oportunidad de acrecentar el acervo cultural de los vinicultores, perfeccionar las enseñanzas y debatir criterios tendentes a mejorar la calidad de las producciones”.

FESTIVAL PARA EL DISFRUTE DE CATAR VINOS

El Festival número 20 concluyó sus actividades el 26 de febrero de 2012 en la histórica ciudad de Bayamo, después de tres días de labor, y resultaron ganadoras las provincias de Pinar del Río, Sancti Spíritus y Ciego de Ávila, merecedoras de los primeros lugares, respectivamente.
En la categoría de vino seco ganó Osvaldo Rodríguez López, de Morón, Ciego de Ávila, denominado como el gran premio de este Festival, por superar a todos los demás evaluados, según el experimentado equipo de catadores, presidido por Ángel Cervantes, Jefe de Cata de la Coordinadora Nacional.

En vino semiseco triunfó el matrimonio de Leonardo e Inora, de Camagüey y en semidulce Gilberto Pérez, de Cienfuegos. En vino dulce, Luis González, de la provincia sede; en blanco, Luis Mario Gutiérrez, de Morón; en vino rosado, Marelis Hidalgo, de Pinar del Río; en espumoso, Noel Morales Rojas, de Sancti Spíritus; quien expuso la mejor potencia sobre como acelerar, con óptima calidad, la maduración del proceso de realización del vino durante su etapa de reposo, en espera de ser envasado.

El Festival, como los anteriores, constituyó espacio para confraternizar entre los mejores vinicultores de Cuba, a favor de enriquecer la cultura vinícola artesanal y rescatar las tradiciones más autóctonas de muchos pueblos y ciudades del país. La competición trascurre en las ocho categorías mencionadas. El jurado, al escoger los mejores, evalúo el color, sabor, olor y gusto, de acuerdo con normas estándar de calidad de las muestras presentadas.

CLUBES DE VINICULTORES ARTESANALES

Varios clubes de vinicultores se han desarrollado en casi todas las provincias cubanas. La Habana, Giraldilla y San Miguel; Pinar del Río, Viniprinci; Cienfuegos, Jagua y Guanaroca, Camagüey, Tuabaquey, Las Tunas, Don Lorenzo; Santiago de Cuba, Baconao y Siboney; Granma, El Bayamés; Sancti Spiritus, Trópico; Villa Clara , Cubanicay y Holguín, Bayado. En Ciego de Ávila se encuentra La Trocha, el club más ganador en festivales.

Noel Morales Rojas, coordinador de la Junta Nacional de Vinicultores artesanales, afirma: “el primer Club en el país surgió en Cabaiguán, provincia de Santi Spíritus, en 1971. Junto con su familia, Noel ha acumulado cuatro grandes premios en festivales nacionales y su esposa Inés está considerada la segunda mujer más premiada del país después de la holguinera Raquel.

El espirituano, mejor vinicultor del país en cuatro ocasiones, con una pequeña fábrica de vinos y el patio de la casa familiar cubierto por una enorme planta de uvas; recuerda a sus abuelos oriundos de las Islas Canarias, quienes llegaron a Remedios en 1933 y con ellos la dedicación a la producción de vinos, tradición seguida por sus padres, Agapito y Ramona, y que hoy continúa su familia.

Antonio Brunet Moya, de Villa Clara, define sin embargo dos etapas en el verdadero desarrollo de los vinos artesanales en Cuba. La primera cuando atizaron el interés a recuperar tradiciones, en la década de los 80 del siglo pasado, y la segunda, a partir de 1992, en pleno Período Especial, a través de la creación de granjas urbanas y el otorgamiento de patentes para la producción vinícola.

MÁS ALLÁ DEL PALADAR

Se ha demostrado científicamente los beneficios de consumir vino moderadamente. Una investigación del CSIC (Consejo Superior de Investigaciones Científicas de España), plantea que el vino puede ser eficaz para la prevención de úlceras y gastritis producidas por la bacteria Helicobacter pylori así como el desarrollo de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer. Otras investigaciones revelan que un ingrediente del vino tinto, presente en las uvas, los arándanos y otras plantas; podría prevenir algunas enfermedades de vista derivadas de vasos sanguíneos dañados en la retina.

Esta idea de desarrollar la vinicultura, subrayando su parte relacionada con la salud, es motivación preponderante en los integrantes del club holguinero, quienes al unísono del incremento de sus producciones no abandonan la investigación sobre los temas del uso terapéutico del vino.

Rosell Martínez explica la preocupación en cuanto a las propiedades de las frutas y demás partes utilizadas en la fabricación y su repercusión en el organismo humano, por ende, de acuerdo con sus experiencias, prefieren hacer vino de frutas por encima de los granos, que la sabiduría popular le etiqueta algunas propiedades perjudiciales al ser humano.

Como dice Rosell, aparte de ofrecer un producto que satisfaga el gusto del comprador, lo más importantes es ganar la confianza de que se está ingiriendo un líquido sano de perjuicios.


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Rodobaldo Martinez Perez


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