domingo, 8 de septiembre de 2024

El cine más al desnudo

Con la décima edición del Festival de Cine Pobre, Gibara ha devenido una gigantesca fiesta con filmes de 90 países…

Ada María Oramas Ezquerro en Exclusivo 16/04/2012
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Gibara durante el Festival de Cine Pobre
Festival de Cine Pobre Humberto Solás en Gibara, Holguín.

¿Realidad o fantasía?...Esta interrogante queda en suspenso ante los concurrentes a la décima edición del Festival de Cine Pobre que ha convertido a Gibara en un punto de encuentro de personalidades de todas las manifestaciones de la cultura. Allí se escuchan conversaciones en un número infinito de idiomas, de artistas que se comunican sin necesidad de intérpretes, porque la imagen en movimiento, la palabra y el sonido solo necesitan de pantallas para comunicar el mensaje de sus creaciones.

Desde el pasado año, uno de los cineastas jóvenes de mayor talento de Cuba, Lester Hamlet preside el Festival, con una energía mayúscula que ha logrado aglutinar a creadores y materiales fílmicos de 90 países, una proeza que adquiere protagonismo en Cuba y le otorga al cine pobre la envergadura del más alto nivel internacional.

CONVERTIR REALIDADES EN CINE

¿Cuál es el objetivo de este evento?

-Acercar el cine a sus reales protagonistas, o sea al público. Hacer que los espectadores vean el cine un poco más al desnudo, como se hace, como se ejecuta, la acción que provoca la realización cinematográfica, como los cineastas convierten realidades en cine, a partir de lo conocido, lograr que Gibara se convierta en un gran set. Esas son las intenciones básicas del Festival: repartir cine por toda esa población.

¿Cuáles han sido los momentos más importantes de este evento?

-Pienso que lo más importante en su historia fue haber nacido. Intentar ofrecer un espacio de visibilidad para este cine que se crea más en la periferia, más en los bordes, alejado de las industrias y de esos mecanismos de producción. En resumen; haber existido y haberse instalado como un evento cultural. Su mayor importancia radica en haber nacido.

En esa primera parte de su historia fue Humberto Solás el presidente y fundador. ¿Cómo valoras la importancia de su labor en aquel tiempo?

-Humberto fue, es y será uno de los grandes maestros de nuestra cinematografía. No solo por las películas que hizo, sino por su pensamiento, por la severidad y la perpetuidad de los ideales por los que él vivió. Pienso que el evento tiene mucho de él, de aquellas locaciones que utilizara en su Lucía, hasta para los espacios que él escenografiara. Por ejemplo, en Miel para Ochún ya había una intención para con el espacio y un amor, un sentido de deuda para con lo que esa población dio. Humberto es una presencia permanente, ya no solo en el festival y en loa cultura cubana y a un nivel mucho más particular: en la cultura gibareña. Es un ser recordado, amado y bendecido por ellos. Por ese recuerdo, debemos seguir trabajando nosotros por la perpetuidad de la honra que merece un hombre de su altura.

¿Desde qué fecha presides este evento y qué has hecho por el festival?

-Desde el pasado mes de julio y, desde entonces. Lo único que he hecho es trabajar y dedicarme en un cien por ciento a este evento. Olvidarme un poco de proyectos personales para que este evento pudiera seguir adelante. Ha sido muy duro por lo abarcador y la dimensión que posee. Con poquísimo tiempo crear un nuevo equipo de trabajo, pues nunca habíamos dirigido un festival.

“Lo mío y la gente que me acompaña es la creación artística: pensar y filmar guiones. Eso es lo que yo hago. De pronto, dirigir un equipo tan grande como el que requiere este evento es impresionante. Y no solo es lo artístico, sino la logística, el ordenamiento. La distribución de los foros y paneles teóricos. Para mí ha sido, en primer lugar, una oportunidad casi divina, un reto muy difícil y eso me encanta.

“Estoy atento en todo momento, pues este trabajo me tiene ocupada la mente todo el tiempo. Siempre vivo bajo un precepto martiano de que hay que ir a lo mejor del hombre para que lo peor no prevalezca. Y para mí lo mejor es el trabajo, la dedicación, tener todos los días algo que hacer y una meta que cumplir.”

UN INVITADO MUY ESPECIAL: LUIS EDUARDO AUTE

¿Cómo tú caracterizas esta edición del Festival? ¿Qué va a ocurrir allí?

-Ojalá lo que ocurra me conduzca a que yo sea un hombre feliz después del 25 de abril. Vamos a tener invitados como siempre han venido desde su inicio. Un primer lugar vamos a contar con la presencia de Luis Eduardo Aute, ya confirmado. Aute siente a Cuba como su segunda patria, porque nuestro país siempre le ha brindado homenajes y cariño, como hijo adoptivo que es de nosotros.

DE CANNES A GIBARA

¿Alguna otra atracción impactante?

“También asistirá Michael Rowe y Mónica del Carmen, director y actriz de una película que recientemente ganara premios en Cannes y otros eventos de alta repercusión internacional. Este largometraje aborda el placer del dolor, por decirlo de alguna manera, trata sobre la violencia. Es un largometraje fuerte, intenso que tendremos el privilegio de mostrar, en exclusiva, en la gala de inauguración.

“También asistirá Alejandra Sánchez, quien recibiera en el pasado Festival de Cine uno de los premios en documental, también con su obra también muy contradictoria, conflictiva y actual, Agnus dei, sobre casos de pederastia en México. Junto a ellos, Pastora Vega, Carmen Rosado, figuras del audiovisual y del mundo de la interpretación.

“Algo muy importante es lo que ocurrirá en las salas de cine. Tenemos cinematografías de más de 90 países. Es un verdadero logro, si valoramos que el Festival de Cine Pobre es el único evento internacional propiamente de cine del país, pues nuestro amado Festival de Cine de La Habana es regional. Valora solamente para su concurso el cine realizado en la región, aunque presente muestras de otros países. Es un logro para el Festival de Cine Pobre tener tantas cinematografías reunidas.”

¿Y en cuánto a otras categorías?

-Los apartados de cortos de ficción y de documentales reservan grandes sorpresas para los espectadores. Hemos tenido un comité de selección muy exigente que también ha trabajado mucho para lo que anhela mostrar. No se trata de discursos políticos ni obras de presupuestos elevados que no conducen a los principios que buscamos. El interés radica en el cine como medio de expresión, de personas que realizan su creación, tal vez desde una posición un poco más marginada. Por eso hay que darle mayor visibilidad, contar con el apoyo de instituciones como la UNESC0 y la UNICEF, por ejemplo. Pienso que viviremos días de mucha intensidad, de mucho amor al cine, de mucha oportunidad para quienes aun no han quedado enamorados para siempre del cine, tengan la oportunidad de iniciar su romance en Gibara.

¿Estás enamorado del cine?

-Perdidamente. Quisiera que fuera de otra manera, al menos un poquito menos doloroso. Pero esta es mi vida, es el sentido por el cual late mi corazón y amanezco cada mañana; dedicarme a algo que tenga que ver con el séptimo arte, desde la realización o ahora mismo con la organización de un evento, tan adorado e importante para mí como el Festival de Cine Pobre.

¿Tienes en perspectiva una nueva película?

-Cuando termine el Festival pienso comenzar el rodaje de mi próximo largometraje. Vuelvo a la adaptación de un clásico del teatro cubano: Weekend en Bahía, de Alberto Pedro, el cual como proyecto cinematográfico, llevará por título. Ya no es antes, una película riesgosa, con solo dos actores: Violeta Rodríguez y Hugo Reyes, en un espacio único, pintado de blanco, Es un gran reto para mí, aunque me compensa tener como fotógrafo a Raúl Pérez Ureta, lo cual es un gran lujo y privilegio para mí y también repetirá con Harold López Nussa en banda sonora, con quien trabajé en Fábula.

¿El Festival no impide que continúes con tu labor como cineasta?

-Todo lo contrario. Porque considero al Festival como mi propia obra. Creo que dejo mucho de mí en cualquier otro empeño. Trato de incorporar mi alma, mis sensaciones, mis vivencias para lograrlo y se convierten en proyectos personales. Considero al Festival como una de mis obras.


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Ada María Oramas Ezquerro

De larga trayectoria en el periodismo cultural. Premio de Oro, del Gran Teatro de La Habana y Miembro de la sección de la Asociación de Artistas Escénicas de la UNEAC


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