Por: Rafael Lam
La primera vez que vi a Pacho Alonso en persona fue hace medio siglo, en la playa Santa María. Llegó con sus hijos en el auto Ford 57 que rodaba en aquellos tiempos. Siempre quise entrevistarlo cara a cara, tendrían que pasar unos años, en 1980, para ese encuentro afortunado. Sucedió en los ensayos tediosos del programa Juntos a las 9 de la Televisión Cubana.
Pacho era un puro santiaguero. En ese ensayo coincidieron su amigo de la orquesta de Mariano Mercerón, Fernando Álvarez y la cantante Elena Burke. Se hablaba del club Scheherazade y su acompañante, Pepé Delgado, en 1960, en la calle M y 19, a un costado del edificio Focsa.
Pacho recuerda que es en 1959 cuando despega en grande con aquellas grabaciones: “Yo no quiero piedra en mi camino”, “Que me digan feo”, “A cualquiera se le muere un tío” (Enrique Bonne), “Tú no sospechas” (Marta Valdés), “Enferma del alma” (Otilio Portal), “Dame un chance” (Electo Rosel “Chepín”), “Imágenes”(Frank Domínguez).
- Consulte además: Pacho Alonso: un artista de pueblo
Ya en esa etapa de 1960 lo consideran “el cancionero más romántico del feeling” —lo incluyen con Fernando Álvarez, Frank Domínguez y José Antonio Méndez en el grupo de Los virtuosos del feeling; programa La hora del sentimiento (Zigzag,20 de agosto 1960).
Era el momento en que comenzaba una nueva era musical. Después de 1959, Pacho aprovechó ese gran instante, lo recuerdo muy bien, casi a diario en la TV.
Elena le dice a Pacho que ella gozaba con su interpretación del tango de Cobián y Cadícamo “Niebla de riachuelo”.
Fernando le recordaba a Pacho aquellos tiempos atrás, en 1952, cuando coincidieron en la orquesta de Mariano Mercerón con Benny Moré. “En aquellos tiempos —rememora Pacho— nosotros nos inspiramos en el Benny por esa voz privilegiada que tenía, algo pocas veces escuchado. Esa trilogía, más adelante en los finales de los 50 y, los inicios de los 60, fue de mucha hermandad. Los tres éramos como una familia, todos triunfamos de una manera o de otra”.
Pacho hablaba con mucho orgullo de sus presentaciones en abril de 1961; del segundo LD Que me digan feo(RCA Víctor); del Festival L´Humanité, en París, en 1962; de sus grabaciones en Francia con la Barclay; de su gira al este europeo, de su actuación en la sede del Circo de Moscú y en la Sala Tchaikovski de Moscú, donde rompió la tradición, al tocar por primera vez con su orquesta popular. En esa etapa gana unos cuantos Discos de Oro. “Nosotros con mucho rigor, pero sin miseria”, dijo con mucha risa el cantante santiaguero.
También recordamos a Pacho con su triunfo en tiempos del pop español, donde no era fácil colocarse. “Nosotros dejamos una gran amistad entre esos grupos juveniles”. En mayo de 1969 se presenta en el Pabellón Cubano de Barcelona, departe con grupos y cantantes de la llamada Década Prodigiosa (Serrat, Julio Iglesias, Raphael, Los Mustang, Los Ángeles, Los Bravos, Los Formula V). Pacho fue uno de los enlaces entre esos músicos españoles y Cuba, lo que favoreció la visita de ellos al Festival de la Canción Popular Varadero 70.
Sobre el ritmo Pilón Pacho aclara que es en 1965 cuando populariza el ritmo Pilón, de Enrique Bonne. Pacho graba el ritmo Upa upa, con mucho mendó, con la disquera Areíto. El Upa upa es una variante musical que le pertenece a Pacho, mientras que el Simalé y el Pilón le pertenecen a Bonne. Aclaración necesaria.
Otro momento al que se hace alusión es, en 1970, en Panamá, su concierto ante 10 mil personas. En 1977 se integra a la orquesta su hijo Pachito. En 1979 representan a su país en el Carifesta en La Habana. En 1982 participa en los XIV Juegos Centroamericanos y del Caribe, en la Ciudad Deportiva.
Hay algo de lo que Pacho constantemente se quejaba de los programas musicales de la televisión y el cine cubanos: la necesidad de que dejaran plasmados documentales relacionados con los grandes músicos de la Isla; algo que, con el paso de los años pesaría mucho. Tal como lo atestiguó Pacho, así mismo ha sucedido. No existe ese gran musical de Pacho Alonso, Fernando Álvarez, ni de muchos de los legendarios y amados boleristas cubanos que son ídolos de multitudes en América Latina y ni qué decir de las orquestas charangueras como La Aragón, Sensación, Melodías del 40, América Fajardo, ni los conjuntos como Arsenio, Chapottín, La Sonora Matancera, El Casino, Roberto Faz y una larga lista de grandes de la música cubana.
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