Hermaiony Villa: sacaré lo que en el pecho llevo

Por: Lianet Gómez Abraham

Si en estrofas dejara Martí una declaración de principios y sentimientos, entonaríamos como ningún otro: “¡No, música tenaz, me hables del cielo!”.A é l, el verso libre se le vuelve himno.

Dicen, que no necesitan el arte y la poesía más verdad que el sentimiento. Absorta por el Homagno martiano, la artista Hermaiony Villa presenta la muestra personal ¡No me hables del cielo!

“Aprendiendo de la historia de Martí puede entenderse a la humanidad”.

La sutileza de la joven deja entrever la mística alrededor de cada lienzo. Y dibuja a Martí junto a la retórica del anillo que siempre llevó, su máxima expresión del compromiso con Cuba, el mayor de sus amores. Ese aro, creado a partir de los grilletes que tuvo en el Presidio Político, resulta el hilo conductor de la muestra, que se hace expresión de la dicotomía martiana entre sufrimiento, patria y amor.

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Nueve piezas recorren, íntimamente, la sublimación suprema del héroe que no todos hemos visto. A la artista, le bastan las estrofas para que se le desgarre y tiemble sin compasión el pecho. Reza, entonces, el llamado de Pepe, que es también el Hermaiony: “Venid, venid a ver por dentro”.

“La sutileza de la joven deja entrever la mística alrededor de cada lienzo”. Foto: Tomada del perfil de Facebook de la artista

Con 18 años, Hermaiony Villa cree no fallar cuando dice que Martí es una parte esencial en toda la fundación de la sociedad cubana. Su acercamiento al Apóstol fue en el momento en que la descubrieron los seminarios de estudios del Movimiento Juvenil Martiano de su Secundaria. Confiesa, resultó un respiro de aire fresco conocer a personas de su edad que veían a Pepe de otra forma. “Aprendiendo de la historia de Martí puede entenderse a la humanidad”, puntualizó.  

A partir del encargo de su escuela de hacer un cuadro de Martí, comenzó su obsesión por dibujarlo desde diferentes perspectivas. Un año y unos meses deviene el tiempo de creación de esta muestra, que agrupa 9 grandes piezas.

“Pensé la exhibición en un orden cronológico, que pasara por momentos claves de la infancia de Martí, hasta llegar a cómo la cultura cubana y el mundo lo ve. Cada cuadro es una parte de su historia, que lo marcó, y la repercusión que tuvo en su personalidad y en su visión del mundo. Algunos de estos momentos son el amor, el luto por María Granado, su relación trágica con Carmen Zayas, la muerte. También resultan etapas por las que puede transitar cualquier persona”, expresó la artista.

La muestra está pensada como una exposición itinerante, y puede incluir en el futuro más obras, en la medida de que vayan naciendo, pues estarán conducidas por la vida de Martí.  

“Nunca me había enfrentado a formatos tan grandes. El gran formato permite más libertad para los detalles, para jugar con la composición, las luces o los colores. La técnica es el óleo sobre lienzo, que resulta muy ágil y, junto al gran formato, ayudan mucho a la plasticidad. Es la teatralidad que te permite crear la pintura desde la materia y desde los efectos de contrastes y claroscuros, dependiendo de cada escena”, agregó.

“Cada cuadro es una parte de su historia, que lo marcó, y la repercusión que tuvo en su personalidad y en su visión del mundo”.

Aunque la colección ha transitado varios espacios de La Habana, su primer lugar de exhibición fue la Casa de Artistas y Creadores de San Lázaro y Belascoaín; y desde el pasado 4 de abril y hasta el 25 próximo acoge el espacio expositivo de la Casa del Alba.  

Dices que la obra te pide lo que necesita, ¿cómo fue el proceso creativo de la muestra?

El proceso es algo muy subjetivo, varía dependiendo de cada obra. Algunas nacen a partir de la lectura de algún texto de Martí, por ejemplo, “Dante no estuvo en el presidio”, fue después de mi lectura de El Presidio Político en Cuba y es el resultado de todas las emociones y las interconexiones que tuve con ese texto. Lo leía y veía imágenes e hice bocetos para decidir parte de la técnica: contraste, iluminación, colores, tonos, espacio.

Otras composiciones parten de mi necesidad de tratar un tema en la vida de Martí, es el caso de “Rojo como en el desierto”. Desde mi inquietud busco la información que requiere la obra para crear algo coherente con el tema y la historia.

Existe un debate filosófico en el arte, que oscila entre lo subjetivo y objetivo. Sin embargo, afirmas que a todas las obras le antecedió una etapa de documentación ¿Qué papel juegan las fuentes de información en el proceso creativo?

El artista es multidisciplinario por naturaleza, todo tipo de arte se nutre de todo lo que está a su alrededor. Como bien expliqué, hubo obras que necesitaban ser más concretas, como la pintura de la muerte de Martí. Otras, más subjetivas.

En las obras que tienen un carácter más realista uno debe buscar información visual, fotografías, cuadros de otras personas que lo hayan retratado. En este caso, los únicos dos cuadros que han sido trabajados directamente siguiendo una fotografía son el suyo con María Mantilla y “Homagno”. El resto constituyen composiciones a partir de fotografías de referencia que le tuve que tomar a un vecino que tenía un físico y una estatura parecida a la de Martí e insertarle el rostro de Pepe para que fuera él.

Además, para lograr el parecido tuve que estudiar el rostro del Apóstol desde diferentes perspectivas, las últimas fotos que se le hicieron, su proceso de envejecimiento. Luego, tuve que ser capaz de dibujarlo sin una foto de referencia.

Siempre que busco información trato de extraer todo lo que puedo de los textos de Pepe. El título de cada obra es casi una cita directa a algún escrito de él. La fuente principal para hablar de Martí es el propio Martí, lo que él sintió en sus versos, ensayos, cartas.

“La fuente principal para hablar de Martí es el propio Martí”.

A veces me preguntan si mi obra deviene una ilustración de un momento, anécdota o fase de la vida de Martí. Me gusta pensar que esos instantes que lo marcaron fueron el motor y el motivo para crear mi obra. Sus sentimientos son el discurso para decir algo. Quiero hablar a la humanidad a partir de él.

La exposición tiene un formato binario, ¿por qué unir la prosa y la pintura en una misma muestra?

No creo que se pueda hablar de Martí sin hablar de la palabra, sea escrita o hablada. A cada obra la acompaña un texto de mi autoría, que puede funcionar como una antología de escritos que hablan sobre el momento que se describe visualmente.

Con frecuencia escribo un texto para un cuadro en específico o al inverso, a partir de un texto que escribo creo el cuadro para complementarlo. Cuando una experimenta el cuadro tiene la oportunidad de leer el texto y ganar otro punto de vista sobre esa experiencia. 

“No creo que se pueda hablar de Martí sin hablar de la palabra”.

Palabra e imagen se complementan, tienen una relación que se puede ver por separado, pero que surge la magia de verdad al estar juntos.

Como joven artista, ¿qué importancia tiene la academia en tu formación profesional?

En el arte contemporáneo todo es posible, todo está permitido. Absolutamente todo. Creo que la academia puede ser la base en la que tienes las herramientas y a partir de ellas decides considerar cierto elemento una obra de arte.

La academia te da la oportunidad de entender la pintura como un objeto vivo, y de saber que desde el dibujo hasta las últimas capas de pintura forman parte de un proceso que se aplica a todo: literatura, música y a la vida diaria.

A partir de tu sensibilización con el pensamiento martiano, ¿cómo desearías que se abordara desde la enseñanza la figura de Martí?

Me gusta decir que la repetición vacía es la madre del desinterés. Hay un peligro en eso. Con cada generación que nace nos alejamos un poquito más de la historia, más del momento en que vivió Martí.

Hay que llegar a crear el interés, y lo digo como joven. Hay que ver a Martí como una figura histórica que tuvo nuestra edad, cometió errores, tuvo novias, se rió, lloró, fue como tú y tu puedes ser él. Eso puede ser un motor impulsor para aprender de la historia y tener más conocimientos al instante de crear.

Lo que me interesa con la muestra es que genere la necesidad de buscar la escena representada. Quiero que a partir de la obra se tenga la necesidad de indagar, que la muestra sea una puerta para descubrir a Pepe.

“Quiero que a partir de la obra se tenga la necesidad de indagar, que la muestra sea una puerta para descubrir a Pepe”.

Y aunque todas las obras son igual de arropadas por Hermaiony, hay una de ellas que nace, sobre todo, de su empatía emocional con el Apóstol. “El texto del Presidio Político en Cuba me marcó mucho. Al leerlo tenía justo la edad que Martí tuvo al escribirlo. Empiezo el cuadro ‘Dante no fue al presidio’con la misma edad con que Martí pasó esa tortura. Esta disociación de tiempo y espacio me hizo saber que de haber pasado lo mismo no lograría sobrevivir. El lienzo deviene el respeto por esa fuerza interna que tenía Pepe a tan pronta edad”.

Igual al verso de Martí, la colección de Hermaiony Villa saca, profundamente, lo que en el pecho lleva.