La música de fin de año

Las fiestas de fin de año se engalanan con música, cada cual elige sus preferencias, lo más apropiado para las mayorías resulta casi siempre la música bailable para divertirse. Los muy jóvenes gustan de las modas de las discotecas, otros seleccionan salsa cubana o latina.

Afortunadamente, las direcciones musicales del país van a programar bailables populares con las mejores agrupaciones y para todas las edades. El día 19 se organizó una velada musical de bandas en todo el país.

Se van a preparar espectáculos, fiestas de repentistas para celebrar otro aniversario del advenimiento de la Revolución y, como siempre, se presentarán las mejores unidades musicales en los municipios de La Habana y en diversas ciudades de Cuba.

Los gustos musicales generalmente se enfilan hacia una moda unilateral, pero, al parecer en estos tiempos hay una tendencia a la llamada “fusión”, donde va todo mezclado. Siempre hemos pasado por mezclas diferentes, pero son tiempos de muchas agrupaciones, músicos, experimentos y tendencias. Por eso es algo difícil describir las preferencias musicales que van a dominar en las fiestas de la gente, en este fin de año.

Haciendo memoria recordamos que el 31 de diciembre de 1959 estaba de moda el cha cha chá, aunque ya desde el 5 de agosto de 1959 la orquesta Sublime había grabado en la Panart la modalidad de La Pachanga de Eduardo Davidson, grabada por la orquesta Sublime y versionada por casi todo el mundo, un fenómeno que llegó a resonar en los rascacielos de Nueva York.

Mamita que Pachanga
Me voy pa´la Pachanga.

Después de aquellos días de fiesta y pachanga vinieron otros tiempos: en la década de 1960 proliferaron los combos (Felipe Dulzaides, Senén Suárez, Franco Laganá, Rolando Estrella con Chucho Valdés, Oney Cumbá, Wilson, Valladares, Rubalcaba, Felo Bergaza, Los Hacheros, Sussy Ramos, Ernesto García y algunos grupos jazzísticos y de rock and roll como Los Astros de Raúl Gómez, Dany Puga, Ricky Orlando, Luisito Bravo). Causaban sensación los cuartetos vocales (D´Aida, Bucaneros, Del Rey, Meme Solís, Los Zafiros) y, en los fines de año se escucharon las agrupaciones de La Banda Gigante de Benny Moré, La Aragón, Sensación, Fajardo y sus Estrellas, Melodías del 40, Neno González, Sublime. Los conjuntos de La Sonora Matancera, El Casino, Jóvenes del Cayo, Roberto Faz, Rumbavana, La Ritmo Oriental, Pacho Alonso, Chapottín y sus Estrellas, Pancho el Bravo, Estrellas de Chocolate.

Pedro Izquierdo inaugura en junio de 1963 el ritmo Mozambique que trajo mucho revuelo, seguidores y detractores. En 1967 reaparece Elio Revé, esta vez con Juan Formell quien estaría llamado a revolucionar la música bailable. En 1969 el propio Formell funda con César Pedroso y la voz del Lele Los Van Van con el ritmo “songo”.

En los fines de año también se bailaba con boleristas como Orlando Contreras, Orlando Vallejo, José Tejedor, Lino Borges, Pepe Olmo con la Aragón.

En la década de 1970 se pasaban las fiestas de fin de año con Los Irakere de 1973. Son 14, de Adalberto Alvares de 1878. En esta década florecieron una serie de agrupaciones que compitieron fuertemente: Los Latinos, Los Reyes 73 con el Lele salido de Los Van Van, Estrellas Cubanas, La 440, Justo Emilio, Los Hermanos Izquierdo,  La Monumental, que arrasó con  tres éxitos como El mechón, El paragua y El majá.

En la década de 1980 Revé vuelve a imponerse con nuevos músicos, cantantes y el estelar pianista y orquestador Juan Carlos Alfonso que imponen la Explosión del Charangón.

Juan Carlos Alfonso en 1988 decide crear Los Dan Den con una música bailable más juvenil. La Charanga Habanera comienza a trabajar en Europa con el formato tradicional y NG La Banda con José Luis Cortés es el llamado a revolucionar el fin de siglo con el Boom de la salsa y la timba cubana.

La década de 1990 fue la gran explosión, la apoteosis con las muchas agrupaciones salseras, además de las ya citadas: Issac delgado, Manolín  el Médico de la salsa, Paulo FG, Yumurí, Angelito Bonne y muchos más.

Con todas estas bandas bailables han festejado los fines de año en Cuba, con su música y con su leyenda aguda. Es la música de los buenos tiempos, la música de la unión, la identidad y la alegría.

Aunque en todos estos años han aparecido decena de ritmos y miles de composiciones, la gente, en la etapa de navidades no deja de entonar aquel corito que dice:

Cuando llegará
La nochebuena
Cuando llagará
El lechoncito.