domingo, 28 de abril de 2024

Mirada inquisitiva a la gran pantalla

Director de gran experiencia en el universo audiovisual, de mediometrajes y largos para la televisión, Charlie Medina decide explorar un nuevo camino en el séptimo arte...

Ada María Oramas Ezquerro en Exclusivo 13/12/2012
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Charli Medina en la filmación de "Penumbras"
Charlie Medina (derecha) durante la filmación de "Penumbras"

Poseedor de una imaginación enriquecida por la experiencia y nutrido por el aliento de los jóvenes que integran su equipo de realización, egresados de la escuela nacional de arte y de la Universidad de las Artes, Charlie Medina no solo sueña y emprende nuevos proyectos, sino que —además— concursará con el largometraje Penumbra en el apartado de Ópera Prima en el 34 Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano.

En su universo audiovisual se destacan el largometraje Kanepp, a partir de un texto de José Goldenberg, en versión para la televisión de Ernesto Daranas. Ha dirigido numerosos mediometrajes, entre los que resaltan: Los aretes que le faltan a la luna, Los heraldos negros y Pompas de jabón.

ENFOQUE POLIÉDRICO DEL CINE CON ATISBOS DE POESÍA

—¿Por qué desea incursionar en el largometraje cinematográfico?

—Después de muchos años de hacer ficción, desde y para la televisión, sentí la necesidad de avanzar un poco más en el sentido de tributar al cine e involucrarme más en otros procesos tecnológicos y productivos. Afronté Penumbras como quizá lo hice en todo mi proceso anterior desde la ficción, de los cortos, mediometrajes y largos que he realizado para la televisión.

“Así contemplo la óptica que requiere este cambio de soporte para mí, porque lo condiciona a uno en una visualidad. Apareció un proyecto como Penumbra en el noveno cuarto, un texto teatral de Amado del Pino, muy premiado en su momento, muy divulgado y de mucha calidad.

“Presencié la puesta de Osvaldo Doimeadiós y me percaté de que había una historia por contar para el audiovisual, desde la representación. Así nació la idea y llegamos, de alguna manera a Penumbras, la película, pidiendo colaboraciones para su presupuesto”.

—¿Cuál fue su propósito al llevarla a la gran pantalla?

—El guión para el cine es de Carlos Lechuga, un joven guionista y realizador, y en su propuesta se mantienen las esencias del texto original, aproximadamente un 75% de la obra de Amado del Pino.

—¿Y en cuanto al elenco del filme, el único que permanece en el largometraje es Omar Franco? ¿Cómo eligió al resto de los intérpretes?

—Cada director tiene su punto de vista. La obra fue estrenada en teatro por actores de primer nivel, de probadísima calidad y trayectoria. Pero yo percibía que Amado me servía —y no se malinterprete este término— para plasmar mis intenciones con la película y pensé que es un actor que podía transitar por mi propuesta como yo concebí a Pepe. Ha sido muy bien recibido este personaje y ello ha contribuido al buen diálogo de la película con el espectador.

“El resto de los intérpretes posee un buen nivel de trabajo actoral. Tomás Cao es un actor con quien trabajo hace tiempo, joven, pero con una carrera muy sólida. Omar Alí, un actor con quien repito también, de mucha trayectoria en la televisión. Y Mercy Salomón, primera actriz de Teatro El Público, compañía dirigida por Carlos Díaz, una importantísima actriz de la escena nacional, de quien pensaba requería un mayor espacio, más protagónico en los medios, en este caso en el cine”.

—¿Cuáles son sus proyectos inmediatos?

—Estoy preparando otro largometraje. Estamos en la fase de preparación del guión, que está escribiendo Mylene Altamira. Se trata de la novela Silencio, de Karla Suárez, que obtuvo en España el Premio Lengua de Trapo, en 1999”.

—¿Qué siente un creador de tanta experiencia que es usualmente una vivencia de principiantes?

—La película concursa en el apartado de Ópera Prima. Es algo casi insólito, porque soy un realizador de 50 años de edad y llevo más de 25 haciendo ficción para y desde la televisión cubana, aunque he tenido otras experiencias en el exterior. Siempre que uno se aproxima a una nueva experiencia y a una nueva manera al hacer ficción, uno deviene contador de historias audiovisuales.

—¿Qué le ha aportado su faceta de profesor en la Facultad de Medios Audiovisuales de la Universidad de las Artes?

—Este trabajo con los jóvenes me fascina porque propicia importantes cambios en quien ejerce la docencia. Además, representa un mutuo aprendizaje. Uno entrega su experiencia y conocimientos y recibe de ellos la energía y el talento renovador, tan importantes para nosotros en esta profesión. Y ese intercambio me hace sentir como un joven realizador con algo de experiencia.


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Ada María Oramas Ezquerro

De larga trayectoria en el periodismo cultural. Premio de Oro, del Gran Teatro de La Habana y Miembro de la sección de la Asociación de Artistas Escénicas de la UNEAC


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