El Festival Leo Brouwer de Música de Cámara –que tiene lugar en La Habana hasta el próximo día 13- se distingue por alejar los clichés y permitir el disfrute diferente de melodías y combinaciones poco usuales.
Ejemplos sobran. Un concierto dedicado al bicentenario de Giusseppe Verdi y Richard Wagner donde no hay en el programa ningún aria. Creaciones de Antonio Vivaldi (1678-1741) compartiendo escenario con composiciones de autores minimalistas contemporáneos como Steve Reich (1936) y Terry Riley (1935). Un espectáculo de flamenco con armónica, piano y elementos del jazz.
Nadie duda que la misma concepción del evento invita al disfrute pleno de la música, al goce melódico, pero también al rescate de los valores patrimoniales y que asume muy bien el papel de promotor y facilitador, al traer a las nuevas generaciones obras de más de dos siglos de antigüedad.
Composiciones de Cratilio Guerra (1835-1896) y Laureano Fuentes (1825-1898) fueron escuchadas por primera vez en siglos durante las sesiones teóricas inaugurales de Santiago de Cuba.
Guerra, un músico criollo del siglo XIX, forma parte del imaginario cubano, junto a Ignacio Cervantes y Manuel Saumell, y está siendo rescatado gracias a la labor de musicólogos como Miriam Escudero, quien investigó en los fondos de la Catedral santiaguera.
Sobre la posibilidad de escuchar las piezas de Cratilio Guerra y Laureano Fuentes, interpretados por músicos de la llamada Ciudad Héroe, como parte del evento, Escudero aseguró que “hay una parte de la savia cultural de Santiago que se debe incorporar a la ejecución.”
“Si hablamos de una interpretación históricamente informada, creo que esta debe partir también de la información cultural que tienen los intérpretes y en este caso Santiago puede dar muchísimo de sí en esta conferencia, que va a ser una especie de panorama sobre esos fondos patrimoniales magníficos y en especial sobre la obra de estos compositores.”
Ya en La Habana, el Conjunto de Música Antigua Ars Longa, de Cuba, ha compartido escenario con importantes agrupaciones e intérpretes foráneos, como Il Delirio Fantástico, de Francia, con el Maestro Vincent Bernhardt en el órgano; y el guitarrista vasco Enrike Solinis, considerado entre los virtuosos más importantes de su generación.
De “memorable” y “sueño hecho realidad” calificó el Maestro Leo Brouwer al espectáculo De Vivaldi al Minimalismo, que unió obras del compositor italiano con integrantes del llamado movimiento minimalista, caracterizado por la repetición de frases musicales cortas, el énfasis en la armonía total y un pulso constante.
Vivaldi interpretado junto a creaciones de la segunda mitad del siglo pasado, estas últimas ejecutadas con instrumentos como el clavicémbalo, el oboe y la guitarra barroca, aportan un sonido nuevo e interesante, sobre todo para oídos noveles.
Especial momento fue la versión del Paisaje cubano con lluvia de Brouwer, Solinis y los integrantes de Il Delirio Fantástico, un verdadero despliegue de maestría.
Acerca de esta pieza, Solinis aseguró que es un honor tocar una obra del Maestro en la guitarra barroca y confesó sentirse honrado de visitar Cuba por invitación suya.
Teresita Paz, directora de Ars Longa, apuntó que la oportunidad que le ha dado el evento de hacer piezas modernas con instrumentos antiguos ha sido toda una escuela y por supuesto un privilegio ser dirigidos por Brouwer.
Todavía resta en el programa del V Festival una ocasión más para disfrutar de la música de otros siglos: el próximo martes en la Basílica San Francisco de Asís en una velada dedicada a Vivaldi en su aniversario 335, donde se interpretarán algunas piezas en calidad de estreno en Cuba y repetirán Il Delirio y Enrike Solinis. Como para no perdérselo.
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