Si alguien busca la palabra más vinculada con la cultura de los cubanos, la cubanía, su identidad y manera de ser, pudiera comenzar por "Olimpiada", popularizada primero en el deporte con los éxitos de atletas formados al proclamarse como derecho del pueblo.
Después "olímpico" fue ganando espacio en conversaciones cotidianas cuando alguien se refería a un hecho o conducta sobresaliente o a una persona muy destacada: "olímpicamente hizo tal cosa" y "Fulano es olímpico en eso".
Hace años que hay cubanos participando, pero ha sido en los últimos tiempos que "olimpiada" se extiende a competencias de conocimiento: Olimpiadas Ibeoramericanas de Biología y Matemática, Olimpiadas Centroamericanas y del Caribe de Química, Olimpiadas Matemática de Centroamérica y el Caribe...
En Cuba hay un ambiente natural para incorporar esa palabra al lenguaje cotidiano, no por chovinismo ni creerse los mejores, sino porque en su cultura está muy arraigada la costumbre de que por defender valores y principios hay que "resistir olímpicamente".
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El solo el hecho de no aguantar, sino hacer gala de resiliencia en los peores momentos, cuando parece que habrá una derrota, se logra empatar; pero si se gana, es de manera espectacular y sirve como símbolos que alientan, alegran y engendran nuevas victorias .
En sus normas de conducta no conciben perder, se consideran ganadores que nacieron para vencer y no para ser vencidos, un concepto de Fidel muy arraigado en la cultura cubana enriquecida con hechos históricos donde han convertido los reveses en victorias.
Esa cultura conduce a los cubanos a implementar con mente positiva estrategias y acciones para lograr de manera inclusiva desarrollo social y económico, así como la sostenibilidad medioambiental, correctas norma de convivencia, cohesión social, paz y seguridad.
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Por eso, los nuevos campeones olímpicos que en estos días se están haciendo más visibles para todos en el campo del conocimiento, son parte integrante de la cultura cubana con singularidades de insólita creatividad dentro del contexto mundial.
Seguramente quienes no conocen la realidad cubana le atribuyen el éxito de esos medallista olímpicos del saber a sus cualidades personales de inteligencia y talento, así como la disciplina y dedicación al estudio, pero hay que tener en cuenta componentes de la cultura cubana.
No es extraño que también consideren como factores influyentes la calidad de sus docentes y sobre todo de los entrenadores, sin embargo la cubanía también hace un aporte importante en que puedan alcanzar esas medallas olímpicas.
¿Cuáles son esas características de la cultura cubana que distinguen a estos medallistas olímpicos del saber?
Sin pretender un orden de prioridad, podríamos responder que a esos campeones los caracteriza el orgullo de ser cubano y haber nacido en su localidad o barrio, y representar con la victoria a su centro escolar.
Por ser tan cubanos, no aceptan ser señalados como únicos responsables del triunfo y lo comparten con sus maestros, y consideran que también influyeron el programa de estudio y el sistema educacional cubano que no prepara con vistas a certámenes sino para la vida.
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Como mismo en el deporte es vital la masividad, también lo es en la educación lograda desde que Cuba se declaró territorio libre de analfabetismo en 1961 como importante contribución a la cultura cubana que incluye la resistencia creativa.
No con otro tipo de resiliencia se puede lograr un medallista olímpico que se prepara sin una buena alimentación, se traslada al aula a pie, en botella o en lo que encuentre, llega tarde o excesivamente adelantado para estar seguro de asistir.
Por si ya no fueran suficientes los contratiempos causados por los desabastecimientos, los molestos y prolongados apagones que les impiden estudiar en su horario preferido, tienen que ir al centro escolar soñoliento y cansado porque el calor y los mosquitos no lo dejaron dormir.
Muy sólida tiene que ser la cultura del estudiante olímpico para mantenerse firme representando a Cuba y no dejarse confundir por cantos de sirena emitidos con el fin de atraerlos por los rumbos de la emigración a tierras con más ventajas.
No solo en el deporte y los conocimientos hay medallistas en Cuba, donde todos son campeones olimpícos gracias a su cultura de resistencia creativa. Nombres como Karla Yisel Ramírez Garcell; Ricardo Miguel Molano Domínguez; Mario Alejandro Pavón Díaz ; Silberto Álvarez Aroche; Patricia Pérez Aguilar; Diego Armando Martínez Ramírez; Royman Ramos Pérez; César Endris Acosta Martínez; Erick Jordan Valdés Abreu; Ián David Lorenzo García y Dalia Oliver Ballesteros son algunos de los nombres de la larga lista de jóvenes y talentosos cubanos que llevan el nombre de Cuba a lo más alto a nivel internacional. !Gracias muchachos!
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