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jueves, 28 de noviembre de 2024

Pancho Amat: Trovando el Son, Soneando la Trova

Manguaré significó un salto importante en la música cubana y latinoamericana...

en TeleSUR TV 28/04/2023
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Pancho Amat
Pancho Amat recién acaba de cumplir 73 años y está en plenitud de facultades teniendo mucho que aportar todavía a la cubanía y a la caribeñidad.

Pasar del grupo “Manguaré” a “Adalberto y su Son” y de ahí crear , estructurar y dirigir “El Cabildo del Son” pareciera resumir la vida de Francisco Leonel Amat Rodríguez, el mundialmente conocido Pancho Amat en su periplo musical.

Sin embargo hay detalles de los cuales conviene puntualizar porque se está en presencia de uno de los más extraordinarios músicos y treseros de la historia de Cuba, El Caribe y el mundo.

Por ejemplo, este extraordinario músico cubano nacido en Güira de Melena el 22 de abril de 1950 y que arribó recientemente a sus 73 años de vida fecunda, es pedagogo graduado en la Universidad de La Habana, estudió y se graduó en Guitarra Clásica y en otras especialidades en el Conservatorio Ignacio Cervantes de la capital cubana y además tuvo una rica pasantía como músico en Chile, junto a cinco colegas más y el grupo conformado por ellos para ese viaje, “Manguaré”, dedicado en un comienzo a la música suramericana y decantado después por la música cubana.

De hecho Manguaré es nombre amazónico de un instrumento de percusión para comunicarse entre comunidades.

Pancho Amat se lo contó así a esta periodista: “La cosa fue que Fidel quedó muy impresionado por los grupos de música de Chile que estuvieron en Cuba en tiempos de la campaña electoral de Salvador Allende, sobre todo el grupo Quilapayún y  también el trovador Víctor Jara, y entonces a él, a Fidel se le ocurrió que un “piquete” cubano podría ir a Chile a enseñar música de Cuba y  aprender música de Chile. Y en ese piquete caí yo y  aquello de vernos con unos ponchos en Chile es histórico: unos cubanos con ponchos y quenas y charangos.

Increíble, y sin embargo debo decir que fue una etapa de mucho aprendizaje, y muy rica en experiencias  directas, sobre todo con Víctor Jara, quien además de la música andaba en el teatro, y en la calle. Creo que hay que mirarlo desde los distintos temperamentos que tenemos tanto en los Andes como en el Caribe. Ahí hay algunas claves”.

Manguaré significó un salto importante en la música cubana y latinoamericana.

Pasar del grupo “Manguaré” a “Adalberto y su Son” y de ahí crear , estructurar y dirigir “El Cabildo del Son” pareciera resumir la vida de Francisco Leonel Amat Rodríguez, el mundialmente conocido Pancho Amat en su periplo musical.

Sin embargo hay detalles de los cuales conviene puntualizar porque se está en presencia de uno de los más extraordinarios músicos y treseros de la historia de Cuba, El Caribe y el mundo.

Por ejemplo, este extraordinario músico cubano nacido en Güira de Melena el 22 de abril de 1950 y que arribó recientemente a sus 73 años de vida fecunda, es pedagogo graduado en la Universidad de La Habana, estudió y se graduó en Guitarra Clásica y en otras especialidades en el Conservatorio Ignacio Cervantes de la capital cubana y además tuvo una rica pasantía como músico en Chile, junto a cinco colegas más y el grupo conformado por ellos para ese viaje, “Manguaré”, dedicado en un comienzo a la música suramericana y decantado después por la música cubana.

De hecho Manguaré es nombre amazónico de un instrumento de percusión para comunicarse entre comunidades.

Pancho Amat se lo contó así a esta periodista: “La cosa fue que Fidel quedó muy impresionado por los grupos de música de Chile que estuvieron en Cuba en tiempos de la campaña electoral de Salvador Allende, sobre todo el grupo Quilapayún y  también el trovador Víctor Jara, y entonces a él, a Fidel se le ocurrió que un “piquete” cubano podría ir a Chile a enseñar música de Cuba y  aprender música de Chile. Y en ese piquete caí yo y  aquello de vernos con unos ponchos en Chile es histórico: unos cubanos con ponchos y quenas y charangos.

Increíble, y sin embargo debo decir que fue una etapa de mucho aprendizaje, y muy rica en experiencias  directas, sobre todo con Víctor Jara, quien además de la música andaba en el teatro, y en la calle. Creo que hay que mirarlo desde los distintos temperamentos que tenemos tanto en los Andes como en el Caribe. Ahí hay algunas claves”.

Al regresar de Chile, los seis músicos que viajaron ya eran el grupo Manguaré. Santa palabra.

Manguaré significó un salto importante en la música cubana y latinoamericana, y además no fue un salto descontextualizado en su tiempo, tiempo de grandes logros en la música  que algunos denominaron de La Nueva Canción, otros denominaron de Protesta, de Conciencia, y Canción Necesaria.

“Haciendo Punto en otro Son” estaba germinando en Puerto Rico contando entre sus integrantes con el inolvidable Tony Croatto.

Haciendo Punto en otro Son

 

Ya había germinado en Venezuela el grupo “Los Guaraguao” y un poco antes Alí Primera se volvía una importante referencia musical, política y social. (Lo sigue siendo).

Los Guaraguao

 

También en Venezuela se contaba con Gloria Martín, Lilia Vera, Gualberto Ibarreto, Yolanda Delgado, el grupo Ahora, Un Solo Pueblo, Cecilia Todd, “Carota, Ñema y Tajá”, Jesús  Ávila, Darvin Romero, Perucho Aguirre y gran numero de cultores que reforzaban los mensajes y las intenciones socio musicales de la hora latinoamericana, porque si bien estaban Víctor Jara y Quilapayún dando la Batalla en Chile, ya en Cuba el movimiento de la Nueva Trova, como su nombre lo indica reconocía la impronta de la Trova Madre y de Carlos Puebla, e inclusive desde el territorio de los Estados Unidos de Norteamérica Bob Dylan y Joan Báez apuntaban en la misma dirección de la América Latina.

Es en todo este contexto cuando el trabajo de Pancho Amat y Manguaré adquiere otras proporciones, y miremos por qué.

Manguaré y el baile

En entrevista concedida al comunicador Pablo Larraguibel en Madrid  Pancho Amat se refirió al tema del baile en esa Nueva Canción de esta manera: “Manguaré empezó en 1971 y duró hasta el 1987 u 88. Fue un grupo que en sus inicios articulaba la canción cubana, el son y las de contenido social, con canciones que provenían de otras partes de Latinoamérica. Se difundió en Cuba la quena, el charango, el bombo legüero, el cuatro venezolano...

A partir de los ochenta, Manguaré se acerca más a la música cubana por lo que fue desplazando a las otras influencias. Había otros grupos de la Nueva Trova que tenían otros matices. Unos se acercaban más al pop, otros a la canción política. Nosotros trabajábamos con mucha fuerza los elementos negroides. Hacíamos rumba, mucha percusión. Eso tipificaba el trabajo de Manguaré. Quizás era la nueva trova, pero bailable”.

Manguaré

 

“En la Nueva Trova sí había conga, pero a mí me daba la impresión de que se trataba de utilizarla de manera tal que no hiciera mover los pies. Siento que había gente que no le interesaba que el público al oírlos moviera los pies. Más aún, no le interesaba el segmento de gente que quería mover los pies. A Manguaré sí. Y en mi caso personal, sí. Incluso con este proyecto yo hago música que se nutre del son. Si el son está bien tocado debe dar ganas de bailar, aunque si tú lo escuchas hay mucha cancionística, de manera que yo lo que me propongo son conciertos. Cuando en medio de un concierto, la gente está de pie y baila, yo no interpreto eso como una afrenta. Si la gente baila es que la cosa está buena”.

La etapa de Adalberto

No hubo debacle alguna con la salida de Pancho Amat de Manguaré, sólida agrupación que tenía muy claros sus perfiles y sus objetivos. Pero es que Pancho ya andaba por demás inquieto hurgando en otros espacios, y además estudiando, investigando.

Se produjo entonces su encuentro con Adalberto Álvarez, quien a su vez ya había dejado las filas del Son 14  y luego de un lapso de experimentaciones había fundado Aldalberto y su Son.

Se unieron dos inmensos talentos que ya se conocían, y  decidieron trabajar juntos pero con libertad, sin presiones ni contratos, libremente. Y así Pancho Amat, a la par de hacer giras con Adalberto y exponer la belleza del Tres Cubano ante otros públicos mundiales, seguía sus investigaciones en torno a las sonoridades de su tierra y las músicas de otras latitudes.

Pancho Amat estuvo unos siete años con Adalberto Álvarez. Fue una dupla maravillosa porque ambos tenían plena libertad para seguir por rumbos propios. Pancho, por ejemplo acompañaba a Adalberto en la orquesta y hacía aportes sustanciales, pero a la vez estaba escribiendo música para la televisión y el cine cubanos, sobre todo el documental de la parte ecológica y ambiental, que siempre lo cautivó.

Amat con Adalberto

 

Tal vez con su paso por Adalberto y su Son Pancho Amat hizo una extensión  de aquella visión de lo bailable en la Nueva Canción y le permitió indagar un poco más en la música para el bailador, tema apasionante por lo demás y que ha sido abordado por numerosos investigadores latinoamericanos.

Pancho Amat siempre ha valorado el baile en la música y eso parece venir desde el ADN en su natal Güira de Melena, al occidente de la isla cubana. Valora mucho al público, bien en el teatro, o bien en la calle, de pie, y sabe cómo hacer en cada escenario para que sea el público el protagonista de esas presentaciones, y las disfrute.

Durante su permanencia con Adalberto Álvarez y su Son, Pancho Amat estuvo muchas veces en Venezuela, siempre con su disposición a compartir y a enseñar, y a contar sus historias. Recordamos que en una oportunidad confesaba que se negó a ir a una gira por Europa porque había estallado una guerra y su apellido (el de Pancho) es Amat. “Me van a poner preso, Adalberto, me van a tildar de árabe terrorista. Qué va mi hermano. No voy”

El Cabildo del Son

Hacia 1995 Francisco Amat se despide de Aldalberto Álvarez y comienza su periplo en solitario. (Lo de solitario es un decir). Grabó el álbum Son x Tres y fue dándole forma  a lo que luego fue su grupo: El Cabildo del Son.

Acotamos que el término Cabildo, utilizado por Amat está emparentado con los cabildos africanos, aposentados en Cuba y otras regiones del Caribe, que eran asociaciones, cofradías para ayudarse mutuamente. Nada tienen que ver con los cabildos coloniales y las estructuras administrativas de hoy.

El Cabildo del Son, entonces adquiere una dimensión social más allá de lo grupal. Se trata de un grupo para ensanchar miradas y sonoridades con el fin de apoyar y enriquecer la música y la cultura del país natal y de quien los siga.

Trayectoria de Pancho Amat. El Cabildo del Son

 

Para el año 2000 El Cabildo del Son presentó la experiencia discográfica De San Antonio a Maisí, extraordinaria obra para la que Amat  convocó a músicos como Fernando Álvarez, quien llegó a cantar con Benny Moré, Candito Zayas, voz emblemática del Conjunto Folclórico Nacional de Cuba, Silvio Rodríguez, Santiago Auserón, William Baloy, Alejandro Sequeda y Daniel Amat. Para el año 2007 se publica Llegó el Tresero, para el año 2010 Pancho Amat recibe el Premio Nacional de Música de su país, en 2014 da a conocer Herencias, en 2019 el Swing del Son y para 2022 Memorias, amén de  una importante cantidad de participaciones en álbumes de destacados músicos cubanos e internacionales.

Recién acaba de cumplir 73 años y está en plenitud de facultades teniendo mucho que aportar  todavía a la cubanía y a la caribeñidad. Amat hace acopio de experiencias hasta ancestrales y de la modernidad que también une y avanza. Y todo lo hace con conocimiento de causa y con pasión.

A veces pareciera que Pancho Amat es de otro planeta…

Bueno, si es que existe el Tres cubano por allá.


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