¿Qué Juan Padrón no está?, ¡Eso habría que verlo, Compay!

En noche de luna llena / mezclar con gran precisión / dos onzas de hierbabuena / y un huevo de camaleón. / Echar tres onzas y cuarto / de azúcar sin refinar, / un corazón de lagarto, / y una pizquita de sal. / 50 gramos añada /  de sangre de colibrí, / con mucha piña colada / ¡Y un toquecito de ají! / Debe agregar sin demora / extracto de tiburón, / lo pasa por batidora / con medio litro de ron. / Todo se debe colar / en un colador de tul, / luego se pone a enfriar / ¡Hasta que se ponga azul!

Sí, es la tan codiciada fórmula del Vampisol con la que los vampiros de todo el mundo —gracias a Juan Padrón— podrán disfrutar bajo la luz del día, como los vampiros tropicales, de las playas, el jazz y el amor.

¿QUIÉN DICE QUE JUAN PADRÓN, “EL PADRE DE ELPIDIO VALDÉS”, NO ESTÁ?

Se cumple ya un año de que se despidiese ese creador de animados de culto en la Mayor de las Antillas, sin embargo, su legado es inmortal, persiste en cada sonrisa que le es arrancada a quienes se sientan a disfrutar de sus obras frente a las pantallas grande y chica, vive en el acervo cultural de todo aquel cubano que alude a alguna de las frases popularizadas de sus animados, como: “Oye, rey del mundo, tú no tendrás un cigarrito por ahí”, “¡Lo maté tigre, lo maté!”. “Corneta, toque usted a degüello”, las mismas que pueden ser escuchadas de boca de pequeños y adultos a lo largo y ancho de la isla.

A este realizador, caricaturista, ilustrador, historietista y director de cine, le debemos personajes que son la cubanía misma, el retrato exacto de lo criollo, la animación de nuestra idiosincrasia.

Juan Padrón es leyenda. Su quehacer artístico ha acunado a todas las generaciones de cubanos que le hemos sucedido. Con sus cortos protagonizados por el coronel Elpidio Valdés, la capitana María Silvia, su caballo Palmiche y el resto de la tropa, supo abordar la historia patria desde otras aristas, como el dibujo animado.

Incansable en la investigación de la vida en campaña, reflejó el proceso de lucha contra el colonialismo español, de forma tal, que cada episodio de las aventuras de Elpidio, son una invitación al estudio de esa etapa.  

Desde los uniformes, las estrategias militares, el armamento y las condiciones de la vida en campaña; tanto para los españoles, como para los cubanos, fueron retratados con maestría por ese artista, Premio Nacional de Humor (2004) y Premio Nacional de Cine (2008). Todo un ícono de la filmografía animada en nuestro país.

Su ingenio es palpable, además, en filmes legendarios como Elpidio Valdés (1979), Elpidio Valdés contra dólar y cañón (1983), ¡Vampiros en La Habana! (1985), Más vampiros en La Habana (2003), cuya popularidad trasciende el ámbito nacional.

Los argentinos también lo quieren. De su colaboración con Joaquín Lavado (Quino) nacieron los cortos Quinoscopios y Mafalda (1994).

Pero esos son solo los personajes más populares de Juan Padrón. Otros tantos se suman a su haber, como prueba irrefutable de su capacidad creativa.

Hoy, para homenajear a ese grande de la animación en Cuba, el canal de YouTube de Animados ICAIC proyectará diez cortometrajes de ese destacado cineasta.  La fiesta de los hongos, La silla, Las manos, ¡Viva papi!, Quinoscopio 1, Quinoscopio 2, Los valientes, Celedonio, El enanito sucio y La pregunta, están a disposición de todo el que quiera volver a disfrutar de esas joyas de nuestra infancia.

“El último mambí”, como también se le conocía, dijo adiós justo en el aniversario 61 del ICAIC, institución a la cual estuvo siempre ligado.

¿Qué Juan Padrón no está?, ¡Eso habría que verlo, Compay!