domingo, 8 de septiembre de 2024

Asia Central "made in USA"

Luego de 2014, Washington se reservará al menos nueve bases militares en territorio afgano...

Néstor Pedro Nuñez Dorta en Exclusivo 13/05/2013
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Soldados norteamericanos en Afghanistan
Las tropas norteamericanas se retiran pero sus soldados y armamentos permanecen.

Los observadores lo definen como la “ocupación con nueva cara”…y no puede ser un término más exacto.

El asunto es que a partir del próximo año, cuando presuntamente las tropas norteamericanas y de sus aliados de la Organización del Tratado del Atlántico norte, OTAN, se marchen de suelo afgano, el Pentágono retendrá al menos nueve enclaves bélicos de gran porte en esa estratégica nación de Asia Central, con límites “favorablemente” cercanos a  las divisorias de Rusia y China, dos blancos preferentes del desboque hegemonista Made in USA a escala global.

El propio presidente afgano, Hamid Karzai, se encargó de transmitir la “buena nueva” cuando dijo el pasado 9 de mayo  que “su gobierno está preparado para permitir a Washington que tenga nueve bases militares permanentes en el país”  a partir del próximo año.

En un discurso en la Universidad de Kabul, presentó incluso Karzai las ubicaciones de tales enclaves bélicos, aprobadas a solicitud directa del Pentágono.

Así, habrá una base en la propia capital afgana y otra en la región de Bagram. Las restantes se esparcirán por las provincias meridionales de Helmand y Kandahar, y “por las ciudades occidentales de Shindand y Herat, las orientales de Gardez y Yalalabad, y la norteña de Mazar-e-Sharif.”

Por si fuera poco, el mandatario aseguró que a otros países de la OTAN también les gustaría contar con instalaciones castrenses en Afganistán, a lo cual su administración estaría dispuesta a responder afirmativamente.   

Desde luego, semejante anuncio no se trata de algo inesperado, por el contrario.

Solo crédulos e inexpertos podrían creerse la historia de que, luego de más de un decenio de permanencia bélica en suelo afgano, Washington y sus aliados abandonarían tranquilamente una posición de avanzada en sus aspiraciones de control internacional.

Por demás, el asunto se viene cocinando desde hace buen rato. Vale recordar que en reciente visita a la Casa Blanca, Hamid Karzai llevó en su cartera, como punto especial, el análisis con su homólogo estadounidense de la permanencia de contingentes militares norteamericanos en suelo afgano más allá de la anunciada retirada prevista para este 2014.

Según un comunicado difundido entonces a la prensa por el gobierno de Kabul, los mandatarios trataron asuntos como la fase final de la transición en materia de seguridad y entrenamiento al ejército y  la policía afganos, así como un pretendido proceso de paz que hablaba incluso de un diálogo con los sectores más moderados dentro de los desplazados talibanes y otras fuerzas de oposición.

Por añadidura, ambos gobiernos ya habían firmado con anterioridad un pacto estratégico para “estrechar su relación bilateral” y garantizar una asistencia continuada de Washington al país centro asiático durante la próxima década. Es decir, que el camino quedaba expedito desde entonces para asegurar la controvertida “retirada” norteamericanade aquellos predios.

Además, y según la propia prensa estadounidense, el jefe de la titulada misión de la OTAN en Afganistán, John R. Allen, había propuesto a Barack Obama diversas opciones con respecto al citado plan de salida, mediante las cuales podrían quedar entre tres mil y diecinueve mil soldados norteamericanos en suelo afgano a partir del 2014.

Ahora, con la más reciente revelación de Karzai,se confirma que la invasión de tropas norteamericanas y de sus aliados occidentales a Afganistán a partir de 2001 a cuenta de la “cruzada global contra el terrorismo”, es objetivamente otro de los  subterfugios usados por Washington  para asegurarse pivotes favorables a sus intereses imperiales en los cuatro puntos cardinales del orbe.


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Néstor Pedro Nuñez Dorta

Periodista


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