Aviones perdidos, casos habituales

La historia detrás de la desaparición del vuelo MH370 de Malaysia Airlines con 239 pasajeros a bordo quizás nunca sea conocida. Cuesta creer que en un mundo donde la tecnología permite localizar el paradero de un celular, un avión de 60,9 metros de envergadura y 63,7 metros de longitud total se esfume sin dejar rastros.

Hoy las más descabelladas teorías conspirativas sobrevuelan alrededor del Boeing 777-200ER que ha dejado consternado al mundo. La más popular de todas se refiere a un posible rapto por parte de la Marina de los Estados Unidos, que luego desvió el vuelo hacia una base militar que poseen en el atolón Diego García; los motivos giran alrededor de un cargamento “altamente sospechoso” que en menos de 24 horas se transfirió desde un carguero estadounidense al vuelo en cuestión.

Otros afirman haber visto el avión sobrevolando en lugares fuera de su ruta o militares que sí detectaron el Boeing 777 en sus radares pero que como nadie les preguntó, ellos guardaron silencio.

Después de diecisiete días de angustia, el primer ministro de Malasia, Najib Razak, aseguró en una breve comparecencia ante la prensa que un nuevo análisis de los datos de satélite confirman que la última posición del avión fue “en medio del océano Índico, al oeste de [la ciudad australiana] de Perth”. “Es un lugar remoto, lejos de cualquier posible sitio de aterrizaje. Por tanto, con gran tristeza y pesar, debo informarles de que, según estos nuevos datos, el vuelo MH370 acabó en el Índico sur”. Sin encontrar restos, y con sospechas de que alguien desconectó las comunicaciones y desvió el vuelo con intenciones criminales, se da por cerrado el caso sin encontrar los restos del avión.

Los aeroplanos desaparecidos no son novedad en la historia de la aeronáutica. Son muchos los casos en que estos monstruos (por el tamaño) han evaporado durante años, hasta que un buen día alguien encuentra los restos.

EL CASO S.T.E.N.D.E.C

En 1947, un BSAA Avro Lancastrian que transportaba a seis pasajeros y cinco tripulantes provenientes de Buenos Aires, desapareció sin dejar rastros. Las teorías fueron muchas. Por esa misma época, dos aviones de la misma aerolínea se accidentaron y esto dio pie a especulaciones sobre posibles sabotajes. Otros hablaban sobre un atentado, debido a que entre los pasajeros se encontraba un diplomático británico en un momento de tensión entre Argentina y Gran Bretaña, con el cual se habría evitado la llegada de documentos secretos a Santiago.

Pero la más famosa de todas estas teorías sería la de una abducción por parte de un Objeto Volador No Identificado (OVNI). En la última transmisión de la nave, se mencionaban las siglas STENDENC, de las cuales se desconoce hoy día su significado. El avión anunciaba su llegada a Santiago en cuatro minutos, pero jamás llegó.

Cinco décadas después se resolvió el misterio. En enero de 2000, un grupo de alpinistas encontraron restos humanos y fragmentos de una aeronave en el volcán Tupungato, en la frontera entre Chile y Argentina, una zona que fue peinada durante la búsqueda. Era la nave que cincuenta años atrás había desaparecido. El examen de los restos demostró que los motores nunca dejaron de funcionar y permitió descartar la posibilidad de una bomba. Los investigadores creen que el impacto provocó una avalancha que escondió al avión de los primeros equipos de rescate. Después, sucesivas nevadas lo sumergieron cada vez, y se mantuvo oculto hasta que el progresivo derretimiento del glaciar lo volvió a sacar a la luz. La causa del accidente parece estar vinculada a un fenómeno atmosférico poco conocido en aquel momento: el jetstream.

OTROS CASOS

En febrero de 1968, un AN-12 de las Fuerzas Aéreas de la India despegó de Chandigargh hacia Leh. A medio camino, el piloto decidió dar marcha atrás debido a las inclemencias del tiempo. 98 miembros del ejército y cuatro tripulantes volaban en la aeronave cuando esta desapareció del radar. La nave estuvo envuelta en el misterio hasta 2003 cuando algunos de los restos del avión fueron encontrados casualmente por unos expedicionarios en el glacial Dhakka, a unos 17 400 pies de altura. Pero no fue hasta la tercera expedición del ejército, en 2013, que lograron recuperar la caja negra.

Otro caso de escándalo fue el de un avión robado en 2003 en Luanda. En el aeropuerto Quatro de Fevereiro, el 25 de mayo de 2003, dos mecánicos se montaron en el avión, y echaron a volar a tierras desconocidas al punto de que aún se desconoce su paradero. El aeroplano había sido convertido en un avión cisterna, con una capacidad de 19 000 litros, para transportar combustible hasta las minas de diamantes del interior del país. Antes de ponerlo en funcionamiento, era necesario realizar una gran reparación para obtener una vez más el permiso operativo que les permitiera volar.

La reparación fue encargada a Ben Charles Padilla y su ayudante John Mikel Mutantu, junto a un equipo de mecánicos angoleños. El 25 de mayo de 2003, Padilla y Mutantu tenían previsto sacar el avión del hangar para probar los motores y volver a guardarlo sin que despegara. Hacia las cinco de la tarde, el 727 salió de la nave donde estaba siendo reparado, encendió sus motores y empezó a rodar por la plataforma del aeropuerto; entró en la pista de aterrizaje y despegó sin ningún tipo de autorización y sin comunicarse con la torre de control. Adoptó rumbo suroeste sobre el Atlántico y se perdió en el horizonte.

Once años después, los motivos del robo se desconocen. Algunos apuntan hacia un robo por parte de narcotraficantes o terroristas para utilizarlo en el transporte de armas o drogas; otra se refiere a la posibilidad de que los mecánicos robasen la nava por órdenes de la empresa para evitar saldar una deuda.
Además de estos casos, según datos documentados por la Aviation Safety Network, desde 1948, han desaparecido cerca de 88 aeronaves de las cuales aún no se sabe nada. Estos números pueden variar ya que, en ocasiones, aviones que se habían dado por perdidos han sido encontrados años después. Quizás así termine la historia del vuelo MH370 de Malaysia Airlines, con un encuentro casual par de décadas más tarde. O tal vez sí hubo un rapto, y la nube de misterios sea aún mayor a medida que pase el tiempo.