viernes, 27 de septiembre de 2024

Chilenos deciden propuesta de nueva Constitución Nacional (+Audio)

Si gana el Rechazo, el gobierno de Gabriel Boric no dejará morir el sueño de millones de personas e impulsará otro proceso constituyente...

Clara Lídice Valenzuela García en Exclusivo 03/09/2022
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Constitución-Chile-2022
El pueblo recibió para su análisis el texto de la Carta Magna propuesta por la Convención Constituyente, mientras la derecha lanzaba una campaña de desprestigio contra la renovación del país (Tomada de Telesur).

Este 4 de septiembre,  -en coincidencia con la fecha de toma de posesión del socialista Salvador Allende como presidente de Chile, en 1970- la ciudanía del país austral se pronunciará por la aprobación o rechazo del proyecto de nueva Constitución Nacional del país.

La nueva Carta Magna está redactada en correspondencia con las necesidades de su población –un 10,8% en pobreza-, y serviría de base a una reestructuración nacional que, de manera definitiva, eliminaría conceptos políticos y socio-económicos presentes en la actualidad, como reminiscencia del documento rector puesto en práctica por el dictador Augusto Pinochet.

En opinión de expertos, la propuesta de la Convención Constituyente, integrada por 154 diputados con paridad de representación de género y con una delegación específica de los mapuches electos por la población, es el texto más completo y sistemático de afirmación y defensa de la democracia, en el más amplio sentido de la palabra, conocido en ese país, donde el voto es obligatorio.

Los días que antecedieron al referendo estuvieron marcados por una controversia de distintos sectores nacionales respecto a la posición que adoptarán este domingo en la boleta que determinará a futuro, en buena medida, la siempre compleja situación interna de Chile.

Mientras el gobierno del progresista Gabriel Boric hizo un esfuerzo para fortalecer el Apruebo, las encuestas, que en Chile son pocos creíbles, manifestaban hasta principios de esta semana  una tendencia favorable a la opción negativa. Ya en la recta final de la campaña en pro y en contra, las cifras del Rechazo oscilaban entre el 46 y el 55%. La posibilidad de la aprobación circuló entre el 33 y el 38%.

La idea de dotar a Chile de una nueva Ley de Leyes no es del actual Ejecutivo, ni del anterior. Es una exigencia popular que explotó en las masivas protestas en 2019, que demandaron al derechista exmandatario Sebastián Piñera un cambio constitucional y pasar página a las rémoras aun presentes del legado pinochetista.

Este ha sido un proceso largo, en el que la poderosa derecha chilena tuvo que ceder ante el empuje del pueblo, unido en las calles incluso semanas después de que el virus de la COVID-19 se hiciera presente en la nación en 2020.

La primera consulta masiva se efectuó para verificar si realmente la población quería una nueva Carta Magna aunque Piñera conocía que ese era uno de los ejes principales de los levantamientos sociales, reprimidos de manera brutal por fuerzas militares, con decenas de muertos y miles de heridos y detenidos.

El SÍ fue aprobado por un 78% de los votantes, y dio paso a que Piñera, aunque poniendo todos los obstáculos posibles, convocara a la elección en las urnas de los 154 redactores de la propuesta, escogidos por sus méritos personales, sin intervención de los partidos políticos. Su primera presidenta fue la prestigiosa dirigente mapuche Elisa Loncón, sustituida seis meses después, según indicaba el reglamento de la Convención.

Para observadores, el actual gobierno de Santiago debió ser más ágil en su enfrentamiento a los planes derechistas de rechazo a lo que podría ser un golpe para sus planes de justicia social, entre otros muchos planteados por los distintos ministerios.

Hace pocas semanas, y para que la ciudadanía conociera el enjundioso documento, los canales oficiales distribuyeron el texto, engavetado por algunos, y discutidos por otros. En ese contexto, millares de ciudadanos volvieron a las calles en respaldo al nuevo documento.

Cabe la duda de si el material llegó con tiempo suficiente a las 16 regiones del territorio nacional. Ellas son Arica-Parinacota; Tarapacá; Antofagasta; Atacama; Coquimbo; Valparaíso; Metropolitana; O'Higgins; Maule; Ñuble; Bío Bío; Araucanía; Los Ríos; Los Lagos; Aysén; Magallanes: y Antártica Chilena.

A efectos del gobierno y administración, estos espacios se dividen en provincias y estas, a su vez, en comunas, llamadas municipios en otros países.  

Chile es un país largo y angosto, que se extiende por el borde occidental de Suramérica, con más de 6 000 km de costa en el océano Pacífico. Su población, el pasado año, ascendía a 19 200 000 personas y de ellas más de 15 000 000 deben asistir a las urnas esta jornada.

La derecha, mediante su plataforma mediática, mintió, tergiversó, e intentó el desprestigio del articulado y sus acápites. La labor de la Convención Constituyente fue ardua, pero desajustada en algunos momentos por una negativa actitud social de un mínimo de diputados, lo cual no demerita la excelente redacción realizada durante un año de trabajo. El 4 de julio de 2021 inició sus labores, en pésimas condiciones, y el desinterés del régimen derechista. Un año después, en igual fecha, el presidente Boric recibió el fundacional documento.

Para los opositores de derecha, los incidentes con algunos constituyentes fue punto de partida para una plataforma política dirigida a boicotear el referendo y tratar de que la Carta Magna vigente siga dándoles privilegios y protección.

Con el cambio en la presidencia el pasado 11 de marzo, se recrudeció una intensa campaña de desinformación de la oposición, que mintió sobre el contenido de la nueva propuesta. Ambos factores explican por qué el ¨Apruebo¨ carece de un respaldo social tan contundente como sí lo tuvo el segundo plebiscito y la designación de los constituyentes.

Los conservadores, propietarios de grandes medios de comunicación, mantuvieron una continua propaganda en la prensa tradicional y las redes digitales en su afán de contener los posibles radicales cambios socio-económicos planteados en la eventual Ley de Leyes. Sus pretensiones apuntan a maquillar algunos de los actuales contenidos.

Aunque la historia demuestra lo difícil que resulta poner de acuerdo a los actores políticos chilenos, otros sectores contrarios a Boric apuestan por reanudar el proceso, pero sin replicar la elección de convencionales. La difícil tarea de reestructurar una nación de grandes riquezas y desigualdad social sería redactada, según proponen, por expertos en la materia. Quienes, por supuesto, serían seleccionados por el Congreso Nacional. O sea, más de lo mismo.

BORIC NO SE RINDE

Boric, 36 años, el presidente más joven de la historia de Chile, está consciente de que la nueva Carta Magna puede ser rechazada. Pero, si ello sucediera, no significa exactamente que la población chilena esté dispuesta a seguir su vida bajo la égida dictatorial pinochetista.

Ex líder estudiantil participante en los enfrentamientos a Piñera en su primer mandato, y luego insertado en la lucha de 2019, el mandatario vivió personalmente el afán colectivo de un cambio estructural en Chile.

De ahí que, en el peor de los casos y el Rechazo gane el plebiscito, advirtió que su gobierno impulsará otro proceso constituyente a partir de cero, incluida la elección de la misma cifra de convencionales.

Ello significa que no reconoce como una derrota, en términos políticos, la posible victoria del Rechazo, más aun si se consideran las circunstancias en que fue redactado el pergamino y el complot derechista en su contra.

El dignatario pretende satisfacer los afanes de los impulsores de una nueva Carta Magna, la cual se viene planteando desde que Pinochet derrocara al presidente Allende mediante un cruento golpe militar e impusiera sus ideas neofascistas.

En declaraciones públicas, Boric insistió en la validez de las opciones entregadas este domingo en los colegios electorales, pero confirmó que ya las alternativas al Rechazo están pensadas por su gabinete.

Advirtió también que en el llamado plebiscito de entrada, en octubre de 2020, el pueblo votó por una nueva Constitución y si ahora ganara la alternativa del No,  prolongará ¨el proceso constitucional por un año y medio más, con discusiones a partir de cero¨.

Si hoy la votación es desfavorecedora, el gobierno progresista propondrá una reforma ante el Congreso para convocar a la elección de un nuevo órgano constituyente, con igual número de miembros que la Convención saliente.

Boric, en medio de grandes presiones internas, busca soluciones a las inquietudes sociales, pero dejó claro que su deber principal es gobernar, con independencia de lo que pase. ¨Hay problemas, precisó, que van más allá de la discusión constitucional¨.

Este de hoy será, como mínimo, un paso –aunque con tropiezos- para alcanzar la meta colectiva de situar a Chile entre los países democráticos de la región latinoamericana, con una Constitución justa que supere al sistema neoliberal en esa bella nación andina, plurinacional e intercultural.


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Clara Lídice Valenzuela García

Periodista


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