“Namibia pierde a un Presidente y a un valioso hijo; y Cuba pierde un hermano”, dijo en Windhoek Esteban Lazo Hernández, presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular, al honrar la memoria del doctor Hage G. Geingob.
El deceso del tercer gobernante de la historia namibia el pasado 4 de febrero causó dolor compartido por quienes participaron en la construcción de una nueva vida en la región meridional africana a partir de la década de los pasados años 70, 80 y 90.
Hage G. Geingob, galardonado con la Orden Nacional José Martí, fue profesor y en época del apartheid sudafricano, cuyas tropas ocupaban la entonces África del Sudoeste, fue representante en Botswana de la independentista Organización Popular de `Frica Sudoccidental (Swapo).
La Swapo, aliada histórica de la Revolución africana y comandada por Sam Nujoma, desempeñó un papel de vanguardia –con combatientes cubanos, angoleños y luchadores antiapartheid del Congreso Nacional Africano (ANC)- en la campaña de Cuito Cuanavale, cuyo final cambio la configuración política en la subregión.
En 1987, durante un diálogo con guerrilleros namibios sorprendía la coincidencia ideológica que luego concretó su valor en el teatro de operaciones militares y condujeron a la victoria internacionalista en el sur de Angola.
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Geingob, miembro del Comité Central como del Buró Político de la Swapo, fue depositario de esa honra combativa y del compromiso independentista hasta su deceso, también del legado revolucionario de los líderes Fidel Castro y Sam Nujoma.
Fue presidente del 2015 al 2020 y reelecto en los comicios de noviembre de 2019, en ambas ocasiones contó con un indiscutible respaldo parlamentario, lo cual fortaleció su personalidad pública y la legitimidad gubernamental.
En el contexto de las honras fúnebres y funeral de Estado, el presidente del Parlamento cubano sostuvo conversaciones con las autoridades namibias y lo recibió el Padre de la Nación, Sam Nujoma.
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