Darle duro al narcotráfico en México (+Audio)

México es, en estos momentos, una nación de debates con profundas implicaciones sociales. El presidente izquierdista Andrés Manuel López Obrador acaba de designar a su posible relevo para el 2024 mientras los debilitados partidos de la oposición siguen despotricando por los cambios en la estructura militar de los organismos de la seguridad ciudadana, introducidos por el mandatario.

López Obrador (conocido como AMLO por el acrónimo de su nombre) reveló a la ciudadanía a sus tres candidatos presidenciales: Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard y Adán Augusto López, todos del oficialista Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), en el interés de que los partidos Revolucionario Institucional (PRI), Acción Nacional (PAN), Revolucionario Democrático (PRD) y Movimiento Ciudadano (MC) muestren sus cartas.

Con ese movimiento, que algunos medios consideran demasiado adelantado por el tiempo que media hasta los comicios, el presidente busca que sus adversarios informen quiénes los representarán en las presidenciales, ya que el pasado día 13 publicaron una relación de 42 aspirantes.

La oposición mexicana está muy desacreditada en estos momentos, y le resultará muy difícil, en opinión de analistas, seleccionar a sus candidatos –que luego pasarán el filtro de elecciones primarias- pues hay conocidos nombres de corruptos, de personajes con pésima conducta cívica, en tanto sobresale la carencia de liderazgos.

También dentro de  ese grupo aparecen figuras con asuntos judiciales pendientes por enriquecimiento ilícito, como el líder del PRI, Alejandro Moreno, y varios señalados por sus eventuales relaciones con el crimen organizado, como el exgobernador de Tamaulipas, Francisco García, según indica la prensa.

El PRI, PAN y PRD integraban la coalición Va por México, pero Moreno apoyó en la Cámara de Diputados la propuesta gubernamental de mantener en labores de seguridad al ejército, y ya busca la formación de una nueva alianza, lo que complica más el panorama opositor.

Sus socios anteriores ya formaron Unid@S, sin invitación al PRI y con interés en unirse al MC.

Aunque Morena resulta un hueso duro de roer y nadie da un centavo por su derrota, sus enemigos piensan que el movimiento estará debilitado por la ausencia de López Obrador, -que no buscará la reelección- sin considerar que las transformaciones realizadas en estos últimos años poseen una trascendencia jamás lograda por otros partidos.

Tampoco las elecciones serán una panacea para el movimiento oficialista, pues la oposición, si logra unirse y presentarse como un bloque, dificultará el proceso electoral. Muy distinto sería si AMLO buscara quedarse en el gobierno.

La oposición logró en 2018, al inicio de su mandato, que el presidente suscribiera un compromiso de no reelegirse y renunciar al liderazgo del partido Morena, que él fundó, una vez concluyera en 2024. AMLO ganó la primera magistratura con más de 30 millones de votos e implantó lo que llamó Cuarta Transformación del país.

¿LA MILITARIZACIÓN NECESARIA?

El presidente López Obrador propuso hace un mes que la Guardia Nacional (GN) pasara del mando civil (nominalmente en la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana a la Secretaría de Defensa, SEDENA), lo cual fue analizado en las dos cámaras del Congreso Nacional y ahora institucionalizado en la Constitución Nacional.

La GN fue creada en 2019 para garantizar la seguridad pública frente a “las profundas afectaciones” que la mafia del narcotráfico genera en la vida económica, política y social del país, agravadas por la estrategia conocida como "guerra contra el narcotráfico" iniciada en 2006 por el entonces presidente Felipe Calderón Hinojosa. Un fracaso total.

El 65% de los integrantes de la GN proceden de SEDENA, el 15% de la Marina y 20% de la extinta Policía Federal.

No fue un capricho. La medida fue aprobada en septiembre último, pero poco antes y durante varias jornadas, México presenció conmocionado el caos causado por el narcotráfico en diferentes Estados del país.

Primero sucedió en Jalisco y Guanajuato, aparentemente como reacción al intento de las autoridades de capturar a un cabecilla del Cartel Jalisco Nueva Generación. Después en varias ciudades de Baja California, como la fronteriza Tijuana, y en Guerrero.

El crimen campó a sus anchas por Ciudad Juárez, tras una batalla originada en prisión entre grupos locales rivales que después se extendió a la ciudad y acabó con un saldo de 11 muertos en la que la que la población civil fue el principal blanco de esta masacre.  

Ante el gran impacto generado en el país, el presidente López Obrador acusó a opositores y medios de comunicación de utilizar lo ocurrido para generar incertidumbre y desestabilización entre la ciudadanía, y aseguró que con 196 asesinatos de viernes a domingo en todo el país, "fue de los fines de semana, aunque parezca increíble, con menos homicidios". Hay que imaginar el resto.

Esta exhibición de poder sin tapujos por parte de la mafia, tomando el control de ciudades enteras, es continuo en México.

Lo que preocupa cada vez más es que, lejos de centrarse únicamente en enfrentamientos entre grupos rivales o con las autoridades, la población civil resulta cada vez más vulnerable al quedar prácticamente como rehén en el centro de estas disputas y ser objetivo directo de una violencia atroz e indiscriminada.

¨Se agredió a la población civil inocente, como una especie de represalia. No fue sólo el enfrentamiento entre dos grupos", dijo el mandatario.

El subsecretario de Seguridad, Ricardo Mejía, refirió que los violentos acontecimientos tenían "un propósito de propaganda criminal para buscar generar psicosis social".

Los cárteles "quieren lanzar un mensaje triple: a las autoridades de ¨a mí no me tocas, y si lo haces reaccionaré fuerte como para inhibir tu acción¨; a otras organizaciones rivales y a la población para decirles que ¨aquí somos el único poder que controla la ciudad'", explicó  Guillermo Valdés Castellanos, exdirector del desaparecido Centro de Investigación y Seguridad Nacional de México (CISEN).

EL PODER DEL NARCOTRAFICO

Leídas de un tirón, y con ánimos de discrepar, como han hecho los partidos políticos opositores, parecería que, con las nuevas regulaciones, México es un Estado militarizado, pero este es un tema, al decir de expertos, que posee profundas implicaciones para la sociedad. Por lo tanto, hay que dejar de lado la frivolidad y reconocer cómo los narcotraficantes atentan contra los derechos humanos.

Sin embargo, más allá de la publicidad antigubernamental y simplista, grupos importantes de ciudadanos se oponen a darle mayor poder a las FFAA, involucradas de manera pública en asesinatos y desapariciones, como ocurrió con los 43 jóvenes desaparecidos en Ayotzinapa, ya que, en sus filas, como en otros organismos civiles, hay elementos corruptos. Pero son los menos.

El Diario Oficial, que publicó la norma, indica que la SEDENA es ahora responsable de la GN, su operatividad, administración, entrenamiento y despliegue en territorio nacional.

Esta semana también se convirtió en ley la extensión del mandato de las FFAA para tomar parte en tareas de seguridad pública hasta 2028.

En defensa de la norma presidencial, el Ejecutivo Federal advirtió que el crimen organizado en México es muy poderoso, pero aseguró que serían vencidas.

La transferencia de la GN a la SEDENA es pertinente para enfrentar a la delincuencia organizada, que se ha convertido en una fuerza “cuasimilitar”, reconoció el Poder Ejecutivo en un comunicado.

En la exposición de motivos de pasar la GN a SEDENA, se admite que “El riesgo que enfrentamos es sumamente delicado para el Estado mexicano, ya que el crimen organizado en nuestro país se ha convertido en una fuerza que usa la violencia en contra de la población y de las instituciones públicas”.

También argumentó que “Son grupos que desbaratan las buenas obras de la sociedad civil, representan intereses arraigados y el peso de una empresa mundial de miles de millones de dólares¨.

En las últimas semanas, bandas criminales incendiaron decenas de autos en entidades del norte del país como Zacatecas, Chihuahua, Sonora y Baja California.

La complejidad, diversificación y gravedad de la mafia que opera en México, sumadas a su capacidad logística y económica, dispersión geográfica y disponibilidad de armamento de alto calibre, constituyen amenazas actuales y latentes para la paz, la seguridad y el desarrollo de las comunidades, el respeto a los derechos humanos y la gobernabilidad democrática.

De acuerdo con una encuesta de la firma Buendía y Márquez, el 80% de los mexicanos respalda que aumente la participación de las FFAA en el combate al bandolerismo. Las FFAA tienen medio millón de efectivos activos.

El sondeo de la firma Buendía y Márquez, publicado este martes en El Universal, apunta que el 51% de los entrevistados está "muy a favor" de una mayor presencia de los militares en la lucha contra los narcos.

La encuesta también arrojó que, para un 45%, la estrategia de seguridad de AMLO hace que México sea un país más seguro.

En la evaluación por áreas, 49% consideró que el trabajo del presidente para reducir la inseguridad está "muy bien/ bien".

Hay coincidencia entre políticos conscientes del fenómeno, de que, además de las nuevas medidas, resulta fundamental atender las raíces del problema, con apoyo a jóvenes para que estudien y trabajen, aun insuficientes.

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