miércoles, 25 de septiembre de 2024

En Venezuela: una Revolución para y con las mujeres

El presidente venezolano Nicolás Maduro ha dado múltiples pasos para garantizar el derecho de las mujeres a una vida libre de Violencia...

Bertha Caridad Mojena Milián en Exclusivo 02/12/2014
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“Pocas veces un gobierno revolucionario ha hecho tanto en tan poco tiempo a favor de la inserción, la igualdad y el respeto de los derechos de la mujer en la sociedad. Pocos movimientos feministas en el mundo tienen la posibilidad hoy de ser escuchados, de reunirse con su presidente para celebrar estas jornadas y seguir trazando el camino juntos”.

Así se expresaba Andreína Tarazón Bolívar, ministra del Poder Popular para la Mujer y la igualdad de género en Venezuela,  el pasado 25 de noviembre, mientras se instauraba el Consejo Presidencial de Gobierno Popular con las Mujeres, a propósito de la celebración del día mundial de la lucha contra la violencia de género.

Y es que ese día, cuando en el mundo cientos de miles de féminas se organizaban para protestar por los maltratos, los abusos de toda índole y las más diversas situaciones, sin el más mínimo amparo legislativo a su favor, el gobierno bolivariano daba un paso decisivo mediante la firma y el “Ejecútese” presidencial que otorgaba vida a la Ley Orgánica sobre el derecho de las mujeres a una vida libre de Violencia.

Durante el encuentro, Andreína  llamó a las mujeres que aún no lo han hecho, a unirse a la Revolución, mientras  el presidente Nicolás Maduro calificaba este día como histórico, porque con este hecho se expresaba un mensaje claro de inclusión, de participación para demoler el viejo Estado burgués y construir el poder popular verdadero, el socialista.

Acercándonos a un contexto

Según un censo registrado en el año 2011, la población venezolana alcanza más de 28 millones 946 mil habitantes, de los cuales el 50.20 por ciento son mujeres. Por otro lado, una encuesta realizada por el Instituto Nacional de Estadística (INE), reflejaba que la tasa de ocupación en mujeres representa el 91,2 por ciento, aunque continúan siendo las más afectadas dentro del índice mínimo de pobreza extrema que la Revolución ha logrado disminuir del 30 al 5.5 por ciento.

Aún así, en ramas como la economía, las mujeres en condición de activas u ocupadas se encuentran empleadas en tareas relacionadas a servicios comunales, sociales y personales, el comercio al por mayor, restaurantes y hoteles, mientras que en ramas agrícolas, ganadería, pesca, caza y en otras como el transporte, el almacenamiento y las comunicaciones, la diferencia respecto a los hombres se hace mayor.

Se evidencia aún una segmentación en la fuerza de trabajo femenina,  aunque en materia educativa, por ejemplo, por cada 100 hombres que se incorporan a la enseñanza universitaria, lo hacen 142 mujeres.

Venezuela se ubica además, entre uno de los países reconocidos por el Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas (PNUD) por los resultados alcanzados en el Índice de Desarrollo Humano para el año 2012. Recientemente la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), le otorgó también un reconocimiento al gobierno bolivariano por los esfuerzos realizados  en la lucha contra el hambre y la desnutrición, así como el acceso en los propios hogares a una alimentación balanceada a precios solidarios.

En términos de salud, la situación del acceso ha mejorado y en su mayoría es pública y gratuita, aunque aún se registra un alto índice de mortalidad materna, que casi alcanza una tasa de 58 por cada 100 mil nacidos vivos, uno de los retos que más preocupa al gobierno.

Sin embargo, son las mujeres las que rigen el 70 por ciento de los consejos comunales, organizaciones de base del Poder Popular; el 60 por ciento de los jefes de liceos de la recién creada Federación Nacional de Estudiantes de la enseñanza media son féminas, y de los 3 988 jefes y jefas de círculos de base del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) recién electos para los comités de luchas populares, el 48 por ciento resultaron ser mujeres.

Antecedentes para una Ley Orgánica…

El devenir del proceso revolucionario bolivariano ha estado marcado por el  desarrollo de planes de impacto nacional para la consolidación de un Estado Social, Democrático, de Derecho y Justicia refrendado en la Constitución de la República, la que establece un sistema de gobierno participativo, cuya soberanía reside en el pueblo y son sus hombres y mujeres organizados quienes participan activamente en los asuntos públicos.

El Plan de la Patria escrito de puño y letra por el Comandante Supremo Hugo Chávez, y que contiene los objetivos históricos nacionales, generales y específicos para la transición al socialismo, permitió focalizar muchas situaciones y diseñar políticas para la solución de algunas realidades sociales y económicas, entre las que ha sido de gran importancia la inclusión y reconocimiento de las mujeres.

Es por eso que la nueva Ley Orgánica sobre el Derecho de la  Mujer a una vida libre de violencia, resume en ella los pasos, presupuestos y desafíos que sobre los derechos de las mujeres se habían planteado en el Plan para la Igualdad y Equidad de Género “Mamá Rosa” (2013 - 2019), una iniciativa que pretendía desterrar del país las desigualdades y discriminaciones por razones de género, enmarcado en el concepto de igualdad sustantiva de todo modelo socialista. Este plan es además, la continuación de las acciones del primer Plan de Igualdad para las Mujeres 2004-2008 y el segundo, conocido con el nombre de Juana Ramírez “La Avanzadora”, para la etapa 2009-2013.

Al decir de Andreína Tarazón, “se trata de un plan que logre tranversalizar la perspectiva de género en toda la obra de nuestro proceso revolucionario, que la sociedad toda se empine a la realización de acciones y tareas destinadas a la erradicación de todo tipo de explotación y discriminación hacia el ser humano, en este caso de nuestras mujeres. (…) El Comandante Supremo Hugo Chávez se declaró feminista y el presidente Nicolás Maduro ha reiterado su apoyo incondicional a las mujeres, invitándonos a la transformación del modelo patriarcal que ha imperado en la concepción individualista y capitalista del mundo”.

Tras estos pasos, se creó un Consejo Consultivo del Poder Popular de las Mujeres y la Igualdad de Género (CCPPMIG), órgano popular, deliberativo, asesor y consultivo que sesionó en tres ocasiones entre diciembre de 2013 y julio de 2014, como antecedente directo de este Consejo Presidencial de Gobierno popular con las mujeres creado el 25 de noviembre.

Entre sus objetivos: lograr, a través de los diferentes medios de participación y organización de las mujeres, impulsar una nueva institucionalidad revolucionaria; afianzar la alianza estratégica entre el Pueblo Mujer y el gobierno bolivariano mediante espacios directos de interlocución entre el presidente Nicolás Maduro y las mujeres, así como enriquecer los planes y proyectos del Estado con los aportes de las organizaciones de mujeres y transversalizar la perspectiva de género en las políticas públicas.

Entre los logros alcanzados hasta entonces, resaltan la creación de un Observatorio Nacional de Medios y la incorporación a los planes de formación del Ministerio para la Mujer, la lucha contra la violencia mediática; el impulso de ordenanzas para la creación de Institutos municipales de la mujer,  Comité de Mujeres e igualdad de género en comunas y consejos comunales, escuelas que formen a las féminas en áreas socio-productivas y la incorporación de defensoras comunitarias a las diferentes organizaciones femeninas.

Lo imposible, en Revolución, solo demora un poco más

Esta nueva Ley Orgánica por el derecho de la Mujer a una vida libre de violencia,  reconoce por primera vez en la historia del país, al feminicidio como un delito, penado y rechazado, además, desde el punto de vista humano, moral y ético. Por eso, al firmarse el “Ejecútese” por parte del mandatario Nicolás Maduro, se definió la nueva legislación como un acto de justicia, amor y vida, un hecho histórico que sin Chávez hubiera sido imposible pues fue él quien reivindicó el feminismo socialista en Venezuela y en el siglo XXI.

Maduro recordó entonces que las mujeres en épocas de liberación y de Revolución son reproductoras de los valores de Patria, igualdad, respeto, amor y solidaridad y deberán contribuir en lo adelante a fortalecer las misiones socialistas, crear un verdadero feminismo popular junto a los hombres.

Entre los retos más significativos resaltó la ampliación de  la atención  a las mujeres enfermas de cáncer, la creación de un Plan Nacional para la defensa de los derechos sexuales y reproductivos, la disminución de la mortalidad materna, la visibilización de los derechos de la mujer en ámbitos como el educativo y el productivo, la creación de más de 200 Centros de Formación y Atención Integral a la Mujer (CAFIM) a lo largo de todo el país, así como la disminución de los índices de embarazo en la adolescencia, el más alto de América Latina.

De esta forma, se ha dispuesto también la creación de oficinas en instituciones para la atención inmediata a las mujeres víctimas de cualquier tipo de violencia y se hizo un llamado a los medios de comunicación para que eliminen definitivamente de su programación el más mínimo detalle que denigre o caricaturice la imagen de la mujer.

El propio presidente Nicolás Maduro ha propuesto además, la creación de una Confederación Nacional de Mujeres, a las que agradeció el apoyo, la paciencia y la conciencia demostrada durante este duro año de guerra económica y lucha contra el contrabando.

La Revolución Bolivariana continúa marcando pautas a favor de su pueblo, y en terrenos como la igualdad de género y la lucha contra la violencia hacia las mujeres, deberá alcanzar un punto máximo en las elecciones legislativas del año 2015, al garantizar que el 50 por ciento de los escaños del parlamento estén ocupados por ellas.

Hay quienes piensan en ello como en un sueño, como tal vez lo hicieron cuando escucharon hablar por primera vez de una Ley Orgánica o un Consejo Presidencial para las Mujeres en Venezuela; para otros es prácticamente un hecho, una reafirmación. Yo prefiero quedarme con la definición del propio presidente Maduro: “sería un acto de reivindicación con la vida (…) Esta ha sido una Revolución con y para las mujeres, que demuestra que lo imposible, en Revolución, solo demora un poco más”.


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Bertha Caridad Mojena Milián

Joven periodista. Pinareña hasta la médula. Amante de la paz y de la risa.


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