miércoles, 25 de septiembre de 2024

España: tiros por la culata

Mientras los partidos políticos tradicionales ofrecen villas y castillas, el espacio de maniobra se les reduce a ojos vista...

Néstor Pedro Nuñez Dorta en Exclusivo 24/01/2015
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Explican los más recientes estudios del panorama político interno en España, que desde hace meses la agrupación social Podemos sería la más votada en el país de realizarse hoy mismo las elecciones generales que, a tono con la Constitución local, podrían convocarse entre noviembre próximo y enero de 2016.

Así, el rotativo ibérico El País afirmaba el pasado día 11 de enero que cuatro años atrás “el apoyo conseguido por el Partido Popular (PP) de gobierno, el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), Izquierda Unida y otras agrupaciones políticas de entonces, “supuso, en conjunto, el 84,9 % de todos los votos emitidos. En el momento actual, los posibles sufragios a favor de esas tradicionales formaciones —junto a los de los movimientos Podemos y Ciudadanos— representarían el 89,3 % de los sufragios, casi cinco puntos más”, lo que indica el peso de las nuevas formaciones en la aceptación de aquellos que acudirían a las urnas.

Para esa misma fecha, precisaba además el rotativo, Podemos encabezaba la lista de preferencias por tercer mes consecutivo, con más de 28 % de la intención de voto, lo que demuestra que goza hasta ahora de “un saldo evaluativo positivo entre la ciudadaní­a.”

Podemos, que como se ha dicho clasifica actualmente como uno de los más aceptados nuevos partidos políticos españoles, surgió públicamente el 17 de enero de 2014. Su programa inicial apuntaba a la lucha contra los recortes sociales ocurridos en España por la nociva incidencia de la crisis económica surgida en los Estados Unidos en 2008, que ha recaído con especial fuerza en sus acólitos occidentales del otro lado del Atlántico.

Con un programa que establece como prioridades la igualdad de oportunidades para todos los ciudadanos y un reparto más justo de la riqueza, entre otros reclamos básicos, Podemos ha ido ganando espacios importantes dentro de España y también a nivel del Parlamento Europeo, al extremo de convertirse, junto a la agrupación Ciudadanos, en parte de las indispensables alternativas ante el mecánico reparto bipartidista del poder que ha prevalecido en la nación ibérica desde el retorno a la democracia.

En el caso de Ciudadanos, apareció en la palestra para tomar parte en las elecciones parlamentarias europeas de 2009 con el afán de convertir a la Unión Europea (UE) en una entidad más “transparente y democrática, en la cual los ciudadanos de los países miembros tengan una participación más activa”.

Según apuntes de la prensa local, Ciudadanos ha irrumpido también con fuerza adicional en las encuestas electorales que ya se formulan entre los españoles, y según los estudios se ubica como la cuarta organización dentro de la preferencia pública, posición lograda menos de cuatro semanas después de haber anunciado su intención de participar en los comicios generales.

En consecuencia, lo que ya preocupa muy en serio a las fuerzas políticas tradicionales españolas es su total y abierto desgaste, derivado de promesas incumplidas, malos manejos y el ejercicio de sucesivos gobiernos con altas dosis de inoperancia, demagogia e ineficacia. La gente —en pocas palabras, y como lógica respuesta— ha empezado entonces a buscar sus propios caminos.

Por tanto, no parece que a estas alturas funcionen con validez, ni los insistentes ofrecimientos de Mariano Rajoy de que España saldrá a flote este 2015, ni los de un PSOE que se autoproclama como desgastado “salvador” del país si llega a una presidencia nacional de la que —al igual que el PP— nunca ha hecho todo el buen uso posible.


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Néstor Pedro Nuñez Dorta

Periodista


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