Fidel y Chávez: los sueños siguen tornándose realidad en el 2014

Cuando los líderes revolucionarios Hugo Chávez y Fidel Castro se dieron un abrazo por primera vez el 14 de diciembre de 1994, estaban sellando, sin saberlo, un proceso unitario que 20 años más tarde robustece la integración de América Latina y el Caribe en organizaciones económicas de nuevo tipo, con posibilidades extraordinarias para mejorar la vida de más de 400 millones de seres humanos.

Aquel año, Chávez llegaba a La Habana como el Teniente Coronel que dirigió un levantamiento armado en 1992, que fracasó “por ahora”, como expresara entonces, contra el gobierno de Carlos Andrés Pérez. Su carisma, integridad y honestidad política lo convirtieron en presidente de su país, y como tal retornó a La Habana en varias ocasiones, como uno de sus  hijos revolucionarios.

En 2004, el Chávez presidente que soñaba junto a su amigo Fidel Castro con una América unida, tal como quiso el Libertador Simón Bolívar, firmaron en La Habana la constitución de la Alianza Bolivariana para los pueblos de Nuestra América (ALBA), ahora integrada por nueve países, que dejó de ser una alternativa para convertirse en un abanico de programas también sociales –salud pública, educación, deportes, cultura, etcétera- y una solución económica definitiva sin importar las disparidades financieras nacionales.

Un año más tarde, a instancias del mandatario venezolano, nació PETROCARIBE, que comprende las naciones caribeñas, pero también de Centroamérica. Se trata de un acuerdo de intercambio petrolero a precios competitivos, que permitió la supervivencia de naciones pequeñas y pobres, imposibilitadas de pagar los altos costos del crudo en el mercado mundial.

El nacimiento de estos dos grupos integracionistas, basados en la cooperación y la solidaridad entre gobiernos y pueblos, destruyó junto a Suramérica los planes de Estados Unidos de implantar el Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), creada con el propósito de adueñarse de las entonces endebles economías de las regiones latinoamericana y caribeña, expuestas a la competencia del mercado y la imposición del neoliberalismo.

Ahora, los tecnócratas estadounidenses echaron a andar la llamada Alianza del Pacífico, una nueva versión del ALCA, en cuyas redes ya cayeron Perú, México, Colombia y Chile, mientras sigue el intento de atraer nuevos países que les son aliados, a pesar del reconocido poder destructivo del neoliberalismo y el gran capital financiero para los Estados subdesarrollados.

En el interés de continuar la agenda integracionista de gran volumen del ALBA y PETROCARIBE se celebró esta semana en Caracas, Venezuela, una II Cumbre Extraordinaria de esas dos entidades para analizar y aprobar la creación de una zona económica de desarrollo compartido "interdependiente, soberano y solidario, destinado a consolidar y ampliar un nuevo modelo alternativo de relacionamiento económico", según el acuerdo que habían adoptado en julio del pasado año en Quito, Ecuador.

En esta reunión, a la que asistieron 22 jefes de estado y gobierno o sus representantes, se evidenció, una vez más, que están creadas las condiciones para que la nueva zona de desarrollo se acerque al Mercado Común del Sur (MERCOSUR), a fin de expandirse no solo en el ámbito económico sino también social.

Gracias al ALBA, son numerosas las naciones de las dos regiones –miembros o no de ese ente- beneficiadas con proyectos sociales como la Campaña de Alfabetización, la Operación Milagro, Barrio Adentro, las Misiones de Deporte y de Cultura y otras que se han extendido por la zona llevando esperanza a los sectores más vulnerables de las poblaciones.

Ahora, en Caracas, el día que se cumplían los 183 años de la muerte de Bolívar, en el cuartel de La Montaña, donde reposa Chávez, se efectuó la magna cita que en su Declaración Final recuerda que en enero próximo el MERCOSUR celebrará una cumbre a la cual Venezuela, su presidente temporal, llevará estos nuevos acuerdos para canalizar una alianza  con ese organismo formado también por Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay. 

El texto recoge la aprobación de la instauración de una autoridad rectora que coordine la Zona económica exclusiva ALBA-PETROCARIBE, conformado por Jamaica, Dominica, Nicaragua, Venezuela y Ecuador.

La nueva área de complementación económica trabajará desde ahora en cinco áreas consideradas estratégicas: transporte y comunicaciones, programas estructurales de entrenamiento productivo; de turismo; de comercio e integración; y desarrollo social y cultural.

Otro punto destacable en los acuerdos fue la creación de una Universidad de Ciencias de la Salud para los pueblos del ALBA, con sede en Venezuela, así como un posible programa para integrar estudios universitarios y técnicos entre las naciones representadas, el cual contará con la asesoría de Cuba, con alta experiencia en la formación de profesionales de alto nivel.

Durante la II Cumbre Extraordinaria, el invitado especial y representante de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación (FAO), Graziano da Silva, expresó el interés de colaborar  en la erradicación del hambre y la pobreza en los dos bloques, ya que se observa, dijo, el esfuerzo de los gobiernos por suprimir tales flagelos. El plan de acción con la FAO al respecto fue aprobado también por los dignatarios o sus representantes.

Respecto a algunas diferencias surgidas entre naciones miembros de estos grupos, la Declaración aboga por el entendimiento entre Chile y Bolivia por el justo reclamo de La Paz de una salida al mar, respalda la causa de Ecuador en su demanda contra la multinacional petrolera Chevron y favorece la cooperación entre República Dominicana y Haití para alcanzar un acuerdo sobre el conflicto migratorio.

Luego de tres días de reuniones, el primero de deliberación de los Cancilleres, se pone de relieve una vez más la necesidad de continuar examinando mecanismos de unidad para alcanzar el avance que de manera imprescindible reclaman los pueblos, más allá de cualquier circunstancia o ideología, tal como expresaron en sus intervenciones los jefes de las delegaciones a la Cumbre Extraordinaria.

Importantes acuerdos para mejorar las economías nacionales y darle nuevas oportunidades a las cuestiones sociales se adoptaron en esta II Cumbre Extraordinaria en la que naciones pobres, pero inteligentes y hábiles, encontraron dispositivos de mayor unificación en diferentes ámbitos, a fin de crecer material y espiritualmente, como quedó un lejano día sellado en los corazones de Hugo Chávez y Fidel Castro.