Incertidumbre en Ecuador (+Audio)

La violencia, la inseguridad y la indecisión de una parte significativa de votantes rodean el balotaje en Ecuador, a menos de un mes en que se enfrenten en las urnas la izquierdista Luisa González y el conservador Daniel Noboa, símbolos antagónicos de la política regente en esa nación.

El próximo día 15 –luego de una campaña electoral que arranca el próximo domingo y finaliza el 12 de octubre- 13 450 047 ecuatorianos definirán quien gobernará el país de manera transicional durante 15 meses, ya que se trata de comicios adelantados por el actual presidente Guillermo Lasso, quien decretó muerte cruzada (cierre de la Asamblea Nacional y las actuales elecciones) tras ser indicado para un juicio político por corrupción.

Ello significa que quien gane gobernará el tiempo que le faltaría a Lasso para cumplir su mandato. Para el 2025 habrá convocatoria a elecciones generales.

Los dos últimos meses han sido complicados en el llamado país meridiano del mundo, -aunque en realidad todos los son desde que asumió Lenin Moreno en sustitución de Rafael Correa-. Ocho binomios se presentaron en primera vuelta.

La violencia siempre latente en el actual régimen tuvo su clímax con el asesinato el pasado 9 de agosto del candidato Fernando Villavicencio, del partido Construye, que se esperaba podría ser el adversario de González en una segunda vuelta, aunque las encuestas la consideraban ganadora absoluta.

El homicidio, que en la práctica sigue en una nebulosa sobre quienes mandaron a ejecutarlo, fue utilizado astutamente por la derecha para tratar de inculpar a Revolución Ciudadana (RC) el partido de la candidata, fundado por Correa y primera fuerza política del país.

La influencia de la oligarquía ecuatoriana, en especial la de Guayaquil, quedó marcada en los medios hegemónicos, que acusaron abiertamente a los correístas del asesinato, con el pretexto de que Villavicencio estorbaba a sus planes de obtener una victoria abrumadora en la primera ronda.

Esa muerte trajo un cambio desfavorable para la aspirante de RC. La victoria cantada para González, de 45 años, quien ocupó diversos cargos en el gobierno de Correa –uno de los primeros en deplorar el asesinato- se desdibujó y puso en escena a Daniel Noboa, un joven de 35 años, empresario y conservador, que estaba en el séptimo lugar de los binomios.

Noboa, 35 años, es hijo de Álvaro Noboa, el multimillonario llamado Barón del banano, y representa a la Alianza Democrática Nacional (ADN). Ocupó el segundo puesto, a pesar de que nadie lo reconocía con oportunidades. Sin embargo, conquistó con un discurso ambiguo, sin criticar a sus oponentes, en un llamado especial a la juventud para realizar cambios importantes en la sociedad. Muchos se preguntan qué hará este joven si gana, pues sus aliados son los que explotaron al país durante décadas de conservadurismo hasta que triunfó Correa en 2007.

Sondeos recientes de opinión, como el de la empresa Click Report, indican que un 32,34% de los posibles votantes están indecisos. Mientras, la firma Comunicaliza arroja un porcentaje menor, que llega al 14,4 %.

Tanto González como Noboa se han reunido con diversos sectores, pero la lucha por el Palacio de Carondelet será más fuerte durante los 19 días de campaña electoral.

Lo que puede definir el futuro de este dúo será el desempeño que tengan en el debate electoral obligatorio que desarrollará el Consejo Nacional Electoral (CNE) el domingo 1 de octubre. En el primero, en el que participaron siete aspirantes, Noboa se destacó por su lenguaje poco agresivo –al contrario del resto- con ideas en apariencia renovadoras, pero sin entrar en detalles.

González, según opinión generalizada, no lució sus mejores dotes en medio del complejo panorama que dejó la muerte de Villavicencio y las acusaciones que comprometían a su partido. Era interrumpida de manera constantes por los moderadores, que incluso le quitaron la palabra en varias oporunidades.

Hay consenso en que los ecuatorianos esperarán ver en el debate quién va más preparado, con mejores mensajes o mejores propuestas. En esta ocasión, es necesario que digan cómo van a ejecutar sus propuestas para el gobierno de transición que hará el ganador.

Medios locales de prensa catalogaron el primer encuentro del pasado 13 de agosto de ¨poco profundo y mucho enfrentamiento¨, pues el espacio devino discusiones entre moderadores y candidatos, justo cuando debían proponer sus planes en torno a temas de interés para la nación sudamericana.

Hoy, la expectativa para el segundo debate es mejor, pues estarán únicamente  dos candidatos y una moderadora –la periodista Ruth de Palma-, lo que posibilitará, se espera, una conversación más fluida, aún cuando los tiempos de intervención, réplica y contrarréplica se mantendrán.

A los contendientes se les pedirá concentrarse durante las dos horas del espacio en los ejes económico, de seguridad, ámbito social y político. 

Aunque las firmas encuestadoras presentaron una muestra considerable de consultas, algunas voces, como la del consultor político Jorge León, consideran que es inexacto el porcentaje de indecisos y en su opinión, dada su experiencia, lo más acertado es un 25 %, incluidos los votos nulos.

Para León, cada día cuenta como parte de la estrategia electoral y aún, considera, ninguno de los dos aspirantes despunta del todo o marca una supremacía. “Están hablando básicamente de lo mismo, proponiendo exactamente lo mismo, solamente que uno recién lo está proponiendo y otro maneja o mantiene el discurso que ya se hizo en su momento¨.

González y Noboa y sus equipos realizan los ajustes necesarios a sus estrategias de campaña. La búsqueda de votos no se detiene. Los expertos están diseñando los nuevos enfoques y mensajes. La aspirante de RC ofrece entrevistas a diario, mientras su opositor recorre el país.

Analistas políticos coinciden en que aunque la postulada de RC llega al balotaje con diez puntos de ventaja, necesita alcanzar por lo menos un 51% de los votantes para que su partido vuelva a Carondelet.

Es importante –según distintas opiniones- que González se marque un estilo propio, alejado de los discursos de un retorno al correísmo y sus ventajas –la mayoría del electorado ronda los 28 años y no recuerda los 10 años de la Revolución Ciudadana- sin alterar sus principios. En las últimas semanas se le observa un vestuario más juvenil, y un discurso más acorde con la realidad política. En este contexto, entre las ventajas de la posible presidenta, está que RC es la fuerza política más importante de Ecuador, González ganó el voto en 14 provincias del país, mientras que Noboa quedó en primer lugar en seis.

La RC también usa a su favor las 48 alcaldías que consiguió en las elecciones regionales de febrero, incluidas las ciudades más grandes del país, Quito y Guayaquil. Además, captaron un importante espacio con las prefecturas que lideran las provincias. Algunos alcaldes de RC ya hacen campaña a favor de  González.

Noboa, con el 24%, busca captar los votos de otros candidatos salientes, como  Jan Topic y Christian Zurita (que ocupo el lugar de Villavicencio). Juntos suman cerca del 30% de quienes sufragaron en primera vuelta.

En esa madeja de alianzas, Topic no dudó en apoyar al empresario. Con Zurita es más difícil, pues su alianza está dividida entre los militantes de Gente Buena, que se sostiene en círculos de ex militares y ex policías, y el Construye de María Paula Romo, quien se alió con Villavicencio en su momento.

Está claro que los seguidores del asesinado aspirante no se decantarán por el correísmo (de quien era enemigo público), mientras que el voto de Topic podría dividirse, pues algunos de sus electores están identificados con un progresismo ¨suave¨ , y no con la derecha.

Resulta de suma importancia la postura 409 250 electores empadronados en el exterior, quienes pueden ayudar a definir al ganador. Los migrantes deben volver a votar por asambleístas nacionales, luego que los resultados fueron anulados por el CNE debido a fallas que registró el sistema de voto telemático, utilizado en la primera ronda. Ahora el sufragio es presencial.

En este complejo panorama, sigue presente la violencia política. En la primera vuelta, los asesinatos y el auge de la violencia -coches bomba detonados, asaltos, extorsiones –llamadas “vacunas” en Ecuador- y otros hechos relacionados, jugaron  a favor de los grupos conservadores que proclaman la necesidad de restaurar el orden apelando a la “mano dura”.

González aceptó la protección de las Fuerzas Armadas, tras recibir un alerta sobre un posible atentado en su contra. Negada en principio a utilizar un chaleco antibalas, reconoció que precisa garantizar su seguridad y un nuevo proceso de democracia en el país. Hace dos semanas resultó detenido un hombre que supuestamente estaba involucrado en un ataque contra la candidata. El individuo confesó que ¨debía entregar unas bombas y que el objetivo era Luisa González¨. Tras la primera vuelta del 24 de agosto, y con los antecedentes de los asesinatos a dirigentes, Lasso ordenó al Ejército ocuparse de la seguridad de quienes avanzaran al balotaje.

Para el analista político Gustavo Isch  “la conexión entre las bandas locales y los cárteles internacionales del narcotráfico es evidente, así como es evidente que en Ecuador la política se está manejando desde la violencia, por lo cual se puede hablar ya de un narcoestado, en medio de un gobierno invisible e indolente, que no atina a reaccionar”.