Yo también quiero que me pregunten, es el título de una demanda suscrita por artistas e intelectuales mexicanos en la cual exigen al gobierno de Enrique Peña Nieto que haga un referéndum sobre su proyecto para lo que llama reforma energética y otros partidos y segmentos sociales consideran una privatización disfrazada de peripecia económica provechosa.
“Queremos ser consultados, porque ya antes nos aseguraron que la modernidad consistía en privatizar y que la venta de los bienes públicos se traduciría en desarrollo y riqueza para todos, pero vendieron los ferrocarriles y nos quedamos sin trenes, vendieron los teléfonos y nació la más grande fortuna del mundo y el servicio más caro para los consumidores de la telefonía, vendieron las carreteras y la carreteras quebraron y hubo que comprarlas con el dinero de los ciudadanos, vendieron la banca y la banca quebró y tuvimos que rescatar a los banqueros quebrados con la riqueza de la nación”.
“(…) nos dicen que la reforma energética modernizará la industria, que esto redundará en un beneficio para nuestros bolsillos y que para ello, deben modificarse los artículos 27 y 29 de la Constitución, para quitarle el carácter de estratégico a los recursos energéticos. Nos aseguran otra vez que la inversión privada y extranjera traerá grandes beneficios, pero no nos han dado explicaciones convincentes”.
Lo rotundo de esas formulaciones tiene en la calle un fuerte apoyo. Pero pese a las protestas, el senado aprobó el proyecto y acaba de hacerlo también la cámara baja, luego de una maratónica sesión que duró unas 20 horas con 90 oradores que parecen haber argumentado ante sordos, pues ni una sola sugerencia fue tomada en serio por los del PRI y el PAN coaligados, según afirman varios informadores.
Solo queda que el texto pase por el filtro de los congresos locales, pues la ley establece que cuando se proponen modificaciones constitucionales, es preciso que los legislativos de los diferentes estados den el visto bueno.
Para entender la reacción de los manifestantes populares o de los cenáculos de figuras conocidas, es preciso partir de que cualquier asunto relacionado con la energía es tomado muy en serio por la ciudadanía mexicana desde que hace 75 años fuera nacionalizado el petróleo. En ese sentido, quienes protestan contra el propósito del actual mandatario, insisten en que de realizar modificaciones en esa esfera sea para beneficio del país con hechos, que palabras sobran.
El prototipo legal en disputa fue diseñado por el PRI (Partido Revolucionario Institucional, en el poder) y el PAN (Partido Acción Nacional, de derechas) y provoca mucho temor al PRD (Partido Revolucionario Democrático, de izquierdas) , porque tiene en sus ejes centrales la captación de grandes inversiones privadas “mediante licencias, contratos de servicios, de ganancias y de producción compartida para la explotación y producción de petróleo y gas…” , por tanto, abre la esfera energética a empresas como la Exxon Mobil y la Chevron, con muy mala fama por el probado irrespeto medioambiental que ejercen, entre otras bajas pasiones.
México posee reservas probadas equivalentes a 3 billones de dólares como mínimo. Si la actual industria de los hidrocarburos pasa a ser explotada por privados, sobre todo si se trata de extranjeros, el país azteca corre el riesgo de perder su principal sostén fiscal.
Quienes promueven el cambio afirman que la producción está estancada, por ineficacia y falta de inversiones. Los críticos del plan, a su vez, aducen que las transnacionales energéticas que entrarían en el juego no se destacan por renovar su tecnología y sí por gastar poco y obtener desmesuradamente.
De acuerdo con los informes oficiales, Pemex mantiene la debida competitividad en los mercados, ocupa el quinto lugar mundial como productor y como exportador, con costos de extracción muy bajos que, hasta aquí, fueron beneficios para el estado, pero pasarán a otros bolsillos una vez consumada la susodicha reforma. Esos indicadores invalidan los pretextos esgrimidos para justificar la transformación que bien pudiera dirigirse hacia renovaciones, pero sin la metamorfosis total proyectada, apunta la tesis litigante.
Otros legisladores y oponentes alegan que en la letra menuda del proyecto hay imprecisiones y aunque los detalles, dicen, serían estipulados en leyes secundarias, no hay certeza de que protejan el preciado bien colectivo.
Dentro del caldeado ambiente, algunos se remiten al Pacto por México, firmado por los principales partidos con el presidente Nieto, apenas tomó posesión del cargo. Fue una pródiga agenda con cerca de 100 innovaciones que implicaban mejora en sectores sociales desatendidos (en México casi el 50% de los ciudadanos son pobres) y ámbitos que, como el educativo, están urgidos de atenciones y cambios.
En su origen esta fue una plataforma concebida por el PRD y asumida por el PRI y el PAN, sin reservas…aparentemente. He ahí la gran paradoja. En este momento se considera que se trató de una desalmada maniobra para, después de regalar un par de dulces menores, (algunos retoques en la administración pública, en educación y en el estatuto electoral) tomar la primera y más valiosa joya de la corona para colocarla a disposición del mejor concurrente.
Por eso se está comentando en casi toda la prensa mexicana, según su equis o ye matiz, que con la reforma energética, aparece el verdadero rostro del plan de Peña Nieto y su grupo, apoyado por sus presuntos opositores (el PAN) dada la identidad de enfoque e intereses en el tema. ¿Quién tiene la razón?
Las tensiones, si se juzgan antecedentes o sucedidos actuales, tienen altas posibilidades de mantenerse, pero viendo la buena articulación de la estrategia avanzada por las fuerzas políticas en funciones, será muy difícil que la modifiquen.
Inquietud azteca
La reforma energética que impulsa el gobierno de Peña Nieto en México ha sido muy polémica y las tensiones allí tienen altas posibilidades de mantenerse…
1 comentarios
423 votos
oscar
14/12/13 12:06
Esta reforma est'a siendo promovida por un gobierno electo democr'aticamente por la mayor'ia de los mexicanos. Qu'e esperaban que suceder'ia entonces, qu'e pasa con la izquierda en m'exico? A mi juicio la reforma ser'a indetenible.Saludos
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