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martes, 24 de diciembre de 2024

Irán: prueba de distensión

El acuerdo entre Teherán y representantes internacionales sobre el tema del uso pacífico del átomo indica la flexibilidad persa...

Néstor Pedro Nuñez Dorta en Exclusivo 25/11/2013
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Uranio
Teherán solo producirá uranio enriquecido al cinco por ciento.

En política, como en otras cosas en la vida, la rigidez y los pronunciamientos categóricos demandan de una responsable dosificación, porque al final la valía de determinadas alternativas nada o muy poco tiene que ver con los criterios, las visiones y hasta los caprichos de personajes y gobiernos.

De manera que casi de la noche a la mañana, según frases de determinados analistas, el “ogro iraní”, empeñado, según occidente y sus aliados, en una loca carrera por hacerse de armas nucleares, ha logrado establecer un acuerdo con un importante grupo de potencias mundiales. 

Documento que, por demás, confirma el derecho del país islámico al uso pacífico del átomo a favor de su desarrollo económico y social.

En efecto, en la madrugada del pasado domingo, en Ginebra, delegaciones de Irán, Rusia, China, los Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia y Alemania, suscribieron un protocolo por el cual, en los próximos seis meses, Teherán solo producirá uranio enriquecido al cinco por ciento, reducirá sus reservas de uranio enriquecido al veinte por ciento, y hará ajustes a su programa nuclear de manera que garantice la no fabricación de armas atómicas.

A cambio, las potencias occidentales levantarán una parte importante de las sanciones económicas impuestas desde hace años a Irán en el vano intento de hacerle desistir bajo presión de su programa nuclear.

Se trata, según los primeros informes, de liberar entradas iraníes congeladas en bancos extranjeros por un monto que oscila entre los tres mil y siete mil millones de dólares, y de abrir las posibilidades para que la nación persa acceda a compras de piezas de repuesto, equipos, medicamentos y bienes humanitarios a través de entidades financieras que hasta hoy debían negar todo trato a las autoridades de la República Islámica.

Desde luego, no ha sido un camino fácil, y este paso dado en Ginebra es apenas el empujar la puerta hacia soluciones más firmes y amplias.

De hecho, en medio de las conversaciones, varios de los tradicionales opositores a Irán no dejaron de proferir advertencias y amenazas.

Washington, por ejemplo, reiteró que nunca permitirá que Teherán fabrique el arma nuclear, entre otras cosas en un intento por calmar las iras de aliados carnales como Israel y Arabia Saudita, opuestos medio a medio a todo entendimiento con la nación persa y a sus avances en el uso del átomo con fines no militares.

Francia también se mostró sumamente hosca, y llegó incluso a anunciar un severo plan de cuatro puntos que insistía en hacer polvo toda prerrogativa iraní de avanzar en materia de tecnología nuclear.

En cambio, expertos como  Mark Fitzpatrick, del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos, recordó frente a semejante lluvia de presiones y demandas contra Teherán, que el tan esgrimido "control internacional" sobre los planes atómicos iraníes ya es una realidad, y se ejerce mediante un acuerdo persa con la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA), el organismo de la ONU encargado de esa área.

 Por su parte el presidente ruso, Vladimir Putin, había manifestado al avaluar las conversaciones de Ginebra, que  había aparecido "una oportunidad real para encontrar una solución a tan viejo problema”. Putin hizo ese comentario luego de una conversación telefónica con su homólogo iraní, Hasan Rohani.

   No obstante, como ya se apuntaba en este comentario, el acuerdo de Ginebra es apenas un paso sobre un extenso terreno movedizo y difícil, donde el retroceso a manos de los enemigos de Irán no sería extraño.

De hecho, desde Tel Aviv, el primer ministro sionista, Benjamín Netanyahu consideró “un error histórico” el documento logrado en conjunto con Irán, y recurrió a las imágenes de terror desenfrenado al aducir que cuando estallen maletas con armas nucleares en las ciudades occidentales, ya será demasiado tarde para corregir lo sucedido en Ginebra.

Añadió que Israel no acepta el acuerdo y “evaluará debidamente la situación”, para lo cual se dice que ya existen contactos  indirectos con las autoridades de Arabia Saudita, opuestas también al programa atómico de Irán.

Para Netanyahu es inadmisible que se permita a Teherán mantener su programa nuclear, no importa que por sus arsenales aún no declarados Israel se ubique como la quinta potencia atómica del orbe, con más de doscientas bombas de alto poder y un número indeterminado de misiles y proyectiles radiactivos para uso en guerras convencionales, entre otros artilugios de destrucción y muerte masivas.

Y pueden ser precisamente tales “perretas” sionistas y de otras fuerzas reaccionarias en Oriente Medio, las que empujen con especial fuerza de ahora en lo adelante para hacer abortar las bases mínimas de entendimiento con Teherán suscritas hace apenas unas horas…y luego hablen de la “terquedad” persa.

 


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Néstor Pedro Nuñez Dorta

Periodista


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