lunes, 29 de abril de 2024

Libia: tierra de nadie

Fuentes de la ONU y medios occidentales de prensa confirman que en Libia prima el caos total...

Néstor Pedro Nuñez Dorta en Exclusivo 16/10/2013
3 comentarios
Libia Milicias
Las milicias armadas actúan en todo Libia cometiendo impunemente abusos generalizados.

Las “soluciones” diseñadas por los aspirantes a emperadores globales con respecto a sus víctimas resultan un sello inamovible e inconfundible.

Si se revisa el caso afgano, por ejemplo, ni la situación post presencia militar soviética y gobierno local de izquierda, ni la que se ha generado a partir de más de un decenio de ocupación militar norteamericana y del resto de occidente, han promovido estabilidad, tranquilidad, progreso y bienestar.

En consecuencia, el territorio afgano es una suerte de diáspora donde grupos armados independientes controlan sus predios particulares, y las autoridades de Kabul son apenas una caricatura.

Algo similar ocurre en Iraq, otro de los “beneficiados” en Asia Central y Oriente Medio con la presencia bélica Made in USA.  La fragmentación y el descontrol son la moneda diaria, por cierto, bien cara en atentados y vidas de inocentes.

Y Libia, la más reciente conquista sumada al frente imperial en aquellos patios, no es la excepción.

Quizás la nota descollante de los últimos días en materia de inseguridad y desbarajuste interno, haya sido el secuestro del mismísimo primer ministro Ali Zeidan, “en su cama del lujoso hotel Corinthia, en Trípoli, por un comando armado no identificado”, según rezaba textualmente la prensa de la capital Libia.

Un jefe de gobierno cuyas órdenes y orientaciones quedan en el papel, como la famosa ley de abril último contra la aplicación de suplicios en las cárceles y para enfrentar los secuestros, imposible de aplicar porque nadie asume los mandatos oficiales.

Hechos que han llevado al analista local Sami Zaptia a escribir que hoy “Libia no es un Estado, no es un presidente, no es un gobierno. Libia son milicias que toman decisiones por su cuenta”.

Y es así en efecto. Según un nuevo informe de una Comisión de la ONU que ya había visitado a Libia en 2011 para imponerse de la realidad nacional, existe una total carencia de control de las autoridades oficiales sobre el país, de manera que regiones como la Cirenaica y Fezzan se han declarado zonas autónomas, una decisión adoptada por jefes tribales y de bandas armadas bajo el argumento del “mal trabajo” de la pretendida “administración central”.

Por si fuera poco, el grupo de las Naciones Unidas constató que en la llamada nueva Libia “se sigue arrestando a la gente por motivos religiosos y étnicos o por la simple sospecha de que no son leales a la democracia”.

Así, prosiguen los informantes, los prisioneros a los que tuvieron acceso los inspectores de la ONU relataron que “habían sido golpeados y torturados con fuego y con privación de alimentos en las cárceles”.

Vive un absoluto vacío de poder que cada grupo armado aprovecha para su propio beneficio, y que —dicen numerosos pobladores— está sirviendo además para que las tendencias islamistas extremas que estuvieron involucradas en el reciente conflicto armado de la mano de los intereses extranjeros, pretendan ganar posiciones y afianzarse en determinadas áreas de la nación.

En esa cuerda, un reciente informe del diario español El País reiteraba que el problema nacional más grave en la Libia de hoy es la seguridad, toda vez que la nación yace “en manos de centenares de milicias formadas para combatir contra las tropas de Gadafi, y hasta hoy armadas hasta los dientes”.

Gente que le ha tomado el gusto al libre albedrío, y que se comporta como la única autoridad vigente, de manera que resulta casi imposible determinar los autores de un hecho determinado por la profusión de sospechosos de todas las tendencias.

 A ello se une, ya lo apuntábamos, la secesión territorial que ya ha comenzado.

 En ese sentido, el 27 de noviembre del pasado año la región de Fezzan proclamó su independencia, y en este junio lo hizo Cirenaica, de la cual procede el mayor volumen de extracción y comercialización del petróleo libio, con lo cual se disuelven dos de las tres áreas históricas que conformaban la nación desde 1951, según confirma la analista rusa Polina Lavrentieva.

 De ahí las consideraciones que brindara a la prensa occidental el comentarista radial libio Zuair al Barassi, y que son el más claro reflejo del escenario creado por la “revuelta” pagada desde el exterior: “la gente está enfadada: Todos estamos hartos de este sistema sin control”.


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Néstor Pedro Nuñez Dorta

Periodista

Se han publicado 3 comentarios


Laura Elena
 16/10/13 14:46

Es terrible. Un país como ese. Qué impotencia!! qué podremos hacer?

Marina Alvarez desde FB
 16/10/13 11:09

Cómo se les llama en americano? Antiterroristas, embajadores de Paz??????

Caridad González
 16/10/13 9:28

cada día este mundo está más caótico

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