Puerto Rico, la vitrina quebrada del Caribe

A finales de los años 40 del pasado siglo, Estados Unidos bautizó a su colonia de Puerto Rico como la “Vitrina del Caribe”. Puso a la isla de un poco más de tres millones de habitantes –a la que pomposamente llama Estado Libre Asociado (ELA)- como un ejemplo que debía ser seguido por las ínsulas caribeñas y América Latina. Este 2015, la colonia que reclama su independencia, se presenta como otro ejemplo del resultado del capitalismo: endeudada, empobrecida, subdesarrollada y colonizada.

Una crisis económica sin precedentes surgió a la luz pública en esa ínsula –que vive fundamentalmente del turismo- este año debido a una deuda fiscal que asciende a 72 mil millones de dólares, totalmente “impagable”, según el gobernador de ese territorio de  nueve mil 104 kms 2.,  Alejandro García Padilla.

En opinión del analista David Brooks, “Cuando Puerto Rico incumplió el servicio de la deuda, la primera vez en la historia de más de un siglo como colonia, superó el mayor default municipal en la historia de Estados Unidos”.

En efecto, en agosto pasado debía pagar por uno de sus bonos 58 millones de dólares a Wall Street, pero solo desembolsó 628 mil, mientras Estados Unidos desestimaba un rescate federal. Las casas que evalúan el crédito de Puerto Rico, Standard and Poor y Moodys, son las que le exigen medidas y cambios estructurales al gobierno colonial.

Lo peor en el caso puertorriqueño viene dado porque se trata de un país sin soberanía nacional y sus ciudadanos están inhabilitados para tomar decisiones propias –como ocurrió, por ejemplo, en Grecia ante una situación parecida- .

Tampoco es un estado de la Unión al que se puede entregar fondos para solventar sus desequilibrios financieros, como ocurrió con el estado de Detroit en 2013. No puede devaluar su moneda oficialmente, ni tomar decisiones que no sean aprobados por el gobierno federal norteamericano.

La realidad es que en este 2015, un año de graves problemas económicos a nivel mundial, la islita caribeña, al no ser considerada una nación soberana, tampoco puede solicitar préstamos a organizaciones financieras mundiales, como el Fondo Monetario Internacional (FMI) o el Banco Mundial (BM), ni solicitar la reestructuración de su deuda. Todo indica que los borinqueños tienen ante sí la más fea de las caras del capitalismo moderno.

Sin embargo, esta crisis, para la cual no hay una salida a la vista, es resultado precisamente de las políticas aplicadas por Washington a su territorio anexado, que no posee la mayoría de los estamentos políticos, económicos y sociales del resto de la Unión americana.

No es un secreto la peculiar situación que se da entre el gigante norteño y esa isla antillana, de la que cada año emigra como mínimo un uno por ciento de su población para escapar del desempleo y la pobreza, entre ellos profesionales que podrían colaborar con la economía de su país.

Unas 86 mil 654 personas abandonaron Borinquén entre abril de 2014 y marzo de este año, según cifras del Negociado de Estadísticas de Transporte (BTS) citadas por el diario El Nuevo Día, de San Juan, la capital, lo cual representa un incremento anual en salidas de 69 por ciento por encima de las cifras del año anterior, cuando sumaban unos 61 mil 099 emigrantes. Unas  144 mil personas abandonaron la ínsula el pasado año, en especial hacia La Florida y Nueva York.

Para el doctor  Víctor Ramos, presidente del Colegio de Médicos de Puerto Rico, “El año pasado calculamos que 361 médicos abandonaron la isla, esto es uno por día. Este año esperamos 500 o más”. Ello significa que solo hay un pediatra por cada 900 niñas/os, lo cual ubica el índice de mortalidad infantil en un 8,2% por cada mil nacidos vivos.

El Dr. Ramos explicó que existe un deterioro general de la salud en la población, incluida la mental, lo cual incrementó las depresiones y suicidios.

En opinión de expertos, el mayor determinante para las salidas fue el bajo salario. La tasa de desempleados casi triplica la de Estados Unidos (de un 5.1 por ciento a principios del 2015). Se perdió más del 20 por ciento de los puestos de trabajo desde el 2006 y en la actualidad son 387 plazas al día, dijo el periodista Jesús Dávila, en NCM Noticias.

Los puertorriqueños representan el 10% de los latinos en Estados Unidos y el 1.5% de la población absoluta de esa nación. Aunque el Censo del 2010 en ese país norteño sitúa el número de los puertorriqueños residentes en unos 4.6 millones, estimados del 2014 refieren que ya se acerca a los seis millones.

DESEMPLEO Y POBREZA

El secretario del Trabajo de Borinquén, Vance Thomas, detalló que el pasado junio – últimos datos computados- cerró con una cifra de desempleo de 12.6 por ciento, un incremento de un uno por ciento con respecto a febrero último.

Una Encuesta sobre la Comunidad 2014 del Centro de Información Censal (CIC) de la Universidad de Puerto Rico (UPR) –única base de datos para medir determinados parámetros- indicó que el porcentaje de trabajadores pobres y dentro de ese grupo el de empleados a tiempo parcial es del 22 por ciento de la masa laboral activa, un uno por ciento más que en 2014.

La cantidad de personas pobres empleadas por horas o días, según esa fuente, es del 45% en la actualidad.

El director del CIC, José Caraballo Cueto, señaló a la agencia de noticias Efe que “esos datos reflejan que el empleo precario va en aumento y la pobreza se ha disparado proporcionalmente".

Los números pueden ser peores en el futuro mediato, luego de las medidas anunciadas hace un mes por el gobernador García Padilla en el interés, dijo, de paliar la crisis económica, pero cuya reversión recaerá sobre las capas más vulnerables de la población.

Tres ex economistas del FMI elaboraron un informe para “34 hedge funds”, (grupo de inversión libre) el cual concluyó que la isla había "sobre gastado en educación" .

La propuesta de los expertos es que el gobierno local  “cese a más maestros y cierre más escuelas” (ya eliminó 100 de esos centros) –con casi dos tercios de sus niños en la pobreza– para pagar lo que debe a los inversionistas especulativos, indicó el rotativo inglés The Guardian.

Miembros del grupo de cinco expertos que elaboró el plan para –según ellos- aliviar la crisis en un quinquenio – que comprende solo 47 mil millones de dólares de la deuda del territorio anexado- advirtieron que el Banco Gubernamental de Fomento para Puerto Rico se quedará sin dinero a finales de este año si no se actúa y advirtieron que el gobierno podría carecer de liquidez en el 2016 de no adoptarse las regulaciones impuestas a las personas de bajos ingresos.

En agosto pasado, el gobierno de García Padilla consiguió 400 millones de dólares por la venta de  Notas de Anticipación de Ingresos Contributivos, conocidas como “TRANs”, por sus siglas en inglés, lo que le permitirá aliviar la estrechez de liquidez o el flujo de efectivo de su Fondo General solo hasta noviembre próximo, reveló la cadena multinacional Telesur.

El dinero fue obtenido mediante la Corporación del Fondo del Seguro del Estado (CFSE), la Administración de Compensación por Accidentes Automovilísticos (ACCA) y el Seguro por Incapacidad No Ocupacional Temporal (SINOT). La administración colonial procura otros 400 millones por esa vía.

COMO SIEMPRE, LOS POBRES SERÁN LOS PERJUDICADOS

El gobierno Borinquén  –según la planificación de corte neoliberal- considera recortes a las pensiones de los maestros, reducción del salario mínimo para trabajadores jóvenes, cierre de escuelas y caída del presupuesto para la universidad pública, privatización de ciertos servicios en áreas de sanidad, transporte y gestión.

Eventuales inversiones comprenderán asociaciones público-privadas y la disminución de subsidios a municipios, entre otras medidas. La intención, afirman, es reactivar una economía que lleva casi una década en recesión desde que hace casi una década Estados Unidos comenzó el retiro de los privilegios fiscales que por décadas otorgó a las industrias de su país– casi todas de manufactura- que se establecieran en la isla.

Una de ellas es la aplicación de leyes de salario mínimo estadounidense en la Isla. Al fijar el costo de la mano de obra muy por encima del nivel imperante en muchos de los países vecinos de Puerto Rico en el Caribe, hay menos competitividad para atraer empresas.

LA PESADILLA COMENZÓ EN 1917

Los puertorriqueños son ciudadanos estadounidenses desde 1917, cuando el Congreso de esa nación imperialista aprobó la Ley Jones, la cual impone que el poder de ejercer la soberanía isleña recae en ese órgano legislativo, y los poderes existentes en la isla carecen de la protección de la Constitución norteamericana.

Aunque se le permitió la redacción de una Constitución propia, sus ciudadanos están sujetos a los poderes plenos del Congreso estadounidense mediante la Cláusula Territorial. La Corte Suprema de los Estados Unidos, por medio de los Casos insulares, indicó que Puerto Rico le pertenece en propiedad, pero sin formar parte de la Unión.

Para provecho de los políticos norteños, los ciudadanos del ELA tienen derecho a votar en las elecciones presidenciales de los Estados Unidos, -siempre de que dispongan de residencia oficial en alguno de los 50 estados o en el Distrito de Columbia-, por lo que hay que contar con esa diáspora cuando como ahora se acercan los comicios del 2016. Sin embargo, quienes radican en la isla carecen de ese derecho.

Con ciertas libertades –como la de elegir al gobernador y otros cargos locales- los verdaderos dueños de la isla son las administraciones que ocupan la Casa Blanca. Desde allí se dictan las leyes y regulaciones que rigen los asuntos cotidianos de la colonia, las decisiones básicas en lo que respecta a política, fiscal, comercio y asistencia social. Nada puede convertirse en iniciativa si no pasa por Washington, donde Puerto Rico está representado  por un solo “delegado” federal que tiene voz, pero no voto, en el Congreso Nacional.

Desde que le fuera arrebatada a España en 1898, la ínsula vive bajo el control de Washington, y también desde aquellos años se mantienen en la isla grupos independentistas y figuras que incluso ofrendaron sus vidas por alcanzar la liberación y soberanía nacionales.

Un acuerdo entre la administración boricua y Washington determinó la creación del ELA, que sacó a la isla del estatuto de colonia de las Naciones Unidas. Sin embargo, ese país es una expresión más del colonialismo, que, según los resultados, puede considerarse el fracaso de un experimento imperialista.

MIENTRAS, A NIVEL DIPLOMÁTICO, TAMBIÉN SE LUCHA POR DEVOLVER SU LIBERTAD A PUERTO RICO

El Comité de Descolonización de Naciones Unidas adoptó el pasado año por trigésima cuarta ocasión un documento que exige a Washington asumir su responsabilidad y permitir que el pueblo boricua ejerza plenamente su soberanía e independencia, en sintonía con la proclama lanzada en 1960 por la Asamblea General de esa organización mundial de poner fin al colonialismo en el planeta.

Además, -según reportó Prensa Latina- insiste en el carácter latinoamericano y caribeño del pueblo de Puerto Rico, “que tiene su propia e inconfundible identidad nacional”.