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domingo, 22 de diciembre de 2024

Siria: tira y encoge

Los pretendidos “grupos opositores” se matan entre sí, mientras el gobierno gana nuevos espacios…

Néstor Pedro Nuñez Dorta en Exclusivo 08/10/2013
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Terroristas Al Qaeda
Terroristas de Al Qaeda que operan contra Siria.

El asunto es recurrente y lo confirman los episodios de Afganistán, Iraq o Libia, por solo citar los más recientes casos de la utilización de mercenarios y terroristas por Washington y sus aliados occidentales y mesorientales  en los conflictos destinados a intentar afianzar los intereses hegemónicos en zonas estratégicas del orbe.

Y es que no hay arreglo entre las bandas que se van sumando a tales agresiones a partir de los impulsos y “donativos” de los gánsters externos, de manera que, bajo el telón de “fuerzas rebeldes”, “luchadores por la libertad” y otros subterfugios verbales, terminan por primar las rencillas y las ambiciones personales y grupales.

En suelo afgano, por ejemplo, los mercenarios que enfrentaron a las autoridades de izquierda y a las tropas soviéticas que les apoyaron, terminaron en una violenta diáspora que hizo trizas al país y llevó a Washington, en contubernio con Al Qaeda, a aupar a los talibanes como “el brazo unitario nacional” por solicitud expresa del consorcio energético estadounidense UNOCAL, urgido de construir un macrogasoducto en aquel espacio geográfico.

En Iraq, el estado multinacional fue desbaratado por los ocupantes extranjeros, y hoy no cesan las luchas intestinas de orden confesional o a instancias de grupos armados autónomos derivados del caos interno.

Por su parte, Libia no es una excepción ni mucho menos, y las acciones violentas y los atentados dinamiteros entre los presuntos coaligados contra el desaparecido gobierno de Trípoli, son comidilla casi diaria en la prensa regional y mundial.

Y, evidentemente, aún en medio del estancamiento militar que sufren las bandas mercenarias y terroristas que operan contra las autoridades de Damasco ya dan muestras de la misma enfermedad.

Así, noticias procedentes de la frontera con Turquía, país que ha servido sin mayor recato de base a numerosos contingentes de irregulares que atacan territorio sirio, indican que esa zona se ha convertido paulatinamente en un campo de batalla entre terroristas de Al Qaeda y otros grupos armados que operan contra Siria, en una creciente pugna por el liderazgo de los titulados rebeldes, y por el control exclusivo sobre alguna que otra área de operaciones.

En pocas palabras, el ya consabido litigio entre facciones y señores de la guerra que invariablemente surge entre estos segmentos extremistas.

Según los propios medios turcos, los acontecimientos pueden calificarse con justeza como una guerra dentro de otra guerra. Las propias fuentes aseguran que ya se han registrado centenares de muertos en las filas contendientes, y que el conflicto se extiende.

La frontera entre Siria y Turquía se ha convertido en santuario de los grupos armados pagados por Occidente, el sionismo y los estados árabes reaccionarios, a la vez que constituye un paso para el trasiego de grandes cantidades de armas y municiones en los ataques contra las tropas de Damasco. Es evidente que en ese exacerbado escenario cada quien aspira al mayor trozo de pastel en el soñado reparto de los despojos sirios.

No obstante, la suerte no aparece acompañar tales ambiciones. De hecho, las fuerzas militares sirias se siguen anotando victoria tras victoria en la lucha contra los titulados opositores, y en fecha muy reciente se reportó el retorno del control gubernamental sobre la estratégica ciudad de Janaser en la provincia norteña de Alepo.

Mientras, en la localidad de Al-Rawda, en las cercanías  de la provincia de Latakia, las tropas oficiales dieron muerte al cabecilla Riyad al-Asaad junto a otros dirigentes del titulado Ejército Libre de Siria, en un ataque contra una reunión  de los comandantes de ese grupo terrorista.   

Riyad al-Asaad había desertado de las fuerzas armadas nacionales el 4 de julio de 2011 para crear la organización que dirigía, y que goza del respaldo de los agresores externos.

De manera que para la titulada “oposición” armada el camino se va haciendo más azaroso y complicado, y quizás por ello la noticia de que, con todo desenfado, la Agencia Central de Inteligencia de los Estados Unidos (CIA), anunció la preparación de nuevos contingentes anti sirios, en esta ocasión bajo su absoluto control, tal vez como la única alternativa que se avizora para intentar que, al menos por ahora, mercenarios y terroristas se concentren en el “trabajo” que les toca y dejen sus prematuras matanzas mutuas para el futuro, cuando, hipotéticamente, Siria esté ya en manos de los grandes intereses extranjeros.


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Néstor Pedro Nuñez Dorta

Periodista


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