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viernes, 22 de noviembre de 2024

Tras la nube china (III)

La compañía china Huawei Technologies, una de las seis más respetadas del planeta, desarrolla una novedosa plataforma de servicios en Internet...

Raúl Menchaca López en Exclusivo 09/02/2012
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China MENCHACA
Inmaculada, casi aséptica, la sala de exhibición muestra los avances de Huawei. (Raúl Menchaca López / Cubahora)

El edificio, como casi todos en Shanghai, es monumental. Un imponente lobby recibe al visitante que no puede más que pensar en la transformación vivida por la ciudad, una de las más grandes del mundo y la más poblada de China y su principal centro comercial y financiero.

Tan elevadas como el edificio son las expectativas porque no todos los días uno puede visitar el Centro de Investigación y Desarrollo de la compañía Huawei Technologies, considerada en la actualidad como una de las seis empresas de telecomunicaciones más respetadas del planeta.

Fundada en 1988, por Ren Zhengfei al calor de la reforma iniciada diez años antes, la compañía es una empresa privada de alta tecnología que se especializa en investigación y desarrollo, producción y marketing de equipamiento de comunicaciones, y búsqueda de soluciones de redes personalizadas para operadores de la industria de telecomunicaciones.

Con sede principal en la casi recién levantada ciudad de Shenzhen, a unos mil 300 kilómetros de distancia, donde hay una zona especial de desarrollo, Huawei provee a 35 de los mayores operadores de telecomunicaciones del mundo e invierte anualmente un 10 por ciento de sus millonarias ganancias en investigación y desarrollo.

Vodafone, Motorola, Versatel, Siemens, IBM, Symantec, prácticamente todas las principales compañías del sector tienen negocios con Huawei, que les vende redes de telefonía fijas, móviles, comunicaciones de datos, redes ópticas, software y terminales telefónicas, incluyendo módems, conmutadores, redes de acceso integradas, transporte óptico, redes inteligentes, una serie completa de routers y conmutadores IP, videoconferencia y equipamiento a otros campos clave de la tecnología de telecomunicaciones.

La empresa tiene negocios en 170 países, entre ellos Cuba, donde se ha convertido en un importante proveedor para las plantas telefónicas que gestiona ETECSA a lo largo y estrecho de la isla.

En la sala de exhibición, pulcra, casi aséptica, un joven ingeniero en informática, Dav Zhang, explica con lujo de detalles la evolución tecnológica de la empresa y el rumbo actual de su desarrollo, que no es otro que la marcha de lo más avanzado del sector.

Sobre un singular globo terráqueo, que gira a voluntad del expositor, el director de Relaciones Internacionales de la compañía enumera las naciones que forman parte de la cartera de negocios de Huawei y explica algunos de esos contratos.

También muestra el Huawei Smakit S7, una tableta o iPad de tercera generación con pantalla de siete pulgadas de resolución 800x480, que incorpora una cámara de tres megapíxeles, 4GB de memoria interna, que se puede extender con una tarjeta micro SD; además de mini USB, puerto HDMI, entrada para auriculares y altavoz, así como WiFi y Bluetooth.

En el grupo de aparatos que enseña, lo último que muestra Dav es una central telefónica portátil y alimentada por un panel solar y baterías, diseñada para ser llevada en un hombre en una maleta mediana para ser instalada en cualquier lugar y bajo las más duras condiciones climáticas.

El equipo fue probado con éxito a mediados de 2008, cuando Huawei lo ofreció al gobierno chino para enfrentar las consecuencias del cruento terremoto en Sichuan.

Sin embargo, lo más impresionante es que Dav explica cómo la compañía trabaja en el desarrollo de su propia Plataforma Nube, un novedoso sistema informático, conocido internacionalmente como Cloud computing, que permite ofrecer múltiples servicios mediante Internet.

Es decir, todo lo que puede brindar un sistema informático se ofrece como servicio, de modo que los usuarios desde máquinas ligeras y sin muchas prestaciones puedan acceder a ellos “en la nube de Internet” sin conocimientos o, al menos sin ser expertos en la gestión de los recursos que usan.

La información se almacena de manera permanente en servidores de Internet y se envía a las memorias temporales de cliente, lo que incluyen equipos de escritorio, centros de ocio, portátiles y hasta teléfonos móviles.

La Plataforma Nube nació en Estados Unidos, en proveedores de servicio de Internet a gran escala, como Google, Microsoft o Amazon, pero ahora los chinos desarrollan su sistema propio, algo de lo que se encargan 10 mil técnicos de Huawei.

“Por favor, no tomen fotos”, dice Dav amable, pero con firmeza, al entrar en un área gigantesca donde trabajan esos técnicos.

Para dar una idea del uso que tiene la Plataforma Nube, el ingeniero explica que antes se necesitaban de 200 técnicos para darle servicio a las 10 mil computadoras, pero “hoy eso lo resolvemos con seis personas”.

Asombrado, le pregunto si cree que las computadoras desparecerán y no titubea para decir que “todo cambiará radicalmente”.

Ahonda en la idea de que en un futuro mediato, predominarán las conexiones inalámbricas y el equipamiento será cada vez más pequeño como resultado de la aplicación de la nanotecnología, una disciplina que apunta directamente a la miniaturización.

En ese camino se mueve Huawei, una de las más exitosas compañías del gigante asiático, que tiene los pies bien plantados sobre la tierra, aunque ahora ande desarrollando la Nube china.


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Raúl Menchaca López


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