Ucrania, la incapturable

El Kremlin no dudó en proclamarlo a los cuatro vientos: la negativa oficial de Ucrania a sumarse a la Unión Europea es una importantísima victoria política para los pueblos del oriente.

No solo perdió el resquebrajado coloso occidental un “vertedero” donde pretender vaciar buena parte de un comercio golpeado por una de las peores crisis de su historia, sino además un extenso territorio sobre las mismas puertas de Rusia, considerada junto con China como los grandes oponentes globales a los planes hegemonistas de los sectores más reaccionarios del orbe.

La batalla no resultó fácil, toda vez que dentro de Ucrania determinados sectores encandilados por la visión “europeísta” demandaron hasta último momento la inclusión de Kiev en el pacto unionista, sin embargo, para el gobierno del presidente Víctor Yanukóvich una decisión afirmativa en ese sentido equivalía al suicidio nacional.

A tono con importantes medios de prensa regionales, la decisión oficial no pudo ser más acertada. De sumarse a la UE,  indicó el rotativo moscovita "Nezavísimaya Gazeta",  la nación ucraniana se hubiese visto obligada a sumarse a los ajustes y demandas del pacto europeo, que impulsan la congelación de salarios, de pensiones y de gastos públicos, medidas detonadoras de severos conflictos sociales.

Además, añadió la fuente, Ucranía debería sumarse a la creación de una zona de libre comercio que afectaría a sus relativamente baratos productos alimentarios.

“Las condiciones imprescindibles para crear la zona de libre comercio - recordó el periódico ruso- son la exportación a Ucrania, sin aranceles, de la producción agrícola europea, la introducción de las tarifas discriminatorias para los cultivadores locales, y la preservación en la Unión Europea del controvertido proteccionismo a su sector agrario en aras de una mayor competitividad.”

De manera que junto a los aspectos geopolíticos y a la contraposición a Rusia, la presencia de Ucrania en la UE dotaría a esta última de un nuevo mercado para la venta preferencial de sus producciones, muchas de ellas hoy sin salida alguna.

La dimensión del golpe a las aspiraciones de Occidente se refleja en las inmediatas declaraciones del presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, y del integrante del Consejo Europeo, Herman van Rompuy, en el sentido de que “se requiere de insistir abiertamente ante el pueblo ucraniano, prometiéndole un futuro luminoso como miembro de la UE”, lo que trasluce un claro viso injerencista con relación a la decisión adoptada por Kiev.

Una posición de los personeros euro occidentales que intenta además dificultar los esfuerzos de Rusia, Bielorrusia y Kazajstán comprometidos en el surgimiento de la Unión Económica Euroasiática, espacio de nuevo tipo que, sin dudas, podría hacer una sombra determinante al deteriorado mecanismo de la UE y sus prácticas sectarias y discriminatorias.

De hecho, para 2015 se espera la entrada en vigor del acuerdo que dará vigencia plena a esa entidad euroasiática, que no solo ha despertado el interés de las ex repúblicas soviéticas, sino además de China, la península coreana y otros importantes estados colindantes, y a la que Ucrania podría también sumarse, toda vez que Yanokóvich ha validado positivamente toda relación con Moscú.

Así, según especialistas en el tema, la Unión Euroasiática ya aprobó “el concepto de una política agro-industrial coordinada” junto a un espacio económico y un sistema informativo integrado para el comercio, y a una convergencia aduanera regional, entre otros mecanismos claves.

Por demás, para varias naciones colindantes con la explosiva zona de Asia Central, una concertación plena con Rusia, Beijing y otros vecinos, resulta factor muy importante en el enfrentamiento a las acciones expansivas de los grupos terroristas como Al Qaeda u otros surgidos gracias al apoyo de los intereses hegemonistas imperiales, el sionismo, el fundamentalismo islámico y los regímenes locales de derecha, y que ya han incursionado con menor o mayor éxito en Chechenia, los Balcanes y varias ex repúblicas soviéticas del oriente.