jueves, 19 de septiembre de 2024

Un no al monopolio negro

China y Rusia avanzan sobre las murallas gringas en el mercado petrolero global...

Néstor Pedro Nuñez Dorta en Exclusivo 16/11/2012
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China y Rusia avanzan sobre EE.UU. en el mercado petrolero global.

Es evidente que, en medio de la campaña electoral norteamericana, para no pocos medios occidentales de prensa el silencio o el bajo perfil eran indispensables en torno a un asunto tan peliagudo como el petróleo, la mercancía número uno en el mundo de hoy.

Me refiero al escaso tratamiento informativo del que se hicieron acreedoras las recientes acciones de China y Rusia en el terreno energético, que ponen en jaque a la hegemonía de Washington en este estratégico terreno.

Así, Beijing sorprendió a los mercados a inicios del pasado septiembre cuando anunció estar lista para que todas sus transacciones petroleras se realicen en su moneda nacional, el yuan, desplazando definitivamente al dólar norteamericano de esas operaciones.

Es, sin dudas, un severo golpe a un monopolio establecido desde 1970, cuando los Estados Unidos y Arabia Saudita acordaron que el dólar regiría los mercados energéticos globales. Porrazo de tal magnitud, que especialistas norteamericanos admitieron que esa decisión china afectará a Washington “más de lo que nadie se imagina.”

Mientras, otro golpe a la hegemonía norteamericana en el mercado petrolero global lo constituyó la adquisición por la empresa estatal rusa Rosneft del consorcio TNK-British Petroleum, radicado en el gigante euroasiático.

Con esa compra, la Rosneft se coloca al frente del monopolio norteamericano Exxon Mobil como “la primera empresa mundial en la producción de crudo”, según criterio de los expertos.

La TNK-British Petroleum había surgido de la fusión de un grupo privado ruso y del principal consorcio energético británico en medio de la etapa de economía neoliberal que imperó en Rusia luego de la disolución de la Unión Soviética.

Según Moscú, esta adquisición coloca el país en una inmejorable situación en el mercado petrolero mundial teniendo en cuenta, además, las enormes reservas de crudo del país.

Por si fuera poco para los intereses energéticos monopolistas de los Estados Unidos, en días pasados Rusia propuso a China abastecerla con todo el petróleo que requiere el gigante asiático y su dinámica economía.

Según fuentes en Moscú, “no hay límites” en las entregas al vecino del Este, cuyo potente desarrollo requiere de crecientes volúmenes del hidrocarburo. Este acuerdo supone además que Rusia tampoco utilice el dólar en sus ventas a Beijing.

Los analistas recuerdan también que la sustitución del patrón monetario norteamericano en el mercado mundial se viene estudiando seriamente entre las llamadas economías emergentes que forman parte del denominado grupo BRICS, es decir Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, actitud que responde a la inseguridad e inestabilidad crecientes del dólar.

El uso de otras monedas, asegura el BRICS, se proyecta como una importante alternativa en el complicado contexto del mercado y las finanzas que hoy se impone a nivel global en medio de la crisis generada en los Estados Unidos en 2008, con desastrosas consecuencias para Europa y otras regiones del orbe ligadas estrechamente a la economía regida esencialmente por el patrón norteamericano.

Al respecto, la publicación Le Haine escribió: “El mundo cambió días atrás, y ni Wall Street ni los medios de comunicación dijeron una sola palabra mientras los políticos estadounidenses se regodeaban en la magnificencia de sus convenciones partidarias. Septiembre fue testigo de un gran golpe al imperio norteamericano y al dólar como moneda de reserva mundial. Y China, junto con Rusia, tienen ahora el objetivo de convertirse en los controladores de la energía, y por lo tanto, los controladores de una nueva petro-moneda.”


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Néstor Pedro Nuñez Dorta

Periodista


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