viernes, 27 de septiembre de 2024

UNASUR: una historia corta, pero poderosa

La organización regional ha demostrado su poderío y unidad integracionista...

Clara Lídice Valenzuela García en Exclusivo 23/05/2015
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La Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR), ahora bajo la presidencia de Uruguay, cumple este 23 de mayo el séptimo aniversario de la firma de su Tratado Constitucional en Brasilia, un corto período en la historia de cualquier instrumento regional, pero en el que ha dado muestras de su poderío político y unidad integracionista en momentos de tensión en el hemisferio sur de las Américas.

La formación de UNASUR tuvo tres importantes momentos fundacionales. Al organismo pertenecen 12 naciones de América del Sur: Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Chile, Ecuador, Guyana, Paraguay, Perú, Surinam, Uruguay y Venezuela, quienes contribuyen a hacer realidad los sueños de unidad latinoamericana del Libertador Simón Bolívar y sus compañeros de la Guerra Independentista.

Quizás no imaginaron los jefes de Estado y de Gobierno suramericanos reunidos en Cuzco, Perú, el 8 de diciembre de 2004 cuando surgió la idea del bloque, la importancia que cobraría para la seguridad y salvaguarda de la región. Allí fue llamado Comunidad Sudamericana de Naciones y sus principios son los mismos que mantiene en la actualidad.

Aunque nunca los gobiernos dejaron de trabajar desde esa fecha en la conformación de la nueva organización que permitió crear un sistema de alianzas a pesar de las diferencias políticas e ideológicas entre sus miembros, fue tres años después, el 17 de abril del 2007, cuando se decide el cambio de nombre en una cumbre de presidentes de la región sureña celebrada en la venezolana Isla de Margarita.

Al siguiente año, en Brasilia, la capital del gigante suramericano, se firmó el Tratado Constitutivo de la Unión por los líderes suramericanos, entre ellos el fallecido Hugo Chávez, uno de sus principales impulsores, al igual que lo fueron el también desaparecido argentino Néstor Kirchner y el brasileño Luiz Inácio Lula da Silva.

ACCIONAR DE LA UNIDAD

Desde que fue fundada, la UNASUR mantiene una constante línea de construcción de nuevos espacios, en diversos terrenos —político, económico, social, cultural, educativo, medioambiental y de salud— con la mira puesta en el mantenimiento de la región como zona de paz, una de sus fundamentaciones más importantes.

La entidad, con un prestigio ganado en el contexto internacional, se erige como un bloque de referencia en la geopolítica regional y mundial. Su fortaleza está basada en el principio de la unidad en la diversidad y defiende los principios del Derecho Internacional Público, de respeto a la soberanía e igualdad entre los Estados. América Latina y el Caribe fueron declarados Zona de Paz, libre de armas nucleares, durante la II reunión de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) efectuada en La Habana en 2014, lo que sustenta el criterio fundacional de UNASUR.

En ese sentido, y como uno de los últimos ejemplos de su quehacer en ese aspecto, es destacable la visita e intermediación del Secretario General de la UNASUR, el expresidente colombiano Ernesto Samper en el 2014 para la reanudación de las negociaciones de paz entre el gobierno del presidente Juan Manuel Santos y las históricas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP), rotas por un incidente con un alto militar apresado por las guerrillas en una zona de conflicto, donde se presentó de civil y sin escolta.

La UNASUR resultó un factor clave —por citar un ejemplo— para evitar el golpe de Estado que regiones bolivianas separatistas y enemigas del gobierno de Evo Morales prepararon para derrocarlo. Igual posición vertical de respaldo a la democracia y los gobiernos progresistas mantuvo en otras dos ocasiones: cuando la policía de Ecuador trató de dar un golpe de Estado y sacar del gobierno al presidente Rafael Correa, y también a su homólogo en Honduras, Manuel Zelaya, este último consumado, al sacar por la fuerza al dignatario de su país y llevarlo a Costa Rica.

Pero, también la Unión es un muro contra el cual se estrellan los enemigos de la Revolución Bolivariana. Cancilleres de UNASUR viajaron a Caracas para tratar de lograr un entendimiento entre el gobierno de Nicolás Maduro y la violenta oposición, en varias sesiones que demostraron que la justeza de la Revolución Bolivariana haría irrevocable el mandato popular.

El bloque solicitó a Estados Unidos —de acuerdo con una declaración de Cancilleres suscrita en Quito— derogar las sanciones impuestas a Venezuela mediante una Orden Ejecutiva firmada por el presidente Barack Obama que califica a Venezuela de una amenaza inusual y extraordinaria contra la seguridad del país norteño.

Al lado de Argentina y su batalla contra los fondos buitres de Estados Unidos, que intentaron crear un default artificial contra ese país y quebrar el gobierno de la mandataria Cristina Fernández, estuvieron los integrantes de la Unión suramericana, tratando siempre de alcanzar con la solidaridad y el diálogo la solución de situaciones políticas y económicas complejas.

Pero, UNASUR se ha destacado también en otras áreas de la vida suramericana en estos años de trabajo, siguiendo el espíritu de sus fundadores, algunos ya desaparecidos, pero cuyas ideas se mantienen vigentes en este aparato integracionista.

Miembro observador de Naciones Unidas, la organización más importante de Suramérica posee una estructura que le permite agilizar cualquier trámite, a nivel regional o internacional.

El Consejo de Jefes de Estado y de Gobierno es el órgano máximo de esta alianza, cuyo Parlamento radicará en Cochabamba, Bolivia; la Presidencia es temporal por un año; posee un Consejo de Ministros de Relaciones Exteriores; y el Consejo de Delegados, cada uno con sus funciones específicas.

De suma importancia en el funcionamiento de UNASUR es la Secretaría General, cargo que estrenó el presidente Kirchner, quien echó a andar la maquinaria que ahora opera Samper.

Uno de los acontecimientos más importantes de este año resultó la creación de la creación de la Agencia Suramericana de Noticias (Ansur), cuyo fin es quebrar el monopolio informativo de las trasnacionales de la información que manipula la ideología de los ciudadanos y pasaron a ocupar el papel de los débiles partidos de la oposición en Suramérica.

Una decena de agencias noticiosas participó en la IV Reunión de la Unión Latinoamericana de Agencias (ULAN), creada en junio de 2011 en Caracas, estuvieron presentes en los salones de la organización en Ciudad Mitad del Mundo.

Ansur replicará a diario una selección de materiales de los medios integrantes de la ULAN, según acordaron los asistentes a esta nueva era de democratización de la información.

Entre los logros más notables de este período de trabajo están la creación de los Consejos Suramericanos de Defensa y Salud el 16 de diciembre de 2008 y el compromiso de que Suramérica se fortalezca como zona de paz, el 28 de agosto de 2009.

UNASUR también contribuyó con equipos y personal en la reconstrucción de Haití y Chile, luego de los terremotos que azotaron esos países, y también apoyo a Cuba, luego del paso demoledor del ciclón Sandy en la parte oriental del archipiélago.

Los planes no se detienen. Se trata de impulsar ahora la Escuela de Defensa Suramericana que funcionará en Quito, la Unidad Técnica Electoral que apoya y acompaña las elecciones nacionales, la organización de acciones conjuntas ante desastres o catástrofes, la creación de una Corte Penal y la lucha conjunta contra el crimen transnacional. Uno de los mecanismos más importantes es el Banco del Sur, (integrado por 7 de los 12 países), que debe contribuir a reducir la vulnerabilidad financiera.

De cara al futuro, el canciller ecuatoriano Ricardo Patiño planteó que la erradicación de la pobreza es la tarea más urgente; a lo que se suma, entre otras, articular acciones en la defensa de los recursos naturales; la infraestructura de conectividad regional; el fortalecimiento del Consejo Suramericano de Inversiones y Planeamiento; la conformación de una matriz energética de bajo costo y ambientalmente sustentable, y la consolidación de la región como zona de paz.

Arduo, pero fructífero, ha sido el camino recorrido hasta ahora por UNASUR, que continúa fortaleciendo su estructura interna, mientras en la práctica está en la vanguardia de la era nueva que vive América Latina y El Caribe.


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Clara Lídice Valenzuela García

Periodista


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