Usted tiene la palabra: úsela(+Fotos)

No todos creen que una imagen vale por mil palabras, pero hay trabajos gráficos que logran ser tan elocuentes como el problema que denuncian. Usted dirá, luego de apreciar la labor de José Rubio Malagón, ilustrador y artista español, si la visión que da de España es espejo o falsificación de la realidad.

En apoyo de lo que plantea sin sonido ese autor, la organización humanitaria Caritas asegura que la pobreza actual en la península ibérica duplica la que había en 2007, que no solo es cuantificable, sino que apunta hacia un después peor. “Vamos hacia un modelo social darwinista anglosajón con muy pocos ganadores y muchos perdedores”, afirma Caritas, buscando pintar del color que merece la actualidad.

Es muy lamentable que no sea una dolencia exclusiva. En Grecia ya tienen un porcentaje de paro laboral superior al de España, que tiene a seis millones de ciudadanos desempleados, y el pasado sábado, 2 de noviembre, los portugueses volvieron a manifestarse contra el castrador contenido del presupuesto para 2014.

El gobierno de Pedro Passos Cohelo, apenas asumir mandato, dictó  obligaciones fiscales enormes que disminuyen de modo considerable los ingresos ciudadanos y adopta otras regulaciones que empobrecen de modo creciente a los trabajadores. Lo plantean sindicatos y peritos. Lo siente el ciudadano promedio en su día a día. Por eso impugna la amenaza en ciernes para el año que se aproxima, pues trae otra rebaja de salarios para los empleados públicos, buscando así “ahorrar” tres mil  900 millones de euros, para satisfacer las exigencias de la troika con respecto al déficit.

¿Adónde va a parar el dinero que esas naciones les quitan a las partidas oficiales que deberían tener la sanidad, la educación…? Es tan simple que da asco. Ese dinero se reembolsa a los acreedores que hicieron préstamos al país en cuestión. No les quitan a los banqueros ni a las grandes fortunas, sino a la gente común, podando sus salarios y pensiones o retirándoles el acceso a la posibilidad de curarse o adquirir conocimiento.

Francia, país vecino y segunda economía europea, no ha pedido créditos, pero aún sin estar sometida a lo que llaman ajustes —que, como puede apreciarse, solo funciona hacia un solo lado— también vive jornadas de inquietud social destacables.

En la zona oeste, la Bretaña gala, hay un amplio territorio que depende de las producciones agropecuarias y la pesca, frescas o procesadas. El descenso agudo de las ventas, en cierta medida provocadas por la crisis misma, sumado al aumento de los costes de producción debido al encarecimiento de los insumos, obligaron a cerrar parcial o totalmente diversas instalaciones. En consecuencia, quedaron sin trabajo miles de habitantes.

La introducción de nuevos impuestos en área tan deprimida, provocó la protesta que ha reunido, de forma casi inédita, a patrones y empleados, transportistas y granjeros o comerciantes de la región. No es el único problema, pero sí una de las circunstancias que explican la baja popularidad de Francois Hollande, cuyo capital político está tan agotado como el de Mariano Rajoy, pese a no tener ambos las mismas condiciones.

En España, por cierto, miles de trabajadores por cuenta propia aceleraron su jubilación ante el miedo a que baje el monto de las pensiones con la reforma anunciada por el gobierno. Estos malos datos tampoco son únicos, pero ilustran un ingrato contexto que por el momento no da señales de arreglo, aunque algunos políticos quieran convencer de lo contrario.

Algo, un poco o suficiente, está en los trazos de Malagón. Usted dirá, le avisaba al inicio, si con acierto o torpeza.