La vigésima edición de los Juegos Olímpicos de la Era Moderna celebrados en Munich, RFA 1972 fueron ocasión propicia para que Cuba alcanzara medallas olímpicas de oro 64 años después que lo hicieran el genial esgrimista Ramón Fonst y su compañero de armas Dionisio Díaz en San Luis 1904, durante la tercera versión de estos certámenes.
La cita de Munich transcurrió entre el 26 de agosto y el 10 de septiembre de 1972, con el concurso de 7134 atletas procedentes de 121 países de ellos 28 de América Latina y el Caribe. Cuba participó en 14 deportes con 143 atletas de los cuales 27 eran mujeres.
Orlando Martínez fue el ganador de la primera histórica medalla de oro después del triunfo revolucionario, pero no el único pues también los púgiles Emilio Correa y Teófilo Stevenson se bañaron de oro. Stevenson consagrado por su triunfo sobre el estadounidense Duane Bobbick con quien había perdido meses atrás en los Panamericanos de Colombia, recibió la copa Val Baker que se otorga al mejor boxeador.
A las tres medallas de oro ganadas por Martínez, Correa y Stevenson se sumaron una de plata del también boxeador Gilberto Carrillo y cuatro de bronce a la cuenta del púgil Douglas Rodríguez, el equipo masculino de baloncesto y en los 100 mts planos femenino a Silvia Chivás quien también integró junto con Marlene Elejalde, Carmen Valdés y Fulgencia Romay la cuarteta 4 x 100 mts. planos. La Chivás se convertía así en la primera cubana en ganar dos medallas en una olimpiada.
El equipo de baloncesto lo formaron José M. Älvarez, Miguel Calderón, Rafael Cañizares, Pedro Chappé, Juan Domecq, Ruperto Herrera, Tomás Herrera, Conrado Pérez, Juan Roca, Franklin Standard, Alejando Urgellés y Oscar Varona. Este deporte se portó a gran altura, ganando seis juegos frente a una derrota con los EEUU. en el grupo eliminatorio: le ganaron a Egipto, España, Checoslovaquia, Australia, Japón y a Brasil (64-63); en semifinales perdieron con la URSS (61-67) y por el bronce vencieron a Italia (66-65) cuando solo restaban 25 segundos de juego.
MUNICH MAGNIFICA SEDE
Los anfitriones querían borrar la mala imagen dejada en 1936 cuando en la Alemania hitleriana, en Berlín, se desarrollaron los XI Juegos… y la borraron. Tanto la Villa olímpica como las áreas de competencia estuvieron dotadas de las mayores comodidades. Hubo novedades técnicas: cronometrajes, recogida de datos y ordenamiento de los mismos por medio de computadoras. Además fue en estos Juegos donde se diseñó por primera vez una mascota, en este caso un perro salchicha de pelo largo nombrado Waldi acogido con simpatía por todos.
La gran figura de los Juegos resultó el nadador Mark Spitz de Estados Unidos quién sacó de la alberca siete medallas de oro en igual número de competencias.
El fondista finlandés Lassen Viren fue otro de los que trascendió con un doble triunfo en 5000 y 10000 metros lisos.
El resultado más espectacular: el triunfo de la URSS sobre Estados Unidos en baloncesto masculino cuando faltando tres segundos de juego un pase realizado de una a otra punta del tabloncillo por Yedesiko permitió que Belov encestara la canasta que dio la medalla de oro a su equipo dándole un vuelco al marcador.
Por países lideró la Unión Soviética con 50 de oro, 27 de plata y 22 de bronce seguida por Estados Unidos con 33-31-30 y la República Democrática Alemana (RDA) 20-23-23. Cuba ocupó el decimocuarto lugar y encabezó a los países latinoamericanos y del Caribe.
IMPREVISIBLE TRAGEDIA
Un inesperado hecho trágico, ajeno al mundo de los músculos, empañó el brillo de los Juegos cuando un grupo de palestinos armados asaltó los albergues de la delegación israelí con el propósito de conseguir rehenes para negociar la liberación de centenares de presos palestinos en cárceles de Israel. Fueron ocho los miembros del comando y 11 los rehenes; tras un frustrado intento de rescate los rehenes y asaltantes, exceptuando tres, terminaron muertos. Después de una suspensión de 24 horas los Juegos fueron reanudados normalmente.
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