Solo un deporte dio a Cuba medallas de oro en todos los Juegos Olímpicos desde Barcelona 1992 a Tokio 2020: las luchas.
Tal resultado habla de una escuela exitosa, de grandes figuras –entrenadores incluidos– y de momentos memorables grabados en la retina de los aficionados de la Isla y el mundo.
También abre muchas expectativas a pocas semanas de la cita asignada a París, a la que sus exponentes llegarán con protagonismo y responsabilidad inigualables.
¿Podrán conseguir títulos y preseas por novena olimpiada consecutiva? ¿Liderarán a su delegación en el propósito de acabar entre las 20 primeras potencias del medallero? ¿Alcanzará Mijaín López su quinta corona en línea? ¿Por fin subirán al podio nuestras mujeres?
Todas estas interrogantes podrían responderse positivamente al término de la cita, dada la maestría de varios de sus representantes, sobre todo en el estilo grecorromano.
En esa modalidad Luis Orta (67 kg), Gabriel Rosillo (97 kg) y Mijaín (130 kg) cargan las mayores responsabilidades de cara a premios y coronas. Los dos primeros arribarán a la Ciudad de la Luz en condición de monarcas mundiales vigentes de sus actuales divisiones, y Orta agrega el mérito de haber reinado en los 60 kg en Tokio 2020...
Mijaín no requiere demasiada presentación... Está imbatible bajo los cinco aros desde Pekín 2008, buscará algo inédito y la mayor noticia sería que no ganara, por más “peros” que puedan argumentarse.
El librista Alejandro Valdés (65 kg) y la fémina Milaymis Marín Potrillé (76 kg) completan el núcleo de nuestros principales candidatos al podio, sin desconocer la calidad de los restantes clasificados.
UNA HISTORIA DORADA…
Siete hombres han firmado las 11 medallas de oro de Cuba en las luchas de los juegos olímpicos: Héctor Milián (lucha grecorromana) y Alejandro Puerto (lucha libre) en Barcelona 1992; Filiberto Azcuy (LG) en Atlanta 1996 y Sídney 2000; Yandro Quintana (LL) en Atenas 2004; Mijaín en Pekín 2008, Londres 2012, Río de Janeiro 2016 y Tokio 2020; Ismael Borrero (LG) en la ciudad brasileña y Orta en la capital japonesa.
En total, los gladiadores de la Isla acumulan 27 premios repartidos en 11 de oro, seis de plata y 10 de bronce. El estilo con más títulos y ascensos al podio es el clásico, con terna de 9-5-2, por 2-1-8 en el libre.
Esos números apenas los superan, en el ámbito nacional, las cosechas en boxeo (41-19-18), atletismo (11-14-20) y judo (6-15-16), aunque en términos de coronas los luchadores ya igualaron con los del campo y pista en el segundo escaño.
Los multicampeones apenas son par de ellos: Filiberto (2) y Mijaín (4). El otro con más de una llegada a la “tarima” responde al nombre de Juan Luis Marén, un grequista que perdió finales en 1996 y 2000, y acabó tercero en la Ciudad Condal.
Dos veces los luchadores cubanos alcanzaron cinco lauros en una misma edición: Barcelona 1992 (2-0-3) y Sídney 2000 (1-3-1). En tres ocasiones se llevaron dos diademas doradas: Barcelona, Río de Janeiro y Tokio. Solo en Atenas el premio áureo provino de los libristas y siempre, menos en Río de Janeiro 2016, aportaron los equipos de los dos estilos varoniles.
Estas respetables cifras están por cambiar en París 2024. Muy pocos deben pensar lo contrario.
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