La nota más sobresaliente de los XV Juegos Olímpicos que se efectuaron en Helsinki entre el 19 de julio y el 3 de agosto de 1952, en los que se reunieron deportistas de 73 países, la constituyó el debut de la URSS, cuya presencia había despertado grandes expectativas.
Los soviéticos se estrenaron en el concierto olímpico con una fuerza arrolladora situándose en el segundo lugar del medallero final, con 22 de oro, 19 de plata y 17 de bronce, solo por debajo de los Estados Unidos que se hizo de 40, 19 y 17: era un aviso de lo que vendría más tarde.
Los de Helsinki fueron también los Juegos de Emil Zatopek que en la cita finesa presentó credenciales de respeto, al ganar medallas de oro en los 5 000 y 10 000 metros, más en el Maratón, cada una de ellas con record para estas competencias. Para mayor felicidad de la llamada locomotora checoslovaca, su esposa, Dana Zatopkova, se echó al cuello otra medalla de oro en la jabalina, con disparo de 50,47 metros, nueva primacía para los Juegos. Tanto Emil como Dana colaborarían años después con el deporte cubano en sus respectivas especialidades.
CUBA FUERA DEL MEDALLERO
Cuba estuvo presente con una modesta embajada compuesta por 28 atletas, todos hombres, que compitieron sin saldo favorable alguno en atletismo (5), baloncesto (10), esgrima (1), gimnástica (3), levantamiento de pesas (l), natación (2), tiro (2) y yatismo (4). Lo más sobresaliente de los nuestros fue el cuarto escaño ocupado en yatismo clase Star por la embarcación Kurush IV, tripulada nuevamente por Charles de Cárdenas Cumel y su hijo Carlos de Cárdenas Plá.
En el llamado deporte rey, fueron a Helsinki el siempre bien recordado velocista Rafael Fortún Chacón, acompañado por los también corredores de pista Ángel García (200 y 400 metros) Raúl Mazorra (100 y 200 metros), Eutimio Planas (400 y 800 metros) y Samuel Anderson (110 con vallas y 4 x 100 metros). Fortún resultó el de mejor actuación al ganar dos series clasificatorias y arribar a semifinales en un peleado cuarto lugar sin opción de discutir una medalla; el cubano ganó su viaje a la Olimpiada luego de haber obtenido 2 medallas de oro (100 y 200 metros) y una de plata en el relevo 4 x 100 en los panamericanos de Buenos Aires 1951.
Al baloncesto le tocó debutar en el grupo A frente a Bulgaria, con victoria balcánica de 62-56. En su segunda salida le ganó a Bélgica 71-63 y quedó eliminado en la segunda vuelta al perder con Chile 53-52, con Francia 58-42 y Egipto 66-55. El plantel cubano, dirigido por Livio Morales, estuvo integrado por Juan García, Alberto Escoto, Fabio Ruiz, Carlos Bea, Casimiro García, Ramón Wiltz, Mario Quintero, Armando Estrada, Felipe Pozas, Carlos García, Federico López y Alfredo Faget.
Nuestro representante en esgrima, Abelardo Menéndez, se ubicó quinto en florete individual y quinto en espada, eliminado en sus primeras poules. De los gimnastas cubanos, Fernando Lecuona fue quien mejor lo hizo, mientras por equipo se ocupó el lugar 25 entre los 29 conjuntos que participaron. En pesas probaron fuerza 22 forzudos de 19 países y nuestro único enviado, Orlando Garrido, de la división 82,5 kilos, quedó fuera al no poder levantar más de 122,5 kilos en la única modalidad en la cual se presentó.
Los nadadores Manuel Sanguily, en estilo pecho, y Nicasio Silverio en libre, se fueron temprano de la alberca finesa al no rebasar sus respectivas series eliminatorias, mientras en tiro también fueron eliminados rápidamente Mario de Armas (pistola libre y velocidad sobre siluetas) y Ernesto Herrera, quien solo fue a la línea de fuego en esta última modalidad. También en yatismo clase Finn la pareja de hermanos Jorge y Álvaro (suplente) de Cárdenas Plá finalizó en el lugar 24.
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