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miércoles, 25 de diciembre de 2024

Para regresar al sitial de honor

Una recta final candente. Hay que elevar el nivel de nuestra Serie Nacional: 16 equipos son muchos. No basta con topes de fogueo...

Helio Ángel Menéndez García en Exclusivo 11/05/2013
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Pelota cubana - Categoría 9-10 años
Hay que buscar el relevo en la base.

La enconada porfía que por un puesto en los play off sostienen por estos días Industriales, Villa Clara y el actual campeón Ciego de Ávila aporta una incuestionable dosis de colorido a la presente Serie Nacional de Beisbol en la candente recta final de su segunda mitad, a la cual precedió una aburrida mitad inicial con exagerada participación de 16 equipos.

La asistencia de Cuba al III Clásico Mundial más el tiempo de preparación que ello conllevó, incluyendo giras previas al lejano oriente, motivó que la Comisión Nacional interrumpiera el campeonato, una vez dada a conocer la amplia preselección para el Clásico.

Al reanudarse la pelota nacional surgieron inesperados cambios en su polémico desarrollo, estableciéndose dos categorías: una que llamaron elite con los 8 equipos mejor clasificados hasta ese momento y otra con los que ocuparon las plazas del 9 al 16.

La medida trajo sus ventajas. Concentrado lo mejor de nuestra pelota actual en solo 8 equipos el nivel cualitativo aumentó, el público volvió a los estadios, la pelota volvió a rivalizar con las telenovelas y escasearon los bostezos frente a la pantalla del televisor. Y más importante que eso: se demostró hasta la saciedad que hoy por hoy no tenemos calidad para organizar 16 equipos y ofrecer un buen espectáculo.

Son muchos quienes insisten en la necesidad de topes de fogueo internacionales para elevar el techo de nuestro deporte nacional, pero esto, considero, no resolvería la baja experimentada en los últimos años.

Se habla con insistencia de lo mucho que tenemos que aprender en importantes giras al exterior, especialmente a Japón; ello con ser de gran utilidad no bastaría, hay que hacer más.

Es de urgencia perfeccionar el trabajo en la base; que los llamados campeonatos de “desarrollo” mejoren; profundizar en las captaciones de jóvenes valores ; buscar que los talentos juveniles no se pierdan ni se malogren en una serie nacional de mayores , para la que aún no estén aptos.

Asimismo elevar el nivel de nuestros técnicos y entrenadores y procurar que estos vayan a trabajar a las áreas especiales y academias para que los jugadores, al llegar a la serie nacional, sepan tocar bien una bola, conectar en jugada de corrido y bateo y, en fin, eliminar errores técnicos-tácticos que no deben arrastrar.

No estoy llamado a dar soluciones, pero me permito hacer una sugerencia. Tal vez resultara provechoso echar un vistazo a nuestras primeras series nacionales en las que, partiendo de cero, nuestra pelota alcanzó los más altos escaños apoyada en la cantera que entonces representó el régimen de participación masiva, concebido por José Llanusa, primer director nacional del INDER.

Para los que no alcanzaron a conocer dicho sistema de desarrollo deportivo y competencias, recordaremos que se organizaban, campeonatos municipales, zonales y provinciales, acorde a la división política-administrativa del país, los cuales arrojaban un equipo campeón más una selección integrada por los mejores jugadores de los equipos perdedores.

Así, desde la base hasta la nacional, que en el caso de la pelota se integraban al final en solo tres regiones, Oriente, Centro y Occidente, representada cada una por su equipo campeón, reitero, acompañado por su respectiva selección de perdedores, de manera tal que en seis equipos se agrupaban los mejores peloteros del país.

No trato de “vender” esta sugerencia que no es más que eso, una sugerencia, tal vez una ojeada a las raíces de la pelota revolucionaria que tantos triunfos nos trajo.

Llevo años vinculado al beisbol y sé que las posibilidades actuales del país no son las mismas que las de años atrás, sumado esto a la comercialización que encarece cada vez más la práctica del deporte. Por ello tenemos que optimizar los métodos de trabajo. ¿Topes de fogueo?  Cuantos más ¡mejor! Pero no basta con ello, como ya dije.

Lo esencial es trabajar en nuestras debilidades. Que a las academias y áreas especiales vayan muchachos en los que se vea futuro y que en la medida de las posibilidades entreguen implementos de uso múltiple a las instalaciones no categorizadas, para contribuir a mejores captaciones proveniente de la masividad.

Estas y otras muchas consideraciones (que guantes y pelota estén al alcance de los bolsillos más pobres, etc.) pudieran hacerse en función de elevar al sitio que le corresponde nuestro deporte nacional. Pero las abordaremos en próximos trabajos. Por hoy basta.


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Helio Ángel Menéndez García


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