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lunes, 25 de noviembre de 2024

Una Copa como la vida

Athletic y Mallorca hicieron historia al protagonizar un auténtico partidazo en la discusión del título de la Copa del Rey...

Haroldo Miguel Luis Castro en Exclusivo 08/04/2024
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Bilbao futbol
El conjunto bilbaíno no ganaba este título desde 1984 (Real Federación Española de Fútbol)

Cuarenta años después el Athletic Club, sí, el de Bilbao, volvió a levantar una Copa del Rey. Tras 120 minutos de sangre y sudor, y una tanda de penales un tanto huraña, los dirigidos por el “Txingurri” Ernesto Valverde dejaron tendidos sobre el impoluto césped de La Cartuja a un Mallorca extraordinario.

Los discípulos del mexicano Javier Aguirre vendieron cara la derrota, pero al final les pudo la presión y el abismo que se les hizo entre el manchón de la pena máxima y la portería de un estadio que salivó y rugió al más puro San Mamés.

Ambos elencos cumplieron con el guion previsto y salieron con el cuchillo entre los dientes. El Athletic apostó por el dominio del esférico, los ataques punzantes desde las bandas y el juego entre líneas sobre segundos balones. Mientras, los de las islas baleares salieron a validar un performance basado en el orden y la disciplina defensiva para aprovechar los espacios a la espalda de los centrales.

Se plantó mejor la escuadra mallorquina desde el comienzo del partido. Dedicándose a estorbar fue ganando en comodidad, pese a no tener la pelota, y al 21´, luego de varios tiros de esquina producto de un mal pase de Nico Williams, Dani Rodríguez encontró la red con un disparo ajustado al palo.

A partir de ahí, el nerviosismo se apoderó de la escuadra bilbaína que no esperaba encontrarse abajo en el marcador cuando el duelo todavía era joven. Y los bermellones, siempre austeros, se dedicaron a forzar el uno contra uno y hacer pesado cada segundo.

Nico tuvo un gran chance poco después, pero su intento quedó frustrado por fuera de juego, y aunque materializó buenas ocasiones junto a Guruzeta en las postrimerías del primer tiempo, las acciones terminaron en nada.

Ya para la segunda parte el Athletic se vio forzado a mostrarse mucho más agresivo. Y el gol cayó apenas al 50`, cuando Nico, siempre Nico, habilitó a Sancet para que casi quemara a Dominik Greif con su trallazo.

Estadisticas de Nico Williams
Nico Williams resultó de las principales opciones a la ofensiva del Athletic a partir de su desborde y capacidad de asociación desde la banda izquierda (Haroldo Miguel Luis Castro / Cubahora)

Nico Williams resultó de las principales opciones a la ofensiva del Athletic a partir de su desborde y capacidad de asociación desde la banda izquierda

Lo que parecía un partido roto y desordenado por la presión de los rojiblancos fue perdiendo intensidad. Ninguno de los dos quiso arriesgar demasiado. Entre la falta de ritmo y las escasas luces en la ofensiva de los bilbaínos y la incapacidad del Mallorca para proponer algo distinto a lo mostrado desde el pitazo inicial, el tiempo reglamentario se diluyó mucho más rápido de lo esperado.

Para la prórroga, Valverde, sabedor de un banquillo mejor dotado, puso toda la carne en el asador con la entrada de hombres de experiencia y vocación ofensiva como Muniaín, Berenguer y Raúl García. En tanto, el Vasco Aguirre, muchísimo más limitado, había tenido que conformarse con sacrificar a un delantero por un centrocampista y colocar línea de seis en la zaga.

Para entonces, el Athletic era dueño y señor del encuentro, monopolizando la posesión y las acciones en ataque, aunque con muy poca claridad, y el Mallorca se dedicaba al balompié de guerrillera clamando por los penales.

Sin embargo. desde los once pasos pagaron cara la inexperiencia. Un tiro de Randojic a las nubes y una parada de Julen Agirrezabala al lanzamiento de Morlanes sirvieron para que a las 12 y 47 de la madrugada—hora de España—Berenguer concretara el título 24 de Copa del Rey.

Así, Ernesto Valverde se ratificó como uno de los buenos entrenadores españoles de los últimos años, consiguiendo un equipo afín a su filosofía, con mucho mérito a partir de las limitaciones económicas del club y los cambios que estableció desde el inicio de la temporada.

Figuras de la talla de Muniaín y Raúl García, lejos de sus mejores versiones, pagaron su “deuda” con una de las aficiones más orgullosas de la nación ibérica, que había visto como pasaban las generaciones sin concretar el regreso de un trofeo que había definido la historia de la entidad.

Los hermanos Williams, Nico e Iñaki, conmovían por los abrazos y las lágrimas. Uno, probablemente el mejor jugador que lleve la Furia Roja a la Eurocopa. El otro, símbolo consagrado de un club que honra su pasado con valores que trascienden al tiempo.

Pero Javier Aguirre, también con un equipo a su imagen y semejanza, demostró cuánto se puede hacer con tan poco, y que el fútbol, a veces, lo complicamos demasiado. Por eso se le vio tranquilo. Porque el Mallorca no se guardó nada y reivindicó su derecho, no ya a permanecer en la primera división, sino a competirle de tú a tú a cualquiera.

Y es que, en este juego, como en la vida, los tropiezos se antojan más comunes que las victorias, de ahí que merezca mayor consideración el esfuerzo por encima el resultado. De ahí que mandara a sus futbolistas a casa, a llorar con los amigos o a tomarse una cerveza. Para mañana comenzar de nuevo.


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Haroldo Miguel Luis Castro

Periodista y podcaster


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