Publicamos esta foto con dolor. Porque el buen periodismo también tiene reglas duras. En ella quedó congelado el momento más triste para los judocas cubanos en un Mundial que también resultó triste.
Sí, fue la derrota de Andy Granda (+100 kg), campeón mundial en Tashkent 2022. La última esperanza de medalla para Cuba en Budapest 2025. Y se esfumó pronto, demasiado pronto: en su primer combate. De manera demoledora.
Cuando empecé a escribir esta crónica para Cubahora, la primera revista digital del país, pensé que, con la diferencia horaria entre Cuba y Hungría, nuestro gran campeón estaría durmiendo.
O tal vez intentando dormir…
Por eso imaginé tres preguntas. Y desde ellas traté de reconstruir sus posibles pensamientos…
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¿Cómo se habrá sentido con esta derrota?
Debió ser un instante helado. De esos que congelan el tiempo y la mente. Andy Granda, el hombre de más peso —en kilos y en jerarquía— dentro del equipo cubano, no pudo imaginar que su Mundial terminaría así. En apenas medio minuto. Sorprendido por un rival que tal vez no consideró peligroso.
Duele más por la forma: un waza-ari limpio, seguido de la inmovilización que marcó el ippon final. Sin tiempo para imponer su fuerza ni su técnica. Sin margen para demostrar por qué fue el mejor del planeta hace no tanto. Eso es lo que más castiga a un campeón: caer sin haber podido pelear de verdad.
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¿Y con esta foto que lo muestra en acción... mientras perdía?
Ah, las fotos. Son memoria congelada. A los atletas les encantan cuando inmortalizan la gloria; las detestan cuando capturan la caída. Granda habrá visto esa imagen —en plena sorpresa, vencido en técnica y tiempo— con rabia callada. O con resignación. O con ambas cosas.
Esa foto le recordará siempre esa jornada amarga en Budapest, ese instante fugaz en que Ushangi Kokauri, un viejo rival, resurgió para arruinarle el Mundial. Pero quizá también sea una imagen útil: la que aviva el fuego del regreso. La que cada mañana le dirá: “todavía puedes desquitarte”.
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¿Cómo encarar el futuro, tras quedarse corto en otros Juegos Olímpicos, los de París 2024, y soñar con un desquite en Los Ángeles 2028?
Andy Granda es un consagrado. Ya conoce el sabor de la derrota y de la gloria. No habría sido campeón mundial sin antes pasar por días como este. Por eso su mirada debe estar ya fija en Los Ángeles 2028. Porque los judocas verdaderos ganan astucia, estrategia, paciencia.
Quizás hoy necesite pausa. Tiempo para sanar cuerpo y orgullo. Pero su mente —seguro— ya trazó el camino: la revancha olímpica. Cuatro años para reconstruirse. No será fácil. Pero tampoco imposible. Y Andy lo sabe. Lo supo desde que ganó. Y también desde que cayó.
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El pobre balance cubano en Budapest disparó varios datos duros y preocupaciones:
"Este resultó el tercer mundial consecutivo que los caribeños se despidieron sin medallas, un hecho inédito desde la edición de Essen 1987", reflejó Jit, sitio oficial del deporte cubano.
"Incluso, ha sucedido en cuatro de las últimas cinco citas del orbe: Budapest 2021, Doha 2023, Abu Dabi 2024 y la presente. Solo la de oro conquistada por Granda en Tashkent 2022 rompió la sequía del último quinquenio", apuntó el colega Raúl Hernández Lima.
“Desde la de bronce de Jorge Fis Castro, en Essen 1987, hasta el subtítulo de Idalis Ortiz, en Tokio 2019, siempre hubo alguna presea para Cuba".
Fui entonces a mis archivos. Y ahí estaba otro golpe reciente:
En los Juegos Olímpicos de París 2024, por primera vez en casi medio siglo, Cuba no consiguió medalla en el judo. Desde Montreal 1976 eso no ocurría. Siempre subíamos al podio: Moscú 1980, Barcelona 1992, Atlanta 1996, Sídney 2000, Atenas 2004, Beijing 2008, Londres 2012, Río 2016 y Tokio 2020. No estuvimos en Los Ángeles 1984 ni en Seúl 1988.
Orlando Polanco (66 kg, 25 años) protagonizó la mejor actuación cubana en este Mundial: quinto lugar. A un paso del bronce. Lo detuvo nada menos que un japonés —los padres del judo— y uno de leyenda: Hifumi Abe, bicampeón olímpico y cuatro veces campeón mundial. Polanco regresa con más fe y confianza de cara a Los Ángeles 2028.
Los otros cinco cubanos cayeron en sus primeras o segundas peleas. Dos de ellos —Maylín del Toro, nueva capitana del femenino tras el retiro de Idalis Ortiz, y Jonathan Charón— habían logrado bronces en el Grand Slam de Tiflis 2025. Los otros: Zail Ramírez, Lianet Cardona y Lisrialis González.
- Consulte además: Otra rumba de judocas cubanos
Iván Silva no pudo competir por lesión. Pero se llevó una buena noticia: fue elegido por sus colegas de varias naciones como miembro de la Comisión de Atletas de la Federación Internacional de Judo. Un reconocimiento que también es alegría para el deporte cubano.
Empezamos esta crónica hablando de una foto triste. Queremos terminar haciéndolo de una alegre: la de Andy Granda campeón mundial en Tashkent 2022.
No quiero crear falsas ilusiones. Durante años eso nos ha dañado. Tampoco quiero presionarlo. Pero no podemos descartar que en 2028 publiquemos en Cubahora una foto suya… con medalla olímpica en Los Ángeles.
Andy Granda en Tashkent 2022, de donde salió campeón mundial. (Foto: ijf.org)
Alberto
23/6/25 8:53
Queridos judokas, atesoremos la experiencia; nos ayudará a hacerlo mejor la próxima vez. Quisiera citar la famosa frase de Pierre de Coubertin: «Lo importante en la vida no es el triunfo, sino la lucha. Lo esencial no es haber ganado, sino haber luchado bien». Adelante con la acción moral y social del deporte para los jóvenes y para todos Un fuerte abrazo deportivo.
Rafael
23/6/25 19:19
Alberto: Brillante lo que escribiste. Es así... Gracias por animarte a comentar. Saludos. Rafael.
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